Capítulo 30. Algo pendiente (Parte 1)

3.6K 170 4
                                    

No nos despertamos hasta las 12 y media y remoloneamos en la cama hasta pasadas la 1, no había prisas, el tiempo corría pero eso no nos importaba. Aunque físicamente no hubiésemos salido de fiesta, con la post-fiesta privada de ayer noche estábamos un poco agotadas y no había forma de terminar saliendo de la cama. Al fin y al cabo, nada ni nadie nos esperaba así que podíamos dormir tanto como quisiésemos.

- ¿Nos levantamos ya o qué? -dijo Mimi mirándome.

- Deberíamos... -dije mientras bostezaba- ¡Qué sueño! Necesito un café -Mimi se levantó de la cama, aún desnuda, y se vistió, algo cómodo, una camiseta ancha y larga y se recogió el pelo en un moño.

- Voy a desayunar -dijo mientras se dirigía a la puerta de la habitación- Y tu, deberías hacer lo mismo -continuó mientras cruzaba la puerta hacía el salón. Y así lo hice, cogí un top y unos pantalones cómodos me hice una coleta y fui directa hacía la cafetera donde Mimi ya estaba preparando los cafés. Cogí el brik de leche y lo sacudí para servirlo en las tazas. - Ya - me serví mi taza y nos sentamos ambas en la barra de la cocina. Bebíamos el café en silencio, probablemente por la pereza que llevábamos encima y no porque no tuviésemos cosas que decirnos.

- ¿Esto es el desayuno o el almuerzo? -pregunté a Mimi entre risas.

- No lo sé -me respondió- pero tengo mucha hambre -dijo mientras pegaba un bocado a una de las galletas de chocolate que había en el bote de encima de la barra donde siempre comíamos.

- Oye... Tenemos algo pendiente...

- ¿Ahora Ana? Acabamos de salir de la cama ¿ya quieres volver? - dijo Mimi tomándoselo a coña como siempre, y la verdad es que me arrancó una sonrisa.

- Ganas no me faltan -respondí siguiéndole la coña- pero déjame coger fuerzas antes -añadí mientras cogía yo también una galleta del bote.

- Venga dime -dijo Mimi intrigada.

- Mmmmm ¿te acuerdas el sábado pasado? -pregunté- Cuando te canté la canción -continué para ayudar a Mimi a recordarlo.

- Claro -respondió escuetamente Mimi y pendiente de lo que iba a decir a continuación.

- ¿Te acuerdas de lo que me dijiste?

- Mmmm no -dijo mientras lamía lentamente la cuchara con la que había estado removiendo el café hacía unos instantes.

- Te dije que te iba a cantar pero con una condición -Mimi me miró recordando de lo que se trataba.

- Y dime ¿qué has pensado? -preguntó intrigada.

- A cambio, quiero que me cuentes la verdad -Mimi cambió la cara de golpe.

- ¿Que?

- Quiero saber que te está pasando, cuándo te escondes para hablar por teléfono, cuando te enfadas, cuando te encierras para llorar, lo sé todo, quiero que me cuentes la verdad.

- ¿Qué mierda de apuesta es esta? -respondió Mimi aún con tono bromista.

- La mía -respondí.

- Cámbiala -dijo Mimi ya algo seria.

- No, quiero saberlo -insistí.

- Te vas a arrepentir de esto, créeme -me advirtió.

- Me da igual -respondí decidida. Fuera lo que fuese quería saberlo.

- ¿Enserio? Piensa en otra cosa, te preparo tu comida favorita ¿si? -negué con la cabeza- vamos a la cama venga, no puedes decirme que no a eso ¿eh? -continuó Mimi volviendo a la broma.

- Estoy cansada, ahora no, Mimi -respondí acariciándole la mano.

- Joder, ¿estas segura?

- Eres mi pareja ¿no? ¿En eso quedamos anoche?

- Sí...

- ¿No merezco saber que te está pasando? ¿Porque estás mal? No quiero hacerte daño, solo quiero ayudarte, que estes bien -Mimi se quedó mirándome, su cara cambió, sus músculos ya no estaban apretados y su rostro y mirada cambiaron, ahora parecía más relajada. Quizás necesitaba escuchar esas palabras para sentirse segura de lo que iba a contar.

- Vale, pero con una condición.

- A ver, dime -respondí- pero ese no era el trato, que lo sepas... -añadí.

- Yo te lo cuento todo, pero tienes que prometerme que seguiras a mi lado.

- Anda Mimi no digas tonterías -me pareció algo exagerada la respuesta de Mimi, fuera lo que fuese seguro que era una bobería. Mimi era una persona sin maldad y rodeada de gente, no podía tener algo tan sumamente malo como para que quisiese huir de su lado.

- Bueno, supongo que debo empezar por el principio -asentí- El otro día te mentí, si tuve una relación con otra chica, no duró mucho, pero fue muy intensa, estuve con ella cuando lo deje con Patri y cuando nos conocimos, tú y yo, lo acabábamos de dejar hacía apenas unas semanas. Nunca te conté esto porque fue una relación muy tóxica, y acabamos muy mal. Y cuando digo muy mal es muy mal.

- Ostras Mimi, lo siento, no tuviste qué ocultarme esto, ¿porque?

- Tengo miedo de que me vuelva a pasar lo mismo, mis dos últimas relaciones han sido una mierda, ya sabes lo de Patri. Por eso decidí que no quería a nadie más en mi vida, ¿recuerdas? Empecé a salir de fiesta y hacer lo que me venía en gana. 

- Pero, ¿qué pasó? -pregunté curiosa.

- Me puso los cuernos -siguió Mimi- y como digo, desde entonces no quería saber nada de nadie, pero cuando te conocí, noté algo especial. Desde el primer momento, te vi tan fuerte, tan decidida, tan guapa, no pude evitar fijarme en ti, y enseguida, cuando empecé a sentir algo por ti no pude hacer nada más que esconderlo. Mis dos últimas relaciones habían sido una verdadera mierda y no quería que me pasase lo mismo contigo, así que intenté mantener las distancias, pero desde que me besaste la noche de tu cumpleaños

- Espera ¿qué dices Mimi? -dije cortando a Mimi de golpe.


Viernes 10 de abril - Día 28 de confinamiento






Atrapadas en Madrid | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora