Vicios Descarados

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Llevó a su hermanito al hospital y lo espero a fuera hasta que terminó la visita, por suerte no se topo con los otros, después del tenso momento siguieron paseando por las tiendas, le encantaba que pasaran el rato juntos.

Quería llevarlo de compras y verlo probarse ropa nueva, aunque Shoto no necesitaba nada sabía que ella quería consentirlo, no podía negarse al verla sonríe.

Le compro una mochila, zapatos, varios cambios de ropa e incluso un par de chaquetas que se veían costosas.

-Creo que te estás excediendo.

-Tonterías, te verás fabuloso — casi podía ver cómo dejaba un camino de chicas desmayadas cuando lo vieran.

Siguieron revisando las tiendas hasta que el menor se detuvo en una vitrina de relojes.

-Cual te gusta más? — ya tenía la tarjeta lista para pagar y llevarse todos si quería.

-No es eso, solo me preguntaba de donde sacaste el tuyo? ese que se transforma.

-El mío? — vio el pequeño accesorio en su muñeca — me lo regaló un amigo, te gusta?

-Parece bastante útil — se encogió de hombros.

-En ese caso te conseguiré un modelo aún mejor — el menor sonrió levemente, eso si le interesaba más que todo lo que llevaban en las bolsas.

-Una cosa más Nee-chan... había comenzado a entrenar con el viejo.

-Si, me lo dijiste — era para dominar mejor su lado de fuego — te hizo algo? — en seguida su mirada se oscureció, ese maldito se había atrevido a maltratarlo como el pasado?

-No — dijo rápidamente antes que saliera directo a golpearlo al hospital — pero como ahora debe estar en reposo yo me preguntaba... si tú me estrenarías?

-Yo?... — no sabía si sería buena idea, y si ella era igual que Enji y lo hacía sufrir?

-Quiero aprender de ti — porque al igual que a sus compañeros lo había dejado muy impresionado con la demostración.

Esa mirada... simplemente no podría negarse.

-Entonces daré mi mejor esfuerzo — no lo decepcionaría — aunque puedo ser algo ruda, ya te dije que te faltan músculos.

-Seguiré tomándome el chocomilk.

-Así se habla! — quizá en ese tiempo podría comentarle sobre lo de irse a América.

Como era fin de semana lo llevó de regreso a casa, vio las luces encendidas seguro Natsuo o Fuyumi lo esperaban.

-Te veré mañana en el hotel — tenían un gimnasio bien equipado y un par de grandes salones de entrenamiento.

El menor asintió, sabía que sería inútil invitarla a pasar.

********************

Entro a la casa de estilo japonés antiguo cargando varias bolsas.

-Estoy en casa — anunció con su característica voz calmada.

-Bienvenido — salió Fuyumi de la cocina esperando ver alguien detrás del menor.

-Se fue... — ambos se dirigieron a la sala donde estaba Natsu viendo televisión.

-Me odia — clavo su vista en el piso con gran tristeza.

-Intentaré hablar con ella Fuyu — Natsu odiaba verla así, aunque entendía a Mika, todos fueron cobardes.

-No, las cosas podrían terminar peor, al menos ahora está cerca — trató de consolarse la chica de hebras rojas.

Angel de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora