Capítulo 2. Una mudanza, una llamada y una ensalada

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- ¡Y ya estaría! -dijo Mimi mientras dejaba mi ordenador encima de la mesa del comedor.

Llevábamos toda la mañana dando vueltas por Madrid, primero Mimi vino a mi piso a ayudarme con las maletas. Aunque solo llevaba un par, una grande y una pequeña, como tenía que moverme en metro y hacer un transbordo prefirió acompañarme. Una vez dejamos las maletas en el piso de Mimi tuvimos que ir hasta al curro de Mimi a buscar un par de cosas y luego pasar por mi oficina a buscar el ordenador para poder hacer teletrabajo. ¡No veas como pesaba el jodido! Suerte que Mimi estaba en forma y pudo subirlo hasta su quinto sin ascensor.

- ¿Que hacemos ahora? -preguntó Mimi fresca como una rosa.

- ¿Enserio Mimi? ¡Estoy muerta! -dije mientras me tiraba al sofá- ¿Cómo puedes no estar cansada? -Mimi soltó una carcajada.

- Anda Banana, creo que esta cuarentena te va a servir para ponerte en forma hija! -dijo en tono burlesco mientras abría la nevera y servía dos vasos de agua.

Mimi se sentó con cuidado en el reposabrazos del sofá, quedando a una altura superior a la mía. Bajó la mirada y nos miramos a los ojos. Con su brazo izquierdo me acercó uno de los vasos y lo agarré.

- Gracias -dije con un hilo de voz mientras me bebía todo el vaso de un trago. La casa quedó en silencio mientras notaba los ojos de Mimi clavados en mi cabeza. Me quedé inmóvil mientras intentaba recuperar el aliento. 

El sonido de un teléfono interrumpió ese eterno silencio. Mimi se levantó de sopetón corriendo hacía la mesa que estaba a escasos metros.

- Voy, voy, voy! -consiguió llegar al teléfono y descolgó- ¿Diga? ¡Holaaa Ricky! -apareció una sonrisa en el rostro de Mimi- Sí sí claro, ahora puedo hablar... -su tono cambió de repente y empezó a caminar hacía el cuarto y cerró la puerta. Intuí que algo gordo estaba pasando. Cogí mi móvil y empecé a revisar mis redes sociales. 

Deslizando por mi pantalla todo era lo mismo, que si coronavirus, que si encierro, que si gente haciendo deporte... ¡Que horror!

Ago 🥰

Nenaaa ¿Como estás?

Ana Guerra

Mi niñoooo 

Aquí estamos de cuarentena, ¿todo bien por allá?

Yo me he venido a casa de Mimi para pasar los días y no estar solas

¿Tu?

¿Estás con tus padres?

Ago 🥰

Aquí todo bien Anita... por Madrid están peor ¿no?

¿Como que te has ido con Mimi?

Yo creo que hubieras disfrutado más tu cuarentena con tu match de Tinder 😂😂😂😂

Ana Guerra

Anda! Si ya te dije que no pasó nada, nos liamos y ya, pero no es mi tipo!

Ago 🥰

Pues préstamelo que el mío sí es 🤪

Ana Guerra

Jajajajaja como eres Ago! Anda que tu también

Ago 🥰

¿Y que?

¿Mimi si es tu tipo?

Ana Guerra

Joder Ago te pasas eh 🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️

Anda, te dejo que tengo que hacer unas cosas del curro

Besitosss


Cogí mi libreta y unos bolis y empecé a organizar mi agenda. Tenía muchas cosas por hacer y no quería perder el tiempo y para eso debía dejarlo todo escrito para no olvidarme de nada ni pasarme de los plazos. 

De repente se abrió la puerta y salió Mimi de la habitación. Subí rápidamente la mirada para ver como estaba

- ¿Todo bien? - se había ido preocupada y había estado mucho rato al teléfono y eso me pareció extraño. Mimi me asintió con la mirada y me miró con una media sonrisa pero yo ya supe que algo había pasado. Aparte mi cuaderno y los bolígrafos de mi regazo y me levanté del sofá para acercarme a ella. Nos fundimos en un abrazo- Ey ey ey ey ¿que pasó Mimi? -no había podido contener sus lágrimas. Tras varios meses de amistad solo en un ocasión había visto a Mimi llorar y fue en un contexto bastante duro para ella por lo tanto me asuste ante su reacción. Mimi me decía que no con la mirada- Ey, ¿está todo bien? ¿Le pasó algo a Ricky?

- No Ana no, no es eso. Está todo bien te lo juro.

- ¿Entonces? -nos miramos a los ojos- ¿Por qué lloras?

- Una tontería -me sonrió- Te quiero -y me abrazó con fuerza como si algo me estuviese queriendo llevar y ella me tuviera que detener allí, entre sus brazos.


🖤🖤🖤


- Buenísimo te lo juro! -dije mientras comía los espaguetis con los ojos cerrados para saborear la salsa carbonara. 

- No he visto persona que disfrute tanto de un simple plato de comida como tu -dijo Mimi entre risas.

- Pensaba que iba a llevar peor lo de no poder ir a restaurantes durante la cuarentena pero si me haces estos platos cada día se me va a hacer más llevadero.

- Estás tú! Esto solo es la comida de bienvenida, a partir de mañana cocinamos las dos

- Pues estás de suerte Mimi -dije mientras reía- si estás acostumbrada a esto no vas a poder ingerir mi comida.

- Anda, no seas tonta! Seguro que no hay para tanto -pensó- y bueno, siempre hay una primera vez para probar la famosa ensalada de la Guerra! jajaja

- En qué momento te conté esto! Me lo vas a recordar toda la vida! -dije mientras recordaba la famosa escena con Aitana y Amaia. La primera vez que las invité a mi casa decidimos que yo haría la comida, Aitana los postres y a Amaia, como era un poco desastre, se le asignó llevar la bebida. La cuestión es que yo iba a hacer mojo con papas y unos huevos pero llegó el día y no encontré mojo en ningún sitio de Madrid. Yo había hablado con ellas durante dos semanas de "mi plato secreto" y de lo bueno que estaría ya que era mi especialidad pero cuando llegaron a la cena se encontraron con una ensalada ya que es lo único que supe hacer en el último momento.

- Pero me la harás eh? - me dijo Mimi mientras reía. Dije que no con la cabeza mientras reía y comía mis espaguetis. 


Sábado 14 de marzo - Día 1 de confinamiento

Atrapadas en Madrid | ‪WARMIOnde as histórias ganham vida. Descobre agora