vii. Baila conmigo

2.8K 320 62
                                    

CAPÍTULO SIETE: BAILA CONMIGO

CAPÍTULO SIETE: BAILA CONMIGO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EL DÍA PROGRESA RÁPIDAMENTE, lleno de fotos y risas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EL DÍA PROGRESA RÁPIDAMENTE, lleno de fotos y risas. Es raro pensar que estamos celebrando una boda en la parte lujosa del Tres, sobre todo cuando recuerdo que hace unos meses yo estaba luchando en la guerra.

Sin embargo, nunca había visto a Sate tan feliz. Su esposa, Lori, es rubia y un par de años más joven que él. Ambos se sacan fotos y sonríen todo el rato. Se nota que están felices, y yo lo estoy por ellos.

La fiesta no tarda en pasarse al restaurante, donde hay varias mesas redondas con cinco o seis sillas cada una.

No todo el mundo que ha ido a la boda va a venir a la fiesta, y papá me avisa de que no se quedará mucho.

Encontramos la nuestra. Sate nos ha sentado a los tres con alguno de mis compañeros de la fábrica. No es que los conozca muy bien, pero por lo menos no son totalmente desconocidos. Gale no tarda en entablar una conversación sobre los cambios que ha sufrido el Tres tras la guerra con el par de jóvenes que cenan con nosotros, y de cómo se vivió la tensión de la rebelión desde dentro del distrito.

Disfrutamos de sopa y de cordero, que abunda en el Tres, y pronto llega el momento de que los novios corten la tarta, pero antes, es el momento de los discursos. Por agilidad, sólo la pareja de novios los da. Sate habla sobre cómo Lori y él se conocieron: ella trabajaba en su fábrica, en secretaría, y estuvieron viéndose a escondidas porque tenían miedo que la gente pensara que era poco profesional. Dejaron de verse por la misma razón algo antes de la rebelión, y ambos coinciden en que el tiempo que duró la guerra fue el más duro de su relación; no sabían si se volverían a ver nunca, y por eso mismo decidieron retomar su relación y dar el paso cuando se reencontraron.

Tras los discursos, que hacen que los padres de los novios suelten alguna lágrima, llega el momento de que corten la tarta. Es enorme y de vainilla, y devoro mi pedazo en cuanto me lo dan.

—Vas a atragantarte —me riñe Gale mientras se ríe.

Yo digo algo que, como aún estoy medio masticando, suena más o menos como un "cállate". Él se ríe más y se mete un trozo de tarta en la boca.

A STORM LIKE HER ━ Gale HawthorneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora