❝James no tiene deseos de vivir, pero Zoe se cruza en su camino y le pide dos
semanas para hacerlo cambiar de opinión.❞.
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Zoe Collins brilla por su optimismo, su buena actitud y su preferencia por tener seis empleos divertidos que disfruta a...
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La florería de Verónica estaba ubicada en el corazón del sector comercial céntrico de la ciudad. Alrededor del local de Vero había tres florerías más a cada lado pero no era un secreto que no tenían tanto éxito como la de ella. Podía ser su carisma para atender, el frescor permanente de sus flores o lo bonitas que le quedaban las dedicatorias en las tarjetas cuando eran solicitadas... sea como fuere, era un gozo estar dentro de su florería y por eso trabajaba con ella los miércoles en la tarde y los jueves en la mañana.
Ayudaba a cortar tallos, armar arreglos, decorar los envoltorios para las rosas y añadir hojitas de mirto para hacer más bonitos los ramos, entre otras tareas. Vero me había enseñado todo eso con paciencia y con un amor enorme hacia su labor, las flores eran simplemente su sueño cumplido y ese ambiente que daba dentro de su propio local era lo que había hecho que yo también me enamorase de trabajar ahí.
Estaba armando unos ramos sencillos de doce claveles cada uno cuando me entró un mensaje en el teléfono, lo leí en la barra de notificaciones sin necesidad de tocar la pantalla —lo tenía sobre la mesa en la que trabajaba así que estaba pendiente— y emití un fuerte resoplido que llamó la atención de Vero. Ella estaba emparejando tallos de unas rosas y me miró con una ceja enarcada.
—¿Y ese genio?
—Es el idiota de Dante.
Vero pulió un gesto de desagrado que me hizo sonreír.
—No me digas que te anda buscando.
—Pues sí te lo digo. Yo no lo entiendo. Va a la cafetería donde trabajo en las mañanas, casi siempre con su nueva novia y actúa de lo más indiferente, pero ahí lo ves mandándome mensajes.
—¿Qué te dice?
—Es ridículo. Me escribe como si fuéramos amigos de toda la vida, los típicos "¿Cómo estás? ¿Qué tal el trabajo?" y todo eso, como si nada hubiera pasado entre nosotros. Pero no somos amigos, Vero. Él dejó muy claro eso y me confunde que me busque de esa manera.
—Quizás está arrepentido de dejarte ir.
—Y eso ya no sirve de nada. Además de que su actitud es "me arrepiento, pero aun así no volveremos jamás". —Suspiré, dejando por un segundo que mi tono dejara ver que de verdad me afectaba—. No lo voy a poder superar si sigue buscándome así. Yo le dejé muy claro que lo quiero lejos de mí, no comprendo por qué me sigue escribiendo.
—Porque es hombre y le molesta saber que ya no eres suya.
—Pero él ya tiene novia. Es como si quisiera herirme a propósito.
—Puede que así sea —apuntó. Dejé mi labor unos segundos para mirarla con la necesidad de más explicación—. Estuviste con él ¿qué? ¿cuatro años? Es evidente que te quiso mucho a pesar de... ya sabes, como terminó todo. Hay personas que son incapaces de estar solas y llenan el vacío de un amor perdido con el primero que se cruzan; yo creo que eso le pasa. Tiene novia pero no ha dejado de quererte ni planea volver contigo, solo te busca para de algún modo tener dentro de sí la certeza de que aún estás en sus manos.
