64.

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Ante el nerviosismo de ser el centro de atención de aquello, casi no notaba el dolor en mi espalda. Apenas di tiempo a la gente a fijarse más en mi, andando tan rápido como pude, dejando el bullicio atrás. Pude ver a Yoongi dirigiendose a la esquina más próxima, así que hice lo mismo, notando progresivamente el dolor cuanto más me acercaba.
Al doblar la esquina Yoongi me miraba impasible, con los ojos aún más abiertos de lo normal, pero yo notaba como empezaba a caer sangre a lo largo de mi espalda y el dolor casi iba a conseguir acabar con la fuerza de mis piernas.

-Necesito sentarme.

Él me dió la espalda, doblando sus rodillas y extendiendo los brazos a sus lados.

-Mi casa está más cerca, sube.

-Yoongi...

-Sube.-espetó.

Hice lo que me dijo dejando caer mis brazos sobre su pecho. Andaba en dirección a su casa mientras soltaba todo tipo de cosas por su boca.

-No estaba sobria.-le excusé.

Simplemente no me contestó.

-Tengo que llamar a mi manager.

Del asunto médico se encargaba mi manager, no podías llamar a urgencias, si no que tenías un doctor particular que mantenía un contrato de confidencialidad, y eso era algo que todos teníamos en este trabajo, así que Yoongi aceleró su paso, leyendo entre líneas con aquella frase que dolía bastante.
No tardó en llamar a la puerta con patadas ya que se negaba a soltarme, y menos mal, porque empezaba marearme y apostaba que era por no saber qué herida tenía y por cómo rozaba con la lana de mi cárdigan ya que aquél top no tapaba esa parte. Definitivamente habría sido menor golpe si no hubiera usado tirantes.
Tan pronto abrió la puerta Jin con el ceño fruncido, Yoongi se deshizo como pudo de sus zapatos y entró a la casa, dirigiéndose al aseo.
Allí me soltó cerca de la encimera del lavamanos, de donde me agarré para no perder el equilibrio.
Jin entró con la boca entreabierta.

-¿Qué ha pasado Yoongi?

El nombrado trataba de ayudarme a quitarme el cárdigan a la vez que yo trataba de no estirar demasiado la piel en la zona de la herida tras haber comprobado que el dolor se incrementaba si lo hacía.

-Dile a los chicos que no bajen, ya ha estado delante de un espectáculo y no necesitamos otro, porfavor.

Jin insistió en saber qué había pasado, pero tan pronto noté como se despegaba la tela de la herida calló y se dirigió a hacer lo que Yoongi le había pedido. Lo miré en busca de algún tipo de información, en cambio recibí por su parte una mueca, asintiendo.
Cogí mi teléfono y marqué el número de mi manager.

-¿Qué pasa?-contestó rápidamente.

Nunca llamaba, y menos cumpliendo media noche, así que apostaba que se esperaba lo peor.

-He tenido un percance-dije después de quejarme cuando Yoongi separó del todo la tela, lo miré, en cambio él no apartaba la mirada de mi espalda-, creo que necesito un médico.

-Necesitas puntos.-afirmó Yoongi colocando sus manos a los lados de la zona afectada, como si aquello hiciera otra cosa que calentar el lugar dónde se posaban.

-¿Donde estás? Voy ya.

-Estaba más cerca la casa de los chicos, pero puedo...

Necesitaba apoyar todo mi cuerpo sobre algo así que simplemente le brindé el teléfono a Yoongi, quien no apartaba su vista de mí, y me senté en la doble altura del baño, colocando mi torso sobre mis rodillas, trataba de convencerme que aquello no era demasiado. Sólo recordaba una vez en la que me habían tenido que dar puntos, y era una sensación cuanto menos desagradable.
Mientras tanto, Yoongi trataba de explicarle por encima qué había pasado, y cómo llegar a su casa. Tan pronto colgó se agachó frente a mí, colocando su mano en mi brazo para que levantara la cabeza.

special trainee « btsWhere stories live. Discover now