HATED FAME | YOONMIN

Veintitrés

- Y -

Dicen que hay personas que juntas hacen magia y separadas solo desastres, pues aquí estoy yo haciendo desastres.

- ¿Por qué bebes tanto? Jimin te regañará.

Jalo un poco de la cola del cigarro y espero que transcurra un poco de tiempo para soltar el humo que se desvanece en cuestión de segundos por el apresado aire del bar. Algo que pudo ser pero no fue. Así fue lo nuestro, simple humo de cigarrillo que se desvanece en el aire.

Miro a la muchacha reír con ganas en la mesa de al frente. Llevo mirándola un buen rato. Parece estársela pasando bien mientras su amigo llena su vaso.

- Yoongi, no deberías fumar...

Aquí sentado, bebiendo whisky y fumando como si el mundo se fuera a acabar, no dejo de mirar a la chica que en mi puta vida he visto antes. Sentado viendo a la chica... sentado viendo cómo me pierdo otra vez.
¿Así será siempre? Yo perdido, yo vacío como la botella de whisky que tengo al frente.

Paciente, observador, discreto.

- Pidan otra - suelto esperando que Hoseok o Namjoon me hayan escuchado - Con tres no es suficiente.

- Pero si te las has tomado todas tú sólo - se queja Namjoon - Yo no puedo, estoy conduciendo.

- Pediré otra.

Hoseok... tan buen amigo como siempre. Nunca me decepciona.

¿Lo hará en un futuro? No estoy muy seguro, pero prefiero no esperar nada de él.

La clave está en no esperar nada de nadie.

Estoy mareado y mis dedos arden de tanto cigarro que he fumado. Creo que me he acabado dos cajas desde que comenzó el día. No estoy orgulloso, pero qué más da.

Me bebo mi vaso de un trago. Debo apartar estos pensamientos de mi mente. Aun estando borracho le escribo una canción, soy lamentable. Noto como las palabras se arrastran incluso siendo escuchadas por mi subconsciente y me causa gracia, debe ser porque el alcohol reemplazó mi sangre.

Cuando alguien trae otra botella de whisky, relleno mi vaso y doy un gran sorbo. La garganta me arde. Arde, quema, su amor me quema. Me mata lentamente.

Quiero besar a la chica que me mira con esos bellos ojos miel. Puedo hacerlo, ¿verdad, cariño?

Claro que puedo. Después de todo me dejaste. Por mucho tiempo estos labios fueron tuyos, solo tuyos, nunca me importó mirar a nadie más. ¿Por qué miraría a alguien más si contigo lo tenía todo?

Hay cierta conexión entre ella y yo. Sabe que llevo rato mirándola y le agrada. Lo noto por su manera tan coqueta de reír o arreglarse el cabello. La besaría porque me gusta su cara, sus labios me parecen apetecibles y sus ojos fascinantes, pero no lo haré.

- Vaya que te has vuelto un alcohólico.

No lo haré porque estos labios siguen siendo malditamente tuyos.

¡Mierda! ¡No debería ser así!

- Tengo que ir al baño - aviso poniéndome de pie. El alcohol no es suficiente para tratar de olvidarte.

- ¿Quieres que te acompañe? - se ofrece el pelirrojo.

- ¿Quieres sujetarme las bolas? Puedo ir yo sólo.

- Bah, te pones tan pesado cuando estás borracho - se queja Namjoon con mirada hastiada.

El alcohol no es suficiente. Entra en mi organismo con una fuerza inmensa que no se detiene hasta que los sentidos que me mantienen cuerdo desaparecen y me obliga a realizar cosas que luego me arrepiento. Es una mierda, pero ayuda un poco a pesar de que no sirva para lo que realmente quiero hacer: olvidarte.