17. F*ck

49 7 1
                                    

Conduje a casa ¿que más podía hacer?

Me sentía culpable por no haber ido tras el. ¿Cuál era el nombre de la universidad?
No podía recordar, tenía la mente revuelta y no podía dejar de pensar en la noche anterior. Esa noche.

Su piel, su cuerpo, sus labios...

Estacioné en mi acera, lamentablemente debía ir al trabajo, era algo tarde pero debía ducharme.

Mi único pensamiento era ir a buscarlo.

Me duché, conduje y llegué al trabajo. Fue un día pesado, parecía que las horas no querían dejarme salir de esa oficina.

Casi daban las 4, por fin. Mi teléfono sonó.

—¿Hola?—.

Joven Min, soy el doctor Oh—.

—Ah, si. Dígame—. Abró la ventana encendiendo un cigarrillo.

Tengo los resultados de tu amigo JiMin—.

—¿Esta bien?—.

El golpe si afectó parte del cerebro que lleva la memoria. Por suerte es menos grave que en otros casos. Pasará un tiempo para retomar todo, no será difícil—.

—¿Como se puede recuperar?—.

Son varios ejercicios mentales, necesitará tu ayuda, que asocien recuerdos, que le hables de lo que pasó estos años poco a poco, es un proceso lento pero efectivo. Yo preferiría que lo hablaramos en persona—.

Suspiro hondo. —Si, eh... Hay algunos asuntos por resolver, pero en cuanto pueda... Podamos, le llamo para ir—.

Esta bien, hasta entonces joven Min—.

—Gracias doctor—. Cuelgo.

3:52 pm

No importa, me iré ya. No soporto estar sin saber que ha pasado con JiMin.

Al llegar a casa, no se me ocurre que hacer, lo único que mi mente dictó ir justo atras.

Cruzo la cocina, el patio y ahí me encuentro. De nuevo en medio de donde todo empezó.

Se sentía frío aquel pequeño bosque.

Mis pensamientos se fueron cuando oí voces. Pensé en correr, pero algo loco dentro de mi, tal vez aquello que me metió en esto, aquello que me hizo meterme con JiMin, aquello loco en mi me hizo quedarme estático en mi lugar. Sin mover un músculo dos sujetos se acercaron.

A ambos les sorprendió verme. Todo quedo en un oscuro silencio.

El corazón me latía a prisa, no podía dejar de analizar sus rostros.

—Ey—, dijo uno finalmente, —¿quién eres?—.

—Yo, vivo aquí—. Respondí firme. —¿Ustedes que hacen aquí? No se supone que nadie pase por aquí—.

Uno de ellos se veía ansioso mientras el que habló parecía como quería matarme con la sola mirada, hasta que respondió.

—Nos mudaremos cerca, solo estamos conociendo—. Me respondió el pelinegro.

Claro.

—Entiendo—, debía parecer convencido, mientras menos sepan, mejor, —y...—.

Fuí interrumpido por el celular del castaño callado.

—Es el—. Le dijo a su compañero. Contesta.—¿Si?
¿De verdad?
Vamos para allá—. Cuelga.

—¿Que?—. Le pregunta el otro.

—Lo tiene—. El pelinegro puso una sonrisa casi podría decir perversa. —Pero se oía molesto—.

—Ya lo tiene, no importa—.

El corazón casi se me detuvo, sentía como un escalofrío recorría mi ser. Por favor que no sea JiMin, por favor.

De pronto ambos recordaron que yo me encontraba presente. El castaño habló.

—Debemos irnos. Hasta luego—. Ambos mostraron una hipócrita sonrisa y caminaron a prisa.

¿Yo que hice? Los seguí. En ese momento no pensé otra cosa.

Solo aventé la puerta de la casa para que se cerrara y fuí tras de ellos lo más sigiloso posible.

Llegaron hasta un auto. Mierda. Corrí hasta el mío con la esperanza de no perderlos.

¿Que estoy haciendo? ¿Que haces Min Yoongi? 

Comencé a seguirlos. Supe en ese momento que ya no había vuelta atrás...



















-DaZo💋

• Señales de Noche ● YOONMIN •💋Where stories live. Discover now