27.

6.8K 402 32
                                    

*Narra Camille*

Han pasado dos semanas desde la pelea con Harry, y ahora todo se siente tranquilo.

El día se torna nublado y sobretodo frío, y es obvio; ya que en esta época del año es aceptable. El invierno esta empezando, y cada día es peor para los que habitan Nueva York.

Sostengo la tasa de café sobre mis manos y le doy un sorbo. Me encuentro viendo la televisión, un programa cualquiera; ya que no hay nada interesante.

Miro mi celular y son apenas las 12:37 p.m. No hace mucho se había ido Harry a trabajar, quedándome sola por el resto de la tarde. Dejo mi tasa de café sobre la mesita de estar y alejo de mi un poco mi suéter. Ya que me entra un calor enorme y un mareo repentino.

Bajo mis pies del sofá; me coloco mis zapatos y me levanto del lugar. No se que rayos está pasandome, pero un mareo tremendo me inunda. Me recargo en la pared y cuando está por pasar el efecto algo peor sucede.

Siento como unas nauseas me invaden, no aguanto más y corro directo al baño; me inclino en la tasa de baño y dejo que salga todo de mi boca. Cuando siento que ya no hay más efecto, me enderezo; Jalo del retrete y voy a enjuagar mi boca, para después lavarla.

¿Qué me está pasando?

Sostengo mi peso sobre el lavabo y me pongo a pensar. Definitivamente es no es normal. Salgo del baño y vuelvo a sentarme en el sofá. Paso mis manos por mis manos por mi rostro y sorbo mi nariz, cuando estoy por tomar mi tasa de café siento como vibra mi celular. Lo miro y es una llamada de mi tío Hershel, no lo pienso dos veces y contesto.

—¿Hola?

—Cam, hija, ¿Cómo has estado, cariño? —Dice alegre—

—Muy bien, tío. ¿Cómo has estado tú, qué hay de mamá? —Digo de la misma manera—

—Muy bien, extrañándote, Cam.

—Desde luego yo también los extraño, tío.

—Y precisamente por eso te tenemos una sorpresa, linda. —El entusiasmo se nota en su voz—

—Oh, vamos tío. ¿Qué planeas ahora? —Río—

—Camille, tu madre y yo iremos a verte.

Las palabras de mi tío me inundan de felicidad inmediatamente. Eso sería lo mejor; Tener a mi familia conmigo, y desde luego Harry también.

—Oh tío, esa es la mejor sorpresa que me haz dado desde hace mucho, pasaremos la Navidad juntos. ¿Cuándo llegan?

—Ya hemos comprado los boletos. Nuestro vuelo sale la próxima semana, cariño.

—Me parece fantástico. Sin duda a Harry le alegrará está noticia. —Digo con felicidad—

—Si, hablado de Harry. ¿Qué tal va todo con él?

—Magnífico, tío. —Chillo— es una gran persona, todo está muy bien por aquí.

—Me alegra cariño. Pero bueno, te tengo que dejar, las cosas por aquí están un poco complicadas.

—De acuerdo, cuídate mucho, y me saludas a mamá, por favor.

—Lo haré, linda. Adiós.

Dice por último y cuelga la llamada.
Definitivamente era la noticia más emocionante que me habían dado por ahora, no podía espera para decirle a Harry. 

(...)

—Deberías comer un poco, Camille. —Dice Harry, que está sentado en frente mío, dándole un pellizco a su carne—

—No tengo apetito ahora. —Digo dando un sorbito a mi vaso de agua—

—Hmm, está bien. ¿Y cuándo llega Hershel?

—La próxima semana. Estoy muy feliz por ello, la pasaremos juntos. —Sonrío—

Harry me mira y sonríe de lado, no parece feliz, pero se que en el fondo lo está. Miro la cacerola con carne y tomo un pedazo; doy un mordisco y lo siento mejor que nada. Cuando estoy por dar otro mordisco más las náusea me invaden de inmediato, lo que ocasiona que deje caer todo y corra al inodoro.

—¡Camille! —Grita Harry—

Siento pasos detrás de mí y sé que es él. No lo espero y no respondo a su llamado; Sólo llegó al inodoro y suelto dolo que me provocó las nauseas. Harry está detrás de mí y sostiene amablemente mi cabello. Sorbo la nariz y Harry me levanta con cuidado.

—Camille, ¿estás bien?  —Dice éste preocupado—

—Si, si. Sólo me debió caer mal algo. —Jalo del inodoro—

—Tal vez, pero a penas si tocaste la carne.

No le digo lo que ya había pasado en la mañana, ya que sólo lo preocuparía. Así que respondo normal.

—Todo está bien, descuida. —Le sonrió y me empiezo a lavar la boca—

—Sólo cuídate, ¿Quieres? —Me mira y yo asiento—

Cuando termino de cepillar mis dientes salgo del baño y me dirijo a recoger la mesa, pero para mi sorpresa todo estaba totalmente limpio. Suspiro y me encamino a mi habitación.

Abro la puerta y noto que Harry no está, por lo que supongo que esta en baño. Me acerco a la cama y quito mis zapatos, dejándome caer rendida.

Esto realmente me empezaba a preocupar.

(...)

Después de una semana, los vómitos y mareos fueron aún más constantes. Gracias a Dios pasaban cuando Harry estaba en el trabajo. Creo que he dejado pasar mucho tiempo, y esto me estaba realmente preocupando.

Hoy a medio día iría al doctor, sólo estaba terminando de desayunar y me iría de inmediato.

Como los huevos revueltos, mastico y los paso. En mi último bocado aprovecho para mirar mi celular. Son las 11:30 a.m. Debería apresurarme.

Levanto mi plato y lo dejo sobre el fregadero, cuando llegue lo lavaré. Tomo mi bolso y salgo rápidamente de la casa, cuando salgo el frío me cala por completo, por lo que me abrigo a mi misma.

Encuentro un taxi; Le pido la parada y me lleva a Harlem Hospital Center. Al cabo de quince minutos llegamos al destino, le pago y me adentro al Hospital.

Había hecho una cita, por lo que me atienden rápidamente. Voy detrás de la enfermera y me deja pasar a una habitación totalmente blanca.

—Espere aquí. El doctor llegará de inmediato. —Me sonríe—

—Gracias. —Le devuelvo el gesto—

No tarda ni cinco minutos cuando el doctor entra a la habitación.

—Buenas tardes. —Me saluda cordialmente—

Le digo lo mismo y le empiezo a decir mis síntomas al doctor. Éste me mira y me pide que me acueste sobre una camilla. Obedezco y este pone un gel sobre mi vientre, a lo cual reacciono ya que está un poco frío.

¿Por qué hace eso?

Empieza a pasar una máquina sobre mi vientre y mira una pantalla y lo sigo con la mirada.

—¿Puede ver ese pequeño bulto?

—No, ¿por qué? ¿Qué pasa?

—Es muy pequeño aún, pero mire. —Señala con su dedo—

—¿Qué es?

—¡Felicidades! Ese es su bebé, está usted embarazada. —Lo miro y este me sonríe de oreja a oreja—

—Oh... —Mis ojos se abren como platos—

¿Qué? 

Salgo del hospital totalmente atónita; Embarazada. A penas se podía ver, era un pequeño frijolito. Tan solamente tenía cinco semanas.

No sabía cómo sentirme, estaba en shock. ¿Cómo se lo diría a Harry? ¿Lo tomaría para bien? Desde luego, es su hijo, y lo hicimos con mucho amor.

No puedo evitar sonreír ante eso. Sería magnífico, un bebé. Nuestro bebé.



Camille. |h.s|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon