5.

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Camille al despertar no sintió un peso de su lado, Harry no había dormido con ella. Era obvio, pero Camille era ingenua.

Se levantó rápidamente de la cama, la tendió y ella se cambió de ropa para así bajar a la cocina a preparar el desayuno. Una vez en que cocino todo; Unos huevos revueltos y un poco de café negro, se sentó en la pequeña mesa y comenzó a comer.

No había señal de Harry, por lo que la rubia supuso que había llegado hasta tarde y lo más seguro que también ebrio.

Pero fue ahí que al subir la mirada ella se encontró con esos penetrantes ojos verdes. Él no dijo nada, sólo tomó asiento en la mesa, esperando alguna protesta por parte de Camille, para su suerte no la hubo y eso fue un alivio para Harry.

Camille se levantó de la mesa y fue hasta la cocina para servirle un plato a su marido. Que ella ahora en adelante fuera indiferente y reservanda, no quería decir que dejaría de ser amable con él o con otras personas. La rubia le acercó el plato de comida a Harry junto con una taza de café, este por su parte no dijo ni un ‘Gracias’.

Ella volvió a su lugar y se dispuso a seguir comiendo, el silencio invadía la casa, pero no había ningún tema para hablar, y aunque Camille quisiera, no lo haría.

Y por primera vez entre ellos, Harry habló primero.

—Hershel llamó anoche.

Automáticamente los ojos de Camille se iluminaron, era obvio que su tío jamás la abandonaría, y ella lo sabía.

—¿En serio? ¿Qué ha dicho? —Dijo con alegría— Lo extraño tanto...

—Nada en particular. Hablará hoy otra vez.

—¿Por qué no me lo pasaste? —La rubia le reprochó tratando de sonar dura. Pero era imposible—

—Porque estabas durmiendo. —El rizado era bastante cortante—

La rubia se quedó callada, no diría nada más, se evitaría la posibilidad de hablar con su esposo. Harry quería advertirle que no le dijera nada a Hershel, si él se enterara, posiblemente se terminaría su libertad condicional, y eso era un riesgo. Harry sabía que Camille lo amaba demasiado y que sería incapaz de decirle a su tío lo que había ocurrido, y él sacaría provecho de aquello.

Al cabo de veinte minutos, ambos terminaron de comer. Camille se paró, levantando los platos sucios, y así poder lavarlos.

Harry también se paró de la mesa, y de un momento a otro se marchó hacía la pequeña oficina instalada en su casa.

La rubia terminó sus deberes y se sentó sobré el gran sofá, prendió el televisor y ahí perdería su tiempo. El teléfono empezó a sonar y con ello la esperanza de Camille aumentó, quería que fuera su tío.

—¿Hola? —Dijo ella insegura—

—¡Camille! —Oyó aquella voz reconociéndola al instante. Su tío— Cariño, ¿Cómo estás?

Quería decir que estaba mal, devastada, pero se tornaría fuerte, porque dentro de todo, ella era fuerte.

—Bien, gracias ¿Y tú cómo has estado tío? ¿Cómo ésta mamá?

—Perfecto, te extraña demasiado al igual que yo Cam.

—También yo lo extraño demasiado —Sonrió para si misma—

—Lo sé cariño... Y dime, ¿Cómo va tu matrimonio? —Habló Hershel—

Mal, es un desastre. Todo va mal.

—Magnífico, todo es mejor de lo que creía.  —Dijo, y la tristeza la invadió rápidamente—

—Me da mucho gusto Cam, ¿Y Harry, te trata bien?

—S-sí, él es una gran persona, me trata bien. No hay nada de que preocuparse tío.

Camille ni siquiera se atrevía a decir lo que Harry le había dicho, lo amaba demasiado para delatarlo. Jamás haría algo que lo lastimara. Si seguía hablando de su matrimonio falso, las lágrimas la invadirían por completo.

—¿Sabes? T-tengo que colgar, Harry me i-invitó a salir y ya nos tenemo-os que ir. —Su voz se entre corto, no aguantaba más—

—Oh, esta bien. Cuídense mucho.

—Bien, me saludas a mamá, le dice que la quiero y extraño. —Sorbió su nariz— Te quiero, adiós tío.

Camille colgó la llamada, y rápidamente hundió su cabeza entre sus manos, quería gritar y sacar la impotencia que llevaba dentro.

Harry había escuchado toda la conversación, ella lo había defendido, a pesar de todo, ella lo defendió. Y eso, Harry no lo veía, estaba cegado.

Camille. |h.s|Where stories live. Discover now