La identidad de la bruja

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Los ojos de la bruja regresaron a la normalidad y todo alrededor se aclaró, entonces me sentí viva de nuevo y reaccioné sin pensarlo dos veces.

- ¡¿Cómo pudiste?! - grité al atacarla. Ella se defendió como siempre, esquivándome.

De repente, me di cuenta de algo que no había visto antes, una especie de diamante brillaba sobre un pedestal rodeado de dos campos de energía. Me agaché y fingí llorar, una corazonada me había llegado. Tal como pensé, la bruja se acercó a mí bajando su guardia, ahí fue cuando la ataqué con mi espada. No obstante, antes de llegar a tocarla, mi espada se detuvo en un campo de fuerza que rodeaba a la bruja. No me rendí, continué presionando hasta que, en el momento preciso, el campo cedió y mi espada se incrustó en su pecho.

La bruja soltó un grito de dolor. Noté que los campos de energía que protegían el diamante titilaron, así que me dirigí allí y conseguí tomarlo.

- ¡No!!! - se lamentó la bruja, pero fue tarde. Con ayuda de mi espada logré quebrar el diamante. Apareció entonces una marca debajo de sus restos y otra debajo de la bruja. Una luz comenzó a salir de su cuerpo. - ¡Mis poderes, maldición! ¡Me las pagarás!!!

Antes de que pudiera actuar, de sus manos salieron dos rayos fulminantes hacia Lee. Hubo una explosión, el cuerpo de Lee salió impulsado hasta el otro extremo.

- ¡Lee! - corrí y lo cogí en mis brazos. Estaba helado y...

- ¡Está muerto! - se rió la bruja. Sus cabellos comenzaron a crecer y adquirir tonos grises, sus manos se arrugaban, su rostro cambiaba como si atravesara una transformación temporal. Cayó de rodillas, las marcas y los restos del diamante desaparecieron. - Nunca pensé terminar de esta manera.

- Pero... - me impresioné. Esa voz, ese aspecto los conocía muy bien.

- Hola, Sakura – se volteó a verme.

- Edda - llamé incrédula.

- No me digas que nunca lo sospechaste - reprochó con su sonrisa de siempre. - Oh, es verdad. Estabas demasiado ocupada con tu venganza que no pensaste las cosas con claridad. Supongo que perder tu memoria te volvió más tonta. Qué lástima, habrías evitado todo esto.

- ¿A qué te refieres?

- Dime, ¿por qué crees que la bruja utilizó una ilusión de Lee para sacarte del castillo y robarte la memoria? Si nadie en el reino sabía de tu relación con él, ¿cómo una enemiga podría saberlo? - explicó. - ¿Cómo crees que la bruja sabía del Lee que había llegado a tu cueva o del que agarró tu mano en el derrumbe? ¿Por qué crees que a veces yo desaparecía justo en los eventos más importantes o por qué mis soldados volvieron tan rápido luego de encontrar tu aldea desierta?

Tenía razón, había sido demasiado distraída. ¿Todo había ido de acuerdo a su plan? De no ser por ese diamante...

- ¡Ganamos!!! - abrió abruptamente la puerta un grupo de aldeanos -. ¡Lo logramos, princesa! Señora Edda, ¿qué hace aquí?

- Llévensela - ordené -. Ella resultó ser la bruja. Tómenla prisionera, ya no tiene poderes -. Los aldeanos me miraron confundidos, indecisos ante mi declaración. - ¡Muévanse!

Edda rió levemente y se entregó a los aldeanos que finalmente me obedecieron. Antes de irse, giró hacia mí.

- ¿Sabes en qué falló mi plan? - preguntó -. Fue porque en mi desesperación, además de matar al Lee verdadero, acabé con esa máquina que mantenía a todos mis clones con vida. Ellos me hubieran salvado. Además, debo reconocer que estos años estando a tu lado me despertaron cierto cariño hacia ti, y no pude matarte ni bien tuve tantas oportunidades para hacerlo.

No respondí. Los aldeanos se la llevaron impactados por el descubrimiento de su verdadera identidad. Uno de ellos se quedó conmigo.

- ¿Alguna otra cosa, alteza?

- No, déjame sola, por favor - respondí con la cabeza gacha. Aún sostenía el cuerpo de Lee en mis brazos.

Tantos recuerdos me venían con él. Cómo nos conocimos, cuando nos declaramos nuestro amor, cuando pidió mi mano en matrimonio. Me costaba creer que ya nunca volvería a escuchar su voz, que ya no sentiría su tacto. No quería creer que él realmente se había ido, que lo había vuelto a perder...

- Pero, él no se ha ido – me dije sorprendida -. Él siempre permanecerá a mi lado.

Recordé sus promesas de quedarse a mi lado, incluso cuando había perdido mis recuerdos con él. Lee nunca dejó de cuidarme. Estaba segura que también en ese momento, él seguía velando por mí. Mientras lo tuviera en mi corazón, jamás me abandonaría. Era tiempo de sanar mi espíritu.

Lo abracé con fuerza y le di las gracias.

- Lee, siempre te llevaré conmigo. Sé que algún día nos volveremos a encontrar, así que espérame. Nunca te dejaré solo.

El amanecer llegó cargado de renovación no solo para mi reino recuperado, sino para mí misma. 

FIN

Notas de la autora: Si has llegado hasta aquí, te agradezco profundamente por la paciencia y el buen humor al leer este fanfic que escribí en mis años más cursis del colegio. Ahora por fin puedo dejar en paz el cuaderno donde lo tenía apuntado. 

¡Hasta una próxima obra!

Kingdom's ChroniclesWhere stories live. Discover now