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Rebekah interrumpió mi sueño a las nueve de la mañana cuando yo apenas había empezado a dormir a las siete, las palabras de mi madre aun estaban ahí atras, parecia que la bruja raspillaba en mi cerebro buscando desequilibrarme y llevarme al límite, poco a poco toda yo, desde la punta de mis pies hasta mi más escondido y nuevo cabello sentía como mi madre accedía a mis profundidades y me desequilibraba como sabía hacerlo desde siempre, las opciones en este caso eran quedarme ahí esperar a que ella me destruyera, destruirla yo a ella o evitar de todas las formas posibles que ella se metiera ahí dentro siquiera un poco. Obviamente yo me había decidido por las últimas dos opciones, destruirla era algo que debía de haber hecho hacía mucho tiempo ya.
—¿Lo encontraste? —me cierro la bata al sentir una corriente que venia desde la puerta abierta de par en par —¿Pero no sabes dónde está?
La Mikaelson se mira los zapatos —El arma secreta de Marcel me quito la ubicación.
—Genial —me dejo caer en la cama —No tenemos nada, no puedo hacer un hechizo y no tenemos algo con lo que negociar.
La idea de salir de la ciudad se cruza por mi mente, llegaría hasta los limites y trataria de hacer el hechizo.
—¿Tienes una idea, verdad? —yo asiento con la cabeza.
(...)
Mis botas se llenan de barro mientras avanzo por el bosque hasta un lugar apartado de Nueva Orleans, el mapa en mi chaqueta me incomoda un poco, al igual que los guantes que llevo puestos por el frío que he sentido gran parte del día, el bolso en mi espalda resuena cada vez que doy un paso más en el terreno húmedo e inestable del bosque, Rebekah no ha podido acompañarme y Klaus ha preferido quedarse al margen de mi intento de hacer algo por el hermano perdido, yo le llame cobarde antes de salir de la casa, Hayley por otro lado estaba atragantándose de helado igual que la noche anterior tras el incidente, además no le pediría ayuda a ella para esto, una loba embarazada no era lo mejor en proteccion que digamos y no la expondría a los vampiros de Marcel de ser encontrada o a mi madre si decidía hacer acto de presencia.
La bota se me resbala mientras avanzo , intento sostenerme de una rama del árbol más cercano pero acabó cayendo de trasero al suelo demasiado rápido para mi gusto y manchando mi pantalón favorito, genial. Paso mi mano por las manchas mientras susurro algo que leí en un grimorio hacía bastante tiempo atrás y las manchas desaparecen un poco, cuando eres una bruja que ayuda a vampiros debes estar lista para limpiar las manchas de sangre de su ropa, aunque era sobretodo en ropa de Klaus que adoraba matar gente y dejarse todo manchado, yo solo esperaba que el carnicero que el híbrido llevaba dentro se calmara un poco.
—Cuidado con donde pisas, Seraphine —¿que mas podria salir mal ese dia?
—¿No puedes darme paz en todos los sentidos un solo dia? —gruño mientras me acomodo la chaqueta y verificó que el mapa esté en su lugar. Las ganas de salir corriendo son demasiadas porque la bruja que me dieron de madre está planeando algo haciendo apariciones muy seguidas una de la otra.
