Prologo

15.9K 613 147
                                    

Esto es solo una adaptación. :)

****************************************


Una espesa niebla me tragó en la oscuridad

—Ayúdame —su voz gritó. Traté de avanzar, pero mis piernas no me sostenían.

—Por favor, ayúdame... —su voz débil y rota rogaba una vez más. El miedo me empujó a cambiar de volverme, pero todo estaba muy oscuro. Estaba ciega. No tenía ninguna luz para mostrar el camino.

La densa niebla se espesó y penetró en mi garganta, obstruyendo mis pulmones. No podía respirar, no podía moverme... no podía ayudarla.

—Tengo miedo... Tengo tanto miedo... —sollozó.

Sus palabras se arremolinaron con el fuerte viento, azotando mi cara. Mis ojos se cerraron, incapaces de hacer frente al dolor en su voz.

—No puedo llegar a ti —le grité mientras la niebla espesa me obligaba hacia el suelo frío. Mis manos amasaron la tierra dura mientras luchaba por liberarme.

—No puedo... no puedo... seguir... estoy tan cansada... —gritó ella. Podía oírla desvanecerse.

El pánico llenó mi cuerpo. No podía perderla. Tenía que despedirme.

—¡No! —grité—. ¡No me dejes! —Arañé con más fuerza la tierra, rompiendo mis uñas bajo la presión. No importó cuánto luché para seguir hacia adelante, no pasó nada. Mi corazón latía al ritmo del estruendo del trueno por encima. La sangre fría corría por mi cuerpo. No podía salir adelante. No pude liberarme... no pude liberarme...

Las lágrimas ardientes llenaron mis ojos mientras un dolor agonizante se apoderó de mi corazón.

—Tengo que despedirme —grité en la nada—. ¡Déjame decirte adiós!

La piel de mis dedos se desgarró y sangró mientras la tierra dura se convirtió en vidrios rotos, con los bordes afilados cortando profundamente mi piel.

—Protégelos... siempre protégelos... por favor... por favor... —rogó ella.

Podía oír la derrota en su voz. Se estaba dando por vencida. Se estaba desvaneciendo.

—¡No! ¡Espera! —Traté de gritar, pero ningún ruido salió de mi boca. Forcé mi garganta, pero no pude hacer ni un sonido.

Una luz apareció en la distancia, pero estaba demasiado lejos de mi alcance.

El pavor llenó mi mente. Ella se iba. Se iba... y no podía decirle adiós.

—¡Espera! —grité en silencio...—. ¡No me he despedido! —Pero estaba atrapada aquí, enjaulada bajo el peso de la niebla negra en esta fría tierra, desesperadamente enmudecida y mi cuerpo paralizado.

La niebla se volvió más y más espesa y la luz más adelante se atenuó de blanco a gris.

—No —clamaba, silenciosamente—. ¡No!

La niebla se cerró implacablemente, eliminando la mortecina luz de la vista y con ella toda mi esperanza.

Ella se había ido...

Agobiada por la pena, luché por recuperar el aliento. Pero ya no había más aire, el vacío de la niebla lo consumió todo.

Las lágrimas llenas de rabia corrían por mi cara mientras permanecía aquí, derrotada. Traté de cerrar los ojos, traté de empujar el dolor en la parte posterior de mi mente, pero la culpa se quedó, fragmentándome desde el interior.

Sweet hope; Camren GiPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora