Convivencia

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Al día siguiente el radiante domingo, fue un día de descanso; la pareja de actrices aprovecharon para hacer sus rutinas matinales cotidianas de ese día de descanso: Macarena sus ejercicios de yoga; y Bárbara, su buena dosis de TV desde cama bajo las sábanas, luego del desayuno con el que Macarena la despertó y compartieron, allí en su nido de amor.

Continuaron luego con una sesión de ensayo de sus escenas programadas para la semana. Después continuaron cocinando y las clases exclusivas para la morena.

Los besos y mimos, las caricias y sonrisas no hicieron falta en la jornada, combinado todo con conversaciones de temas aleatorios de los gustos y experiencias de cada una en varios temas.

La compañía les era amena, ya lo sabían, sí, pero confirmarlo en su convivencia día a día era otro nivel. Aunque estuviesen en silencio, o cada una en sus asuntos, podían apreciar la tranquilidad de estar juntas y les enamoraba aún más la idea para largo, largo plazo, en silencio lo meditaron, lo desearon... cada una por su lado, a su manera, pero el anhelo de ambas era el mismo.

Macarena sabía que en cualquier momento Bárbara estaba en su derecho de ir a vivir a su apartamento, el convenio era que estuviese con ella hasta que lo viese conveniente, la rubia no dudó ni un instante el darle los espacios y derechos de su lugar, la hizo sentir en casa desde el minuto uno; poco a poco fue descubriendo los gustos de la morena y le fue adecuando todo para hacerla sentir como en casa, aunque se les escapaban algunos detalles seguía atenta a todo.

Era su estrategia para que su novia no decidiera salir de allí por agobio ante una relación de pareja asfixiante o demandante

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Era su estrategia para que su novia no decidiera salir de allí por agobio ante una relación de pareja asfixiante o demandante. Sabía que ella había rehuido de su relación anterior para convivir en pareja, y también sabía que no había experimentado el hecho de vivir sola e independientemente en su propio apartamento, rogaba a su deidad para que Bárbara no despertara ese deseo de nuevo.

La tarde había desaparecido, una noche de luna llena era adorada por la ciudad; luego de mil cosas compartidas e ese día a Bárbara realmente se le acentuaba lo que le encantaba estar allí, todo le transmitía tranquilidad, armonía y sobretodo amor.

Ambas descansaban sobre el cómodo sofá de piel en forma de L, una en cada línea, Bárbara disfrutaba de su lectura, y Macarena reposaba su cabeza en el regazo de su novia mientras revisaba sus redes sociales, era muchísimo más activa en ellas que la morena.

Bárbara de vez en cuando le masajeaba el cabello de la rubia, el cual le fascinaba.

—Quiero presentarte a mis padres. –Macarena esfumó el silencio reinante.

—¡¿Qué?! –la morena se removió de su posición. Macarena rió, se dio vuelta para quedar apoyada en sus codos y ver la cara de su novia, no se equivocó, la encontró pálida.

—¿No quieres conocerlos? –preguntó, fingiendo indignación, contenía su risa.

—Amor –aclaró su garganta– , cla...ro –dijo vacilante–, me encantaría conocerlos, pero no sé... –respondió dubitativa, le sonrió y volvió su atención a la lectura, para encubrir su sorpresa, estaba aterrada ante la idea de conocerles, ¿era muy pronto?

Perfect Time (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora