Capitulo XXIV

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Poco a poco abrió los ojos, despertó despacio y tranquilamente. Aunque también sentía que respiraba de una manera tan lenta y tan profunda, todo a su alrededor, era extraño. Sin embargo, más extraño fue el reconocer a Risotto, acostado junto a él.

Solo tuvo que mirarlo un segundo, y saber que al igual que él, estaba totalmente desnudo, sin ropa. A excepción del vendaje que sentía alrededor de su abdomen y la sabana rojiza, que cubría bajo la cintura. Trato de sentarse lentamente en la cama, y aunque le costó algo de trabajo pudo lograrlo. No sabía dónde estaba, ni como había llegado ahí, apenas busco algo de ropa, que encontró en la esquina de la cama, y la tomo

-Hay un baño esperando por usted- oyó la voz tan clara, y fuera de la habitación, con la puerta abierta. No le miro, pero la reconoció

-¿Abel, donde estas?- sonrió un poco, tomando rápidamente una toalla que le cubriese la cintura, y él apareció en la puerta de la habitación

-Sígame por favor- le dijo, y camino. Leone quiso abrazarle, al sentir un gran alivio por ver a alguien conocido pero él se negó, y Leone al final solo le siguió

-Volveré por usted, para ir a la comida- murmuro, tan pronto llego al baño y cerraba la puerta de la habitación

-¿Y Buccellati?- reacciono Leone

-Durmiendo, aun es de día- le contesto, y se marcho

Leone camino hacia la tina de baño, sintió el vendaje cada vez más apretado a su estomago, y no evito mirarse ante el enorme espejo de pared. ¿Qué había pasado? ¿Cómo es que aun estaba vivo, cuando él sentía que ya lo habían herido?
Y Bruno, ¿Qué le paso a él?

-¡Leone!- oyó el grito, el eco dentro de su mente. Y él estaba tirado en el suelo, inmóvil, herido, inútil. No evito sentir el nudo en su garganta, el dolor dominar todo su cuerpo y las lagrimar inundar sus ojos. Había fallado, lo había decepcionado.

-No te los vas a llevar- sintió la voz de Giorno Giovanna, y golpeo la pared. Tan fácil se veía todo, tan fácil... iban a lograrlo pero habían fallado. Y él ¿Cómo sobrevivió a esa herida?

Se quito el vendaje, de manera lenta y con cuidado, sin embargo a cada vuelta que daba pensaba que se terminaría pronto, pero se equivoco, el vendaje parecía interminable, que tras cada vuelta que daba fue acelerando, se sintió desesperado y al final, no se atrevió a mirase al espejo. Sintió un escalofrió dominarle por completo, con el hecho de solo pensar en ver aquella herida, la cortada en su cuerpo, los hilos en su piel.

Leone no se atrevió a verse, a mirarse. Resistió.

Camino lento hacia la tina de baño, y tomo una ducha lentamente, no quiso reabriese la herida, de por sí ya era un milagro, el pensar que seguía vivo siendo un humano... Siendo un humano.

Leone quiso hacer memoria de lo que había pasado, quien o como lo habían salvado. Trato de recordar, el instante en que tuvo a Bruno frente a él, el momento en que pudo sentir el beso en sus labios, y la herida tras su espalda, pero de ahí en adelante, no recordaba nada. Todo estaba en blanco. Hasta el instante en que sintió, como Risotto y él... pasaron la noche en la misma cama.

Se levanto del agua, fue directo al espejo, no pudo esperar más. No le importo estar escurriendo agua en el suelo, ni siquiera sintió dolor alguno, cuando pensó que sí. Se volteo de espalda, y miro tras su cuerpo, observando lo que mas temía.

En su cuerpo, no había cortadas, no había ninguna herida, ni hilos, nada, solo una cicatriz que lentamente ya se borraba

Leone tomo la ropa, se vistió lo más rápido que pudo y camino hacia la habitación. Azoto la puerta, no le importo hacer ruido y miro como Risotto apenas despertaba.

Midnight (AbbacchioxBruno)Where stories live. Discover now