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Un amanecer podía cambiar vidas. Un amanecer tan calmado, naranjo, y coqueto podía enamorar hasta al ser más desamparado. Esta mañana tenía sabor a café. A café con caramelo y panecillos de queso. Dulce y salado. Olía a una mañana en un hotel cinco estrellas.

¿Quién lo diría?

La casa de Jungkook olía a un lugar en el que Taehyung quería permanecer por mucho tiempo. Desparramado en una cama king size, enterrado en sabanas tan suaves como el algodón, con dos o tres rayos del sol acariciando su rostro... Ah~ Él podría acostumbrarse a esto.

Últimamente no necesitaba de su alarma para levantarse pues su cuerpo se había acostumbrado a despertar ya sea por el simple sonido de un balbuceo o el comienzo de un furioso llanto. Hoy lo despertó lo primero: Un desesperado tartajeo.

Su bebé. Su HoSeok estaba despierto, ansioso, apestoso, y hambriento. El olfato de Taehyung era excepcionalmente bueno, por lo que pudo apreciar los olores como si estuviese justo en frente del niño.

El bollito comenzó a sollozar levemente y paulatinamente fue subiendo de tono hasta que el llanto fue audible en toda la habitación.

Sin pensarlo dos veces, Taehyung saltó fuera de la celestial cama con el propósito de alcanzar a HoSeok, pero de pronto sus largas y acarameladas piernas se enredaron en la suave colchita que Jeon había tenido la decencia de brindarle, así cayendo al suelo alfombrado.

— ¡Benditos tomates! — ¡Maldita sea!

Kim estaba tratando arduamente el no maldecir frente a su hijo. Hobi era pequeño y aún no podía decir muchas palabras, pero no quería que un día además de 'Papi' aprendiera a decir 'Puta vida'. Los niños eran muy receptivos cuando querían.

— Vaya forma de despertar —

¿Y a éste quién lo invitó?

Bueno, es su casa.

— ¿Por qué eres tan sigiloso? ¿No piensas darme una mano? — chilló Tae un poco, muy, irritado por tener que lidiar con Jeon tan temprano en la mañana.

Después, Tae sintió una cosa grande, pesada, y caliente en su trasero.

— ... —

¿A quién mierda se le ocurrió inventar a este hombre?

¿No podían dejarlo dentro del infierno en que fue concebido?

— ¡Pa! Jijijiji — como por arte de magia HoSeoki dejó de llorar, es más, el infante soltó una risilla traviesa mostrando así sus encías rosadas para luego dedicarse a saborear su diminuto dedo pulgar.

— ¡¿QUÉ CHINGADOS CREES QUE HACES ZOQUETE?! ¡¿M-ME ESTAS TOCANDO EL TRASERO?! — el beta tartamudeó un poco por la impotencia tan abismal que sentía.

Su intento de no maldecir frente a HoSeoki se fue al retrete; cortesía de Jeon Jungkook.

Tae se meneó como poseído en el suelo tratando de liberar sus piernas — y aquellas manos perversas — fuera de su trasero.

¿Quieren saber algo?

Él no lo estaba logrando, en realidad se le estaba cortando la respiración por lo que su cara estaba tan roja como una lata de CocaCola. No podía decidir cuál de todas su emociones era más fuerte: vergüenza o rabia. O si se estaba asfixiando a sí mismo.

Tal vez todas en ese mismo orden.

— Te estoy hechando una man. ¿Acaso no querías una? — murmuró Jungkook inocentemente.

Y cualquiera que no sea Kim Taehyung le habría creído el cuentito de un niño que fue a la tienda y le terminaron robando el dinero.

¡Pero no!

🍂𝓞𝓾𝓻 𝓛𝓲𝓰𝓱𝓽 | KσσƙTαҽ🍂Where stories live. Discover now