Capítulo XVII

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¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

Capítulo 17. Verdad.

Tanto la familia de Blossom como la de Brick al enterarse de esto, comenzaron a visitar la casa de la pareja para darle su apoyo y acompañarlos durante los primeros días que sucedió el accidente. Pero había algo que los tenía aún más preocupados y es que Brick apenas pasaba por casa por lo que era difícil encontrarlo por allí. Él prácticamente se pasaba los días en el hospital y a veces no volvía a su hogar ni para dormir.

Pero las pocas veces que lograban hallarlo por ahí, Blossom casi siempre sacaba una excusa para irse lo antes posible y no tener que pasar mucho tiempo allí. Ella no lo miraba a la cara o se limitaba a saludarlo con la mano sin verlo directamente, a pesar de que siempre sentía esa incomodidad a su lado puesto que él se quedaba ahí, parado o sentado, con los ojos rojos penetrantes sobre ella y no había manera de que los apartara, ni siquiera si hablaba con otras personas. Princesa por su parte, seguía despreciándola y riéndose de ella cuando tenía oportunidad. Todo esto llevó a que finalmente desistiera y no volviera a visitarlos. Al principio se obligó a visitarlos por pura cortesía, pero no aguantó demasiado el ambiente tan pesado e incómodo que se formaba cada vez que los tenía a ambos delante.

Y así pasaron semanas y aunque Blossom no podía evitar preocuparse por el estado de Brick, recordaba cada una de sus palabras. Amigos... se le revolvían las tripas. Era lo mejor para todos, todos salían ganando y nadie sufriría más de lo necesario.

*

Ahí estaba. Días y noches, pasando las horas sentado en una silla sin apartar la mirada de la persona que descansaba en una camilla rodeada de mecanismos. En ocasiones acompañado, en ocasiones solo, pero él no se movía de ese lugar hasta tal punto que se le olvidaba hasta comer. A veces iban a visitarlo y hacerle compañía, pero a pesar de que estuviera Princesa, alguno de sus amigos o su hermano, el sentía como todo a su alrededor estaba más solitario que nunca.

—Buenos días. —saludó a una de las enfermeras que pasó por delante de la cafetera.

Era un miércoles soleado, perfecto para salir a la calle y pasear. Pero por su cabeza no pasaba alguna idea como esa. Escuchó aquel ruido que ahora se le hacía tan conocido de la cafetera preparando su café cortado y optó por esperar a que terminara sentándose en una de las tantas mesas de la cantina. Observó su reflejo en el gran ventanal del primer piso; grandes ojeras grisáceas, barba de varios días y despeinado. Esto era algo extraño en él puesto que siempre cuidaba mucho su apariencia y pocas veces se le veía desarreglado... igualmente no le importaba ni lo más mínimo. Levantó la vista al cielo y recordó que, en días como estos, él solía disfrutados al lado de...

Volvió su vista a su reflejo, entonces se dio cuenta. La necesitaba, lo sabía porque seguramente si ella estuviera ahí, él no estaría tan deshecho y sin ganas de vivir.

He hecho tantas cosas estúpidas en mi vida... pero creo que esta ha sido la peor.

Brick lo había reconocido hace poco. No. Posiblemente desde el último día que la vio, o tal vez la última vez que habló con ella o... seguramente desde que él mismo la echó de su vida sin darse cuenta. Cerró los ojos, sentía aquel agobio en la garganta que indicaba que quería llorar otra vez. Que pena que ya no le quedaran lágrimas de vergüenza.

No puedo vivir sin ti, pero... creo que es demasiado tarde para eso. Ojalá estuvieras aquí.

Se exaltó un poco al escuchar aquel sonidito que indicaba que su café ya estaba listo, parpadeó un par de veces como si volviera a alguna realidad que estaba lejos de ser un sueño. Creyó que un poco de aire fresco le disiparía esos estúpidos recuerdos dolorosos, tomó su vaso y salió a la puerta del hospital, sacó un cigarrillo y comenzó a fumar.

Rojo cual pecado (Blossick)Där berättelser lever. Upptäck nu