Largo trayecto

70 9 4
                                    


Llegamos a una colina, pude divisar por fin el palacio. Era lindo y con un estilo bastante original. No podía esperar llegar ahí. Me senté recostada sobre un árbol, Lee había ido por algo de comer. Cuando volvió, trajo algo de fruta. Me la dio toda, indicándome que él ya había comido. Disfruté mucho comerlas, aunque todavía seguía con hambre al terminar.

Caminamos el resto del día en silencio. Él no me miraba ya, por más que yo lo hiciese. Me pregunto por qué. ¿Acaso pretendía ya no hablarme más? Me resultaba extraño, con lo amable que se había portado a un principio. Si ocurría algo, me decía "princesa". Sí, es lo que yo era, pero, ¿entonces por qué antes me llamó por mi nombre? En ese momento no usó mi título real, se tomó la confianza de llamarme "Sakura". ¿Por qué?

Días después, cuando estaba a punto de anochecer, de pronto Lee pareció marearse y tuvo que apoyarse en un árbol para mantenerse de pie. Fui a ver cómo estaba, pero cuando me acerqué él me hizo señas de que me detuviera y se paró de golpe.

- Estoy bien - aseguró, aunque yo dudaba de que lo estuviera.

Al observarlo mejor me di cuenta de que estaba más pálido que antes. ¿Acaso él también recuperaba recuerdos, como yo? No, eso no tenía sentido. Después de todo, era él quien me guiaba.

Continuamos nuestro viaje, cada paso nos acercaba al palacio. Decidimos buscar un lugar para dormir. Lee me dejó segura en una cueva mientras que él se retiró a recolectar comida. Comenzó a llover levemente. Momentos después, la lluvia empeoró, y Lee no volvía. Pese a que lo llamé varias veces, no daba señales de su presencia. Me asusté, nunca antes se había tardado tanto. ¿Me había abandonado?

Decidí salir a buscarlo, ya no soportaba esperar sin saber nada. Fue cuando distinguí un bulto sobre el suelo a unos metros de donde yo estaba.

- ¡Lee!

Corrí hasta él, asustada. Se había desmayado. Lo arrastré hasta el interior de la cueva, en donde intenté hacerle reaccionar. Me tomó unos segundos, pero conseguí que abriera los ojos. Me miró confundido, y estuvo a punto de acariciar mi mejilla, mas se detuvo algo apenado y desvió la vista de mí.

- ¿Qué ocurrió? ¿Estás bien? - indagué preocupada.

Lee se quedó callado. Todavía sin verme, me aseguró que estaba bien. Trató de incorporarse, pero no se lo permití.

- No estás bien. Dime, ¿qué te pasa? - insistí. Él se rehusó a contestar, así que me cansé y le espeté con algo más de rudeza -: Si no me respondes, Lee Syaoran, ya no iré contigo al palacio. Hablo en serio, por favor, respóndeme.

Recién volteó hacia mí y me contempló antes de ceder y comenzar a hablar con sinceridad.

- Yo... no he... - se calló un instante, se debatía si decirme la verdad o no, pero al final agregó -: No he comido en días.

- ¿Por qué?

- Quería que usted se alimentase bien - respondió.

En ese instante, me conmovió. Lo abracé y no quise soltarlo.

- No vuelvas a hacer eso - le ordené -. Si no te alimentas bien, ¿cómo vas a protegerme?

Me miró sorprendido y sonrió. Yo también sonreí.

Pasamos la noche así, le traje de comer y él comió. Haciéndose rogar y ofreciéndome algo a cada rato, pero logré que comiera. Recién entonces me di cuenta de que era un caballero que en verdad se preocupaba por mí.

Dejé de desconfiar.

Dejé de desconfiar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Kingdom's ChroniclesWhere stories live. Discover now