18 | Besos de Sakura

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"Todo lo que nunca he hecho, quiero hacerlo contigo."
William Chapman

...

—Sí... Reservación para Bieber... Paparazzi... muchos de ellos... ¿Tienen ustedes alguna entrada trasera o seguridad?... Perfecto... Lo mínimo que diría sería cuatro... Un porsche negro. Muchas gracias. —Justin cuelga su teléfono después de hablar con el restaurante. Se pasa una mano por su perfectamente peinado cabello, ahora tornándose desordenado. Una respiración temblorosa escapa de sus labios.

—¿Estás bien? —le pregunto mientras bajo su brazo.

—Debí haber sabido que iban a estar aquí. Nunca me pasó ese pensamiento por la mente y lo arruiné todo. —Justin bufa y mis cejas se fruncen.

—¿Lo arruinaste? Acabamos de empezar la cita, nada está arruinado. —Tomo su mano—. Eso —Señalo al grupo de hombres— es un pequeño bache en el camino. Todo aún está perfecto. —Le doy una pequeña sonrisa a pesar de que estamos en la oscuridad.

—¿Segura? —Justin me pregunta, y yo asiento—. De acuerdo. —Suspira—. La seguridad debería llegar en cualquier minuto. Deberíamos ponernos esto. —Busca y me entrega un par de gafas de sol—. Para que los flashes no nos cieguen. —Así que por eso él siempre usa lentes—. Dirán y preguntarán un montón de cosas. Muchas de ellas groseras, pero solo será para ganar atención. Tienes que ignorar todo. ¿De acuerdo? —Justin explica y yo asiento en respuesta—. ¿Estás nerviosa? —me pregunta.

—No contigo a mi lado.

...

Cuatro guardias de seguridad salen del restaurante, llamando la atención de los medios. Se escabullen detrás de los paparazzi y, una vez que notan el automóvil, los destellos comienzan. Los cuatro hombres caminan primero hacia el lado de Justin, abriendo su puerta y ayudándolo a pasar entre la multitud ocupada. Su cabeza mira al suelo, con su brazo delante de él, intentando empujar a los hombres hambrientos.

Justin y los guardias de seguridad abren mi puerta para ser bienvenida por unos destellos más claros y gritos. Justin toma mi mano en un gesto tranquilizador y las voces se desvanecen mientras los destellos entran en mi cabeza.

—Sostén mi mano —susurra Justin yo yo me aferro a él con temor por mi vida. Las voces se ahogan y la seguridad forma un círculo alrededor de nosotros.

Oigo nombres como Kendal, Hailey, Selena, cita, romance, ruptura, chica misteriosa, infidelidades, Wrightsville, Nueva York, mi nombre seguido por «puta» y «zorra». Mis ojos se humedecen ligeramente después de esto. ¿Justin pasa por esto cada vez que sale?

Aprieto su mano, pues mis nervios se están volviendo locos. Él aprieta mi mano antes de colocar la suya de manera protectora en mi cintura, llevándome al interior del restaurante. Una mesera nos espera en el escritorio principal con una gran sonrisa. Una etiqueta con el nombre Amy cuelga en su camisa de botones.

—Reservación para Justin Bieber, y me disculpo por el lío que están causando —dice Justin, avergonzado, mientras mira al suelo.

—No se preocupe, señor Bieber. —Ella agarra dos menús—. Síganme. —Amy nos regala una cálida sonrisa y nos lleva a través del restaurante, guiándonos a un cuarto privado con solo una mesa para dos. Nos entrega el menú, diciendo que el nombre de nuestro mesero es Walter. Enviándonos otra sonrisa, se aleja.

Después de ordenar nuestra comida, la charla comienza.

—¿Estás bien? —me pregunta Justin mientras se quita los lentes de sol. Yo hago lo mismo.

—Sí. —Asiento en respuesta, aunque es mentira. Esos hombres de allá no me conocen y me llamaron zorra. Justin me dijo que no creyera lo que dijesen, pero aún duele.

—Oí lo que dijeron de ti, ángel —dice Justin con ojos preocupados.

—Está bien, no dejaré que me desanimen en esta hermosa cita que preparaste. —Le doy una pequeña sonrisa.

Después de que han servido la comida, Justin divaga hacia otra conversación.

—¿Seguro que quieres hacer eso? —le pregunto a Justin, hipnotizada ante su idea.

—Por supuesto, quiero que todos tus sueños se hagan realidad. Por eso vamos a completar tu lista de deseos —me dice Justin con una amplia sonrisa. Los ojos se Justin se iluminan como los de un niño, sacándome una risita—. Toda la lista, incluso si no me quieres mostrar la primera.

Muerdo el interior de mi mejilla. No estoy lista aún.

...


—Este es mi árbol favorito —le digo a Justin mientras caminamos por Central Park. Un gran sendero de sakuras se cierne sobre nosotros.

—Tengo otro regalo para ti —admite Justin, y yo frunzo las cejas. Él busca en su bolsillo antes de sacar una pequeña caja plateada. El asombro en mi rostro lo hace reír antes de tomar aire—. Cálmate, ángel. No es un anillo. —Sonríe mientras yo exhalo profundamente.

—Me asustaste, Bieber. —Golpeo su hombro. Dejamos de caminar y Justin se para delante de mí. Abre la caja y revela un llavero de una estrella con mi nombre. Una estrella de Hollywood.

—Acabamos de empezar a completar la lista. Tu nombre en una estrella de Hollywood. —Justin me regala una sonrisa de oreja a oreja mientras levanta el llavero y me lo da. Observo cómo destella en dorado mi nombre, con una sonrisa creciendo en mis labios. Abrazo a Justin, tomándolo por sorpresa, con el llavero alrededor de mi dedo.

—Muchas gracias, eres el mejor —digo de forma ahogada en su cuello, pero apuesto que entendió todo, pues rodea mi cintura con sus brazos y me sostiene con más firmeza.

—¿Te gustaría ser mi novia? —Justin dice de manera repentina, sorprendiéndome cuando tomo un paso hacia atrás, con mis brazos aún en su cuello. Me regala una pequeña sonrisa, claramente esperando mi respuesta.

—Sería un honor. —Le sonrío, antes de que él colocase una mano en la parte trasera de mi cuello.

Se forman escalofríos en mi columna, solo con su toque. Las cosas que este chico me hace. No puede borrar la sonrisa de su rostro, y apuesto que yo tampoco puedo. Simplemente me mira a los ojos, antes de atraerme hacia él. Nuestros labios chocan en un casto beso, debajo de unos hermosos árboles de sakura.

Behind My Blood → j.b → spanish versionWhere stories live. Discover now