•Capítulo 9: ¿Interrumpo algo?•

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•NATE•

Papá.

Papá está aquí.

Sí, y tú pareces un idiota todo estático sin decir nada, haz algo.

Abrí los ojos de par en par y antes de actuar me aseguré de no fuese un sueño, una alucinación o algo parecido, en cuanto me di cuenta de que no lo era, sonreí. Mis hermanos gritaban de la emoción y ya estaban aferrados a él, llenándolo de abrazos.

Miré de reojo a Lane, ella estaba de pie con Brad a su lado observando la escena con una sonrisita en los labios. Las ganas de acercarme a ellos y darles un fuerte abrazo me consumieron rápidamente... Sabía cuánto extrañaban a su padre.

—¿Mi muchacho mayor no me saluda?

La voz de papá llamó mi atención y reaccioné. De inmediato me abalancé contra él y le di un fuerte abrazo.

—Hola, papá —Saludé.

—Nate —Respondió, dándome unos golpecitos en la espalda.

Cuando nos separamos el lugar se quedó en completo silencio. Papá ladeó la cabeza para después enarcar una ceja en dirección a Lane y Brad.

—¿No vendrán a saludar al tío Norman? —El hombre extendió los brazos de lado a lado para que se acercasen a él y ambos sonrieron, corriendo hacia sus brazos.

—Hola, tío —Saludó Lane— ¿Cómo ha estado?

—Bien, cielo, muy bien —Le revolvió el cabello a Brad y el chico sonrió— ¡Qué grande estás, eh!

—¿Por qué tanto griterío? ¿Qué pasa, chicos? ¡Leondre, espero que no sea otra de tus bromitas!

—¡Esta vez yo no soy, mamá! —Respondió mi hermano, haciendo un puchero.

En cuanto mamá apareció en la sala se cubrió la boca para evitar un chillido y papá caminó hacia ella, envolviéndola en un fuerte abrazo para después dejar un beso en sus labios.

—¡Ew! —Gritaron Leo y Lizzy al mismo tiempo, a lo que ellos rieron.

Tía Helen apareció segundos después detrás de mamá y sonrió contenta.

—¡Norman!

—¡Comadre! —Él soltó una pequeña risa y se le acercó para darle un abrazo, luego de unos segundos se separaron y papá levantó los brazos—. ¡Dios! ¡Cuántos abrazos en un sólo día!

—Esto hay que celebrarlo —Mamá aplaudió e intentó controlar su respiración— ¡Caray, me emociono tan rápido! —Una lágrima se le escapó y ella la secó de inmediato.

—Tranquila, amor —Respondió papá, pasando un brazo alrededor de sus hombros— Tranquila.

—¡Yo cocino esta noche! —Se ofreció tía Helen sonriente.

—Tenemos que ir de compras, no nos queda mucho —Comentó mamá y su amiga asintió.

—Las acompaño —Papá se les unió— Iré a ponerme algo más cómodo, denme cinco minutos.

Carajo.

Esto sólo significa una cosa.

La sonrisa inocente que me regaló mamá me hizo rodar los ojos y gruñí.

—Alguien será niñero otra vez —Canturreó ella.

—¡Mamá! —Me quejé.

—¡Pero si somos unos angelitos! —Habló Lizzy, pestañeando repetidamente.

Un Dulce InviernoWhere stories live. Discover now