Silhouette [2] ➳ Fred Weasley

iii. i

— No sueltes mi mano. —dijo Nina mientras entrelazaba sus dedos con los de Tyler.

— ¿A dónde iremos?

— Un lugar seguro, supongo. —murmuró tomando los polvos flu— Al número 12 de Grimmauld Place.

Los hermanos odiaban el viaje por polvos flu, encontraban un método no tan cómodo, y al llegar a dicho lugar afirmaron su disgusto pues la chimenea de Grimmauld Place era más pequeña lo que llevó a que ambos cayeran a suelo.

La queja de Nina al ser aplastada por su hermano resonó en la sala, los dos se levantaron y observaron el desconocido lugar, una serie de muebles, adornos y unas pinturas decoraban el sitio.

— ¿Dónde estamos? —preguntó el menor aún con la mirada puesta en cada objeto del lugar.

— No lo... ¡Sirius! —exclamó Nina antes de correr y abrazar al hombre de cabellos largos y oscuros, la muestra de afecto tomó por sorpresa al hombre quien segundos después correspondió el abrazo de la menor— Te ves bien, pulgoso.

— Siempre me veo bien. —dijo con una sonrisa haciéndola reír.

— Tyler este es Sirius, Sirius él es Tyler, mi hermano. —el menor alzó la mano con desconfianza— Te lo explicaré luego.

— ¿Este lugar es suyo? —preguntó Tyler luego de asentir con la cabeza ante las palabras de su hermana.

— Este lugar ha sido de la familia Black por generaciones. —contestó— Ha estado vacío por años.

— No parece que ha estado vacío. —mencionó— ¿Por qué?

— Kreacher limpio todo esto luego de que regresara, la había dejado un poco descuidada.

— ¿Kreacher?

— Un elfo domestico que ha servido a la familia. —explicó— Pero no se acerquen a él, no es muy amigable.

— Estamos acostumbrados. —respondieron ambos hermanos al recordar a uno de los elfos domésticos que estaba en su hogar el cual siempre trataba a ambos de una manera despreciable, no era nada a comparación de Shania, su elfina.

— ¿Sabe lo que está pasando? —volvió a preguntar el menor, pero él negó— Todo esto es extraño.

— Mamá nos lo dirá cuando venga. —dijo Nina dándole un leve empujón a su hermano.

— Lo hará. —aseguró Sirius— Deben estar cansados, arriba hay unas habitaciones que pueden usar, vengan. —los dos adolescentes siguieron a Sirius por aquella casa llena de recuerdos acerca de la honorable familia que decían ser los Black, tanto Nina como Tyler escucharon varias cosas acerca de la familia que vivió en aquella casa.

Su abuelo se encargó de mencionar un par de veces sobre ellos, lo que para ambos era extraño pues la mención de Sirius nunca se hacía a excepción de que fuera para mencionar la desilusión que fue, su padre era igual, hablaba de vez en cuando de los Black mientras que su madre en cambio evitaba hablar sobre ellos o de cualquier otro tema referido a su vida o época en Hogwarts, al menos hasta que él escapó de Azkaban y Remus Lupin fue su profesor, poco a poco las historias que su madre evitaba decir salieron a la luz, al menos algunas de ellas, pues Nina sabia a la perfección que habían cosas que no iban a salir a la luz fácilmente.

— Podrás quedarte aquí. —dijo Sirius deteniéndose en una de las puertas de madera, Tyler entró a la habitación donde su mirada se centró en un cuadro de la casa a la que pertenecía que estaba en medio de una pared casi vacía, su mano señaló el cuadro y sonrió burlón hacia su hermana.

— Vaya decoración, excelente gusto. —murmuró logrando que Sirius y Nina rueden los ojos— Podré dormir tranquilo, gracias por recibirnos. —el hombre asintió siendo una señal para que él entrara a la habitación y la cerrara— ¡Descansa Nina!

— Duerme bien. —dijo en un murmullo para luego concentrarse en el hombre a su lado— Si sabes lo que está ocurriendo, ¿Verdad? —preguntó Nina mientras caminaban hacia la habitación en la que se quedaría.

— No me toca a mí decirte.

— No es justo. —resopló defendiéndose frente a la puerta abierta de su habitación provisional— ¿Por qué no está ella aquí con nosotros? Si es culpa de papá tienes que decírmelo, no sabes lo que puede hacer, él... Él...

— ¿Te hizo algo? —inquirió Sirius con la voz más gruesa de lo normal, Nina negó, pero era obvio que él no le creyó la negación, entonces tomó aire.

— N-no, solo es, papá es... —susurró entre palabras entrecortadas, dejó salir un suspiro y alzó un poco el suéter dejando a la vista como una cicatriz decoraba la pálida piel del costado de su estómago, Sirius observó la cicatriz en la piel de la joven y apretó su puño— No recuerdo exactamente qué fue lo que le molestó, el que estuviera con Caitlin o el que prefiriera quedarme con los Weasley en lugar de en casa con sus invitados, cuando regresé mamá intentó hacer algo, pero no pudo, lo siguiente es borroso. Tuve varias cicatrices, pero esta es la más notoria.

— Garrett es una escoria. —musitó claramente molesto.

— Te contuviste. —dijo con una sonrisa divertida que contagio al mayor porque era cierto, se contuvo de decir algo peor— Ya me acostumbré a ser la hija menos favorita de mi padre, Tyler siempre se gana los elogios, los regalos, la atención y es mejor así, él no tiene que pasar por lo mismo. —dijo susurrando lo último— Cabe decir que Garrett jamás ha sido tan expresivo, pero algo cambió antes al menos lo fingía, pero ahora ni se molesta.

— Lo lamento.

— ¿Por qué? Aprendí a no darle importancia, cuando entré a Hogwarts algo cambio, desde que Fred y George entraron a mi vida ya no le doy tanta importancia, los Weasley se convirtieron en mi familia. —explicó— Tenemos varias cosas en común, ¿cierto?

— Ojalá no fuera así. —susurró— Merecías una vida mejor.

— Es una buena vida aun después de todo lo que pasó, si hubiese quedado en Slytherin no tendría a Caitlin, George o Fred, no estaría aquí hablando contigo. —comentó y volvió a sonreír— Será mejor que vaya a descansar, gracias por siempre escucharme, ya debe ser aburrido escuchar el drama adolescente.

— Jamás me cansaría de escucharte.

— Gracias. —murmuró sin borrar la sonrisa de su rostro a la vez que se adentraba a la habitación— ¡Espera! En mi carta olvidé agradecerte sobre el vestido, de verdad estuvo hermoso, fue perfecto.

— No hay de qué. —dijo con una sonrisa.

— Descansa pulgoso.