Corazón Frágil

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Detuvo un taxi para llevar a los chicos, primero subió Shoto, luego Kirishima y por último Bakugou, y antes de cerrar la puerta la peli roja se sentó sobre las piernas del niño explosivo.

-Que hacer joder! — no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran — siéntate en frente maldita sea! — no entendía la necesidad de esa mujer por hacerlo rabiar. El auto arrancó.

-Pero quiero ir hablado con ustedes — hace un puchero infantil — O es que no eres tan fuerte como dices? — solo necesitaba picarle un poco el orgullo — tienes razón a puesto que te cansarás, Shoto sujétame.

-Cierra la maldita boca! — no dejaría que nadie le llamara débil — puedo cargar tu gordo trasero todo el camino joder!

-Desde el principio supe que eras un lindo — siempre se salía con la suya.

-Deja de decir babosadas! — respondió con los dientes apretados y volteando a la ventana.

-Disculpe Mika-san — llamó Kirishima — qué pasó con su espada? — no la veía por ningún lado.

-Aquí está — sacó una cuchilla de entre sus ropas. Los chicos observaron el objeto con una ceja arqueada incluso Bakugou que trataba de hacerse el desinteresado — no me miren así — le daba gracia sus caras — su tamaño cambia, hace fácil llevarla a todas partes.

-Que genial... — Kirishima la tomó dándose cuenta que era más ligera de lo que pensaba — podemos conseguir de estas? — serían de ayuda ahora que buscaban con que apoyar sus puntos débiles.

-Lo veo difícil — sonrió viendo el gesto decepcionado de los chicos — fue un regalo muy especial — y al menos que tuvieran un conocido de Asgard que estuviera dispuesto a entregar un tesoro de las Valquirias no podía hacer nada por ellos.

Siguieron charlando de temas triviales, al primero que llevaron fue al de endurecimiento despidiéndose con su enorme sonrisa, la siguiente casa fue la del chico explosivo.

-No hay besito de despedida Katsuki? — señalo su mejilla haciendo gesto adorable.

-Jamás! — gritó ya al otro lado de la puerta del patio — y quiero la revancha bruja! — la dejaría tirada rogando piedad.

-Es que no me dan ganas... pero si me das un besito me lo pensaré — le envío un beso volador.

-Eso nunca! — estaba rojo del coraje... si, del coraje... no vayan a pensar que sentía pena por esa desvergonzada de bonito cabello rojo que parecerá quemar si lo tocabas.

-Lástima — negó resignada — y que sepas que estoy entrenando a Shoto y pronto será todavía más fuerte que tú.

-Que! — no creía que su enojo pudiera aumentar, se equivocó — ya lo veremos joder! — entró a la casa dando un fuerte portazo seguido de los gritos de una mujer regañándolo.

-Nee-chan porque lo haces enojar? — no le veían algún sentido, de por si su compañero era difícil de calmar.

El taxi siguió avanzando ya con los ánimos más tranquilos.

-Es que no puedo evitarlo — se rascó la mejilla — me recuerda a alguien.

-Quien? — le parecía curioso que anduviera otro Bakugou suelto.

-Un tipo grande con mal carácter y de piel verde, que grita algo como: Hulk aplasta! Grrrrr! — un pésimo intento de gruñido — solo que Katsuki dice: Shine! Bruja! — río al compararlos en su mente — pero por dentro te aseguro que son muy tiernos.

-Dijo que no lo llamaras por su nombre — ahora se daba cuenta que su hermana se dirigía a todos de una manera muy confiada y poco formal.

-Te confesaré algo Shoto, cuando conozco gente nueva soy mala en recordar sus nombres — a menos que la impresionaran o le cayeran muy bien —pero cuando te dicen que no hagas algo, más ganas te dan de hacerlo, no?

Angel de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora