A STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...
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A LA MAÑANA SIGUIENTE, me despierto temprano. Me quedo en la cama un rato, porque me puedo permitir el lujo, y busco entre las sábanas el reproductor de música que perdí entre las mantas al quedarme dormida.
He descargado nueva música y aún no la he escuchado toda. He descubierto que me gusta bastante el pop, y me hubiera gustado poder hablar de música en este Panem libre con mi hermana.
Me pongo los cascos y me acurruco antes de apretar el botón de aleatorio.
La voz grave de un hombre se une a los acordes de guitarra y a la batería. Canta una canción de amor sobre una pareja que se monta en una camioneta y conducen fuera de la ciudad en medio de la noche. El estribillo llega y me balanceo en la cama con los ojos cerrados. Me levanto despacio y aunque el suelo está frío, busco a papá por la casa mientras bailo.
"Tienes las manos en el aire, bailas en mi camioneta. La radio está encendida y cantas todas las canciones. Yo estoy en piloto automático, le estoy perdiendo el agarre a todo lo que tengo: estás terriblemente guapa." *
Entro en el baño y me miro mientras bailo. Pienso en Gale y sonrío. No puedo esperar a verle.
Papá pasa por el pasillo y le oigo reírse al verme bailando. Sonrío de nuevo mientras me lavo la cara y me peino. Cuando la canción termina, la guardo en favoritos y me quito los cascos.
Después del desayuno, papá y yo nos ponemos manos a la obra con las remodelaciones. Él empieza el trabajo un día después de que yo me vaya, y quiero ayudarle en todo lo que pueda.
Tiramos los muebles viejos y limpiamos todo. Papá ha conseguido pintura blanca para las paredes de los dormitorios, pero primero piensa en contratar a alguien para que tire alguna pared y haga el fondo de la casa algo más amplio.
Ahora que todo está más limpio, yo me pongo a hacer la maleta. Él ya no está en la habitación, y aún no le he dicho que me mudo con Gale. No sé cómo se lo va a tomar, pero yo estoy bastante emocionada. Mientras guardo algo de ropa que había en casa en una bolsa, me doy cuenta de que no he tenido ninguna pesadilla esta noche; aunque es cuestión de tiempo que mi mente me recuerde de nuevo todo lo que ha pasado. Espero que Gale también haya dormido bien, pero las probabilidades son ínfimas.
