Doce

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- J -

El semáforo en rojo que tenemos adelante parpadea intermitentemente como si quisiera advertirme de algo. No sé por qué, pero me quedo varios segundos mirando el foco sin pestañear. Mi estómago sigue revuelto y mi corazón late nervioso. Es como si Jin me hubiese traspasado sus inquietudes porque se le ve muy a gusto mirando por la ventanilla del taxi.

Viste de unos jeans oscuros como su cabello y una camisa larga color rosa, sin embargo, a pesar de que se le vea cómodo, le noto un poco nervioso porque no deja de mover su pie como si le estuvieran subiendo un millón de hormigas por el tobillo.

Luce radiante en comparación a mí que, sentado a su lado, visto con la misma ropa de siempre. Me gustan los colores y usar prendas claras, pero últimamente creo que Yoongi me está pegando su color negro porque no dejo de usarlo todo el tiempo. Ya no traigo puesta la sudadera roja de esta mañana, sino que una camiseta negra que se esconde bajo mis pantalones apretados y una chaqueta para cubrirme del frío que está pegando este último tiempo en la ciudad.

- Es allí - me informa señalando un poco más adelante.

Desde nuestra posición podemos escuchar el ruido de la música a pesar de que nos encontramos a una cuadra de distancia.

- Entiendo.

El viento inmediatamente me azota la cara apenas pago y pongo un pie en la acera. Me alegro de haber traído mi chaqueta.

- Estoy nervioso Jimin....

La casa no tiene nada de interesante. Es de color rojo, de un enorme segundo piso y no tiene rejas en su jardín, pero sí un gran árbol con algunas hojas en el suelo que son el colchón de dos chicos que charlan borrachos.

A lo lejos, el semáforo ahora en verde sigue llamando mi atención. Nunca había recorrido esta parte de la ciudad y no sé si debería estar aquí. Lugares como estos no van para nada conmigo.

El sonido de alguien quejarse a mi derecha me sobresalta: una chica vomita aferrada a un tacho de basura con todo el cabello cayéndole por la cara. A Jin parece no importarle la repugnante escena porque sigue de largo sin inmutarse y yo le sigo detrás un poco temeroso.

La puerta está abierta de par a par. A su costado, un enorme ventanal con una grieta deja ver el desastre que hay en su interior. Algunos chicos bailan dejándose llevar por la ruidosa música que se oye por todo el barrio y otros simplemente beben.

- ¡Jin! - Un chico con los ojos igual de grandes que Jungkook, cabello negro y corto a los costados como si quisiera imitar el estilo de algún futbolista, saluda enseñando su enorme vaso rojo - ¡Me alegra que vinieses!

Muy por el contrario a lo que tenía pensado, Jin le mira con seriedad a pesar de que el chico está de cumpleaños y se supone lo mínimo es regalarle una sonrisa alegre - Feliz cumpleaños Yongmin.

¿Yongmin...?

¡¿Es el mismo Yongmin que mintió acerca de Jungkook?!

- Esto supongo que es mi regalo - sonríe quitándole la bolsa de las manos - Pasen y beban algo.

- Gracias...

El chico estuvo a punto de girarse hasta que se detuvo en mí.

- Disculpa... ¿nos hemos visto antes? - me pregunta analizándome con la mirada.

- Mi nombre es Jimin - me presento estirando mi mano en su dirección la cual es recibida inmediatamente - Feliz cumpleaños.

- Jimin... - asiente sin dejar de sonreír. El chico da un largo trago a su bebida y se quita del medio para que nos adentremos en su casa - Disfruten de la fiesta.

HATED FAME | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora