-Uhm... Disculpa, mamá, a la próxima te haré enviaré un correo con un conteo con la cantidad de alcohol que bebo mensualmente -replicó, sarcásticamente.

Estuve próxima a rodar los ojos con fastidio, mas me limité a ignorarlo y no ceder ante su mal humor.

-¿Qué quieres? -dijo entonces, indispuesto a tolerar mis rodeos.

-Quería decirte que ya he decidido respecto a lo que me dijiste hace un rato -anuncié.

Frente a esta última frase, dejó su teléfono en la mesa, poniéndose de pie, sin soltar su vaso, rodeando el escritorio con movimientos cautelosos, hasta finalmente quedar frente a mí, dejándome aprisionada entre él y la madera.

La manera en que me observaba era diferente, era como si yo fuese lo único importante y que requiriera tal concentración.

-¿Y bien?, ¿Cuál es el veredicto final?

Guardé silencio un segundo, como queriendo darle más misterio al asunto, hasta que sencillamente no pude contener más mi sonrisa, por lo que acabé diciendo:

-Iré, iré contigo.

Y con ello, su rostro también fue decorado con una magnífica sonrisa, de esas auténticas, de esas que lo hacían ver realmente jovial.

-¿Estás hablando en serio? -cuestionó, incrédulo.

-Totalmente, señor Styles -dije con una falsa formalidad.

-No sabes lo importante que es para mí el que estés a mi lado en la inauguración -confesó, llevando su mano libre hacia mi cadera, al tiempo en que la otra se apresuraba a dejar el vaso de lado.

-¿E-estaré ahí? -repetí, pasmada-. Creí que solo querías que te acompañara en el viaje.

-Por supuesto que estarás ahí -confirmó-. ¿Qué esperabas?, ¿Qué te deje encerrada en el hotel?

-No me extrañaría viniendo de ti -insinué-. Tienes un historial conmigo, Harry.

-Bueno, pero las cosas han cambiado, ¿No? -se defendió él, señalando un punto que indudablemente marcaba la diferencia- Por lo que esta vez no quiero que sea así. Quiero que todos te vean conmigo, que te conozcan.

-¿Ah sí? -dije, cruzándome de brazos-, ¿Y cómo es que pretende presentarme ante sus socios y conocidos, señor Styles?, ¿Cómo la mujer que compró o...?

-Como mi novia -me interrumpió.

Tragué saliva, cada vez más anonadada que antes.

¿Había oído bien?

¿Novia?

Wow.

-Pues le recuerdo que yo no soy su novia -le reproché, alzando una de mis cejas-. Al menos no que yo sepa.

-Lo sé, pero... Podrías serlo mientras estemos allá, ¿No? -explicó, encogiéndose de hombros, como restándole importancia.

-No entiendo.

-Mira, hagamos un experimento: se mi novia en Francia, y ya cuando volvamos a Londres todo puede ser como antes, sin compromisos -dijo, como si su propuesta fuese de lo más cuerda y racional del mundo.

"Sin compromisos".

¿Qué acaso existía alguna forma en la que podría no haberme sentido comprometida con Harry? Pues a mi parecer, después de todo lo que estaba sucediendo y de todo lo que había hecho por mí, me era inevitable sentirlo así.

-Anda, Navs... -insistió, sujetándome suavemente del rostro, a la vez que la otra se posaba sobre mi muslo, en tanto sus labios se acercaban peligrosamente a los míos, provocando que de inmediato una oleada de calor acudiera a mi cuerpo.

Million Dollar Man » Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora