25

40 2 0
                                    

Llevo dos semanas en Madrid, quedando con Javi y la cosa va bastante bien. No sé si va a cambiar de opinión sobre lo que me propuso, lo que si veo es que hemos progresado. Ahora ya no quiere matarme, y eso es muy buena señal.

Lo que me jode es que todo sea tan contradictorio:

Por una parte, para que Julia me perdone y podamos tener primero una amistad, necesito el perdón de Javi.

Pero por otra parte, Javi me da tan solo una condición para perdonarme, que no me vea con Julia.

¡Pero eso es precisamente por lo que estoy aquí!

¿Qué se supone que debo hacer yo?

Hoy es sábado, y he quedado con Laura esta mañana, para poder contarle todo esto. Necesito que me ayude, ya que no tengo ni idea de qué cojones hacer.

Cuando llego a donde hemos quedado, me la encuentro sentada en un banco, mirando su móvil.

Ando hacia ella, y el ruido que hacen mis pies al pisar el suelo hace que levante la cabeza y me vea.

Se levanta para saludarme, pero no tardamos mucho en volver a sentarnos los dos.

-No sabes el lío que tengo ahora mismo Laura...- agacho la cabeza.

-No te preocupes, seguro que podemos solucionarlo, cuéntamelo todo.

-Javi tan solo me perdonará si no me veo más con Julia. Pero es que precisamente esto es lo que he venido a hacer a Madrid, Laura, he venido porque Julia me pidió llevarme bien con él- suspiro.- Ya no sé que más hacer. No sé como seguir. Si le digo cuatro cosas a Javi, se va a enfadar aun más y no me va a perdonar. Pero si sigo sin que se enfade no voy a conseguir que Julia me perdone.

-Uf... estás jodido- lleva una mano a mi espalda.

-Gracias por los ánimos- ruedo los ojos.

-Perdón- se ríe.- Pero es la verdad.

-Yo...- no puedo más, y rompo a llorar.- No quiero perder a Javi, pero tampoco a Julia. Todo esto fue por mi culpa Laura, por ser un puto cobarde. Sino, ahora estaría con Julia. Por ser un cobarde de mierda no estoy con la chica de la que estoy enamorado.

Se queda en silencio, y yo agacho mi cabeza, poniéndola entre mis manos, apoyadas en mis rodillas.

-Carlos- llama mi atención Laura.- Mírame- me ordena.- ¿Tú quieres a Julia?

-Claro que la quiero, con todo mi corazón, pero he llegado demasiado tarde.

-A ver, por lo que me cuentas, tienes dos opciones. La primera, seguir como ahora, lamentándote y seguir siendo amigo de Javi. O decirle a él las cosas como son, e irte hacia Cádiz de una vez, ya que no sé que haces aquí aún.

-Pero si vuelvo sin que Javi me perdone, ella no lo va a hacer.

-¿Prefieres no hacer nada? ¿Quedarte de brazos cruzados? Intenta hacer lo posible para que te perdone. Te lo ha puesto difícil, pero no imposible.

¿Y si tiene razón?

-Lo sé Javi, no te lo he dicho, pero sí, me marcho hoy mismo.

-Pero, ¿por qué? ¿Dónde?

Han pasado dos días desde que hablé con Laura sobre este tema, y me he decidido.

Busqué un AVE hacia Cádiz, compré el tíquet y aquí estoy. Dos horas antes de que el tren se vaya, hablando con Javi para decirle la verdad.

-Mira Javi, quiero decirte dos cosas. La primera, que no te vayas ni digas nada hasta que acabe de hablar. Y la segunda, se que va a sonar muy egoísta, pero necesito que lo entiendas.

Dos Miradas No Se Cruzan Por CasualidadWhere stories live. Discover now