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La escuela no era nada especial, y era aún más aburrida de lo normal.

Hyunjin no estaba allí, lo que dejó al resto del grupo algo incómodos. Nadie hablaba de nada, parecían no darse cuenta de la ausencia del material de risa de la escuela. Los otros ocho chicos extrañaron a Hwang, que no se había presentado a la escuela en una semana, pero sabían que probablemente estaba llorando, lo que los entristeció a todos.

Finalmente era sábado y Jeongin estaba decidido a ver a Hyunjin. Después de casi una hora convenciéndose de no retroceder, se fue para ir a la casa ChanHyunSung.

Cuando llegó, llamó a la puerta tan pronto como estuvo frente a esta, evitando que cualquier negación se filtrara por su mente. La puerta se abrió para revelar a Jisung, quien dejó entrar al menor sin siquiera preguntar por qué estaba allí. Chan salió de la cocina con una taza de agua en la mano. Miró al recién llegado, ligeramente sorprendido, pero sonrió y saludó levemente. El menor inclinó la cabeza hacia las escaleras, pidiendo en silencio que subiera. Se ganó un guiño del australiano y caminó hacia la habitación del pelinegro.

La habitación era en su mayor parte bastante tranquila, además de un poco de respiración pesada al otro lado de la puerta. Cualquiera podría decir que Hyunjin había estado llorando, o estaba llorando ahora. Llamó suavemente a la puerta, esperando obtener una reacción de los mayores.

– Vete Chan– Gritó el mayor, siendo seguido de un poco de movimiento y silencio.

Hyunjin obviamente había tratado de hacer que pareciera que no estaba llorando, a juzgar por los sonidos apagados que fluían por la puerta un minuto después.

– No es Chan– Susurró el menor. La sala quedó completamente en silencio después de eso por un minuto.

– Vete Jeongin– Se apresuró a decir.

– Por favor déjame entrar– Suplicó, apoyando su cabeza en la puerta y suspirando ligeramente– Quiero verte. Te extraño mucho– Persuadió.

Hubo un ligero movimiento antes de que se escuchara un suave sonido del desbloqueo de la puerta y esta se abrió lo suficiente como para ver los ojos y la frente del niño mayor. El menor se inclinó hacia la puerta.

– ¿Podemos por favor hablar Jinnie?

El mayor pareció pensar por un momento, antes de abrir lentamente, muy lentamente la puerta para que Yang entre. Inmediatamente, después de que la puerta se cerró nuevamente, Jeongin agarró a Hyunjin por el brazo y lo abrazó con fuerza, permitiéndole llorar en su hombro.

– Jinnie, ¿qué has comido?– Susurró al oído del más alto.

– N-nada– Fue la única respuesta. El menor levantó la cabeza del pelinegro y lo miró a la cara.

– Come algo, y luego hablamos– Declaró firmemente– Si no quieres cooperar, te llevaré a la cocina.

Happy [Hyunin]Where stories live. Discover now