𝒆𝒊𝒈𝒉𝒕𝒆𝒆𝒏

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝐸𝐼𝐺𝐻𝑇𝐸𝐸𝑁 )
𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚗𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝚖𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢.

—Espera, Greyback —comenzó a decir Scabior, preocupado—. Si no estamos seguros de esto, estamos muertos.

—El Señor Tenebroso nunca está en la Mansión, hay que llamarlo para que aparezca —le informó Greyback con molestia—. Podremos confirmar su identidad primero.

—¿Y qué pasa con los otros, Greyback, qué haremos con ellos?

—Bien podríamos llevarlos a todos —explicó el hombre sin parecer muy preocupado—. Tenemos dos sangres sucia, eso son otros diez galeones. Dame también la espada. Si son rubíes, tenemos otra pequeña fortuna aquí.

Alaska dejó a los carroñeros hacer el trabajo pesado, observó cómo arrastraban a los prisioneros para ponerlos de pie en un lugar establecido.

—¿Piensas quedarte allí parada? —le espetó Greyback, ella no se inmutó y se acercó a Tim, agarrándolo por los hombros—. ¡A la de tres! Uno... dos...

—Todo estará bien. —murmuró Alaska en la oreja del chico.

—Y tres… —entonces se Desaparecieron, llevando a los prisioneros con ellos.

Unos segundos después de la opresión en el pecho aterrizaron en un camino rural, conocido para ella, y justo frente a ellos se encontraban un par de verjas de hierro forjado al principio del camino de entrada. Alaska se alejó de Tim y del grupo, caminó en silencio alzando su brazo izquierdo en una especie de saludo y pasó a través del metal oscuro, que era humo para ella.

No se volteó para esperar a los carroñeros, a paso rápido atravesó el camino con los altos setos y sintió alivio al ver que Cissy acababa de aparecer por la puerta principal, su expresión era de preocupación, pero también parecía contenta de verla.

—No tenemos mucho tiempo Cissy —le dijo Alaska antes de que ella pudiera decir algo—, ahora más que nunca necesito de tu ayuda y confianza.

—¿Qué es lo que ocurre? —sus manos rápidamente se posaron sobre los brazos de Alaska, y sus ojos buscaban signos de alguna herida.

—Estoy en problemas, necesito que…

Pero Cissy la detuvo, su mirada se desvío hacia los carroñeros que acababan de llegar.

—¿Qué es esto? —espetó la mujer, dando un par de pasos para acercarse.

—¡Estamos aquí para ver a El-que-no-debe-ser-nombrado! —raspó Greyback.

—¿Y quién eres tú? —el tono de voz utilizado esta vez fue frío.

—¡Sabes bien quién soy! —hubo resentimiento en la voz del hombre lobo—. ¡Fenrir Greyback! ¡Hemos cogido a Harry Potter!

en tiempos de guerra ⁷ ━━ harry potter sagaWhere stories live. Discover now