Reencuentro. #3

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Victoria
5 años después.

Los nervios que sentía recorrer por todo mi cuerpo me hizo morder las uñas de mis dedos. Sé que esto es ridículo sólo necesito respirar y agarrar valor para lo que está apunto de suceder.

Mis padres murieron hace un año dejándome un montón de deudas por resolver yo sola, ya que por mi fuerte orgullo no llame Alexander para pedir ayuda, pero justo después de resolver cada deuda no me quedaba nada de dinero para seguir con la carrera de periodismo, como tampoco para atender todas las necesidades básicas.

Así que busqué trabajo en una cafetería y vendí todo de valor en mi hogar, para lograr mantenerme por todo ese año, pero Larry —mi jefe— al intentar sobrepasar los límites conmigo creyendo que si aceptaba acostarme con él subiría mi sueldo estaba muy equivocado y al recibir una buena patada en sus partes bajas le quedó claro.

A los meses que trataba de buscar algún trabajo oficial que me ayudará a mantenerme a mi y a la casa pasó la última deuda, la deuda que me quitaría mi hogar sacandome a la calle.

Perder mi orgullo ante él, me desagradaba, pero necesitaba su ayuda por unos meses hasta que encontrará estabilizarme, tener un hogar y un buen empleo, tome lo último que tenía de dinero para emprender mi viaje a la perdición.

Así que, aquí me encuentro en una cafetería enfrente del edificio gigante donde trabaja Alexander tratando de buscar la forma de canalizar el nerviosismo de mis piernas.

Hace años que no nos vemos, ya tengo veinte años de edad y no soy más aquella niña que le afectó la partida de su hermano, ahora soy una mujer que está buscando salir adelante y sólo necesito un lugar donde quedarme para empezar a buscar empleo.

Con ese pensamiento en mente levante mi barbilla enderezandome y caminar con seguridad hasta aquella puerta de cristal en busca de Alexander. Una señora de, creo yo, unos casi cuarenta años me atendió.

— Disculpe, sería muy amable de decirme donde se encuentra Alexander Brown, soy su hermana menor. — Hable firmemente, pero sin perder la amabilidad.

La mirada perpleja de la señora, me indicó que nadie acá debe de saber de mi existencia.

— Claro señorita Brown, espere un momento —.

Su voz salió temblando mientras tomaba su teléfono, pero no fue necesario marcar números ya que su vista se había ido en dirección a la puerta, bajo el teléfono y me mostró una sonrisa amable.

— Creo que no habrá necesidad de llamarlo, está justo allá —Señaló detrás de mi y mi corazón se detuvo.

Voltee lentamente para ver a mi hermano conversar con alguien viniendo hacia nuestra dirección, pero lo que me dejo sin habla fue su gran evolución. Sus hombros más anchos y prominentes, las facciones más marcadas y si podía apostar estaba mucho más alto y ejercitado, su traje se le veía increíblemente ajustado a su cuerpo y ningún mechón de cabello fuera de su sitio.

Levante un poco los hombros y camine hasta él, pero cuando sus ojos se posaron en mi se detuvo abruptamente haciendo que una sonría creciera en mis labios hasta llegar a estar unos buenos pasos de distancia de él, pero el silencio que había en el aire fue roto por él.

— Victoria... —susurró.

— Crees que...¿podemos hablar en privado?

Tentacion Infernal.Where stories live. Discover now