8. DAVID

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Despertó consciente de que era sábado y que había prometido a Nick y a Max salir con ellos de fiesta aquella noche. Nunca había estado en una fiesta con los chicos ricos. Ese acontecimiento le daba miedo y a la vez le ilusionaba.


Se repetía que seguro que se lo pasaba bien pero también le daba miedo lo que pudiese pasar. No tenía ni idea del estilo de fiesta de los chicos pero suponía que los ricos solían ir a locales pijos y a fiestas privadas.

Pero ellos no eran como los pijos normales así que seguro que ellos acababan metidos en algún lío. Se preguntó si acabarían chapoteando de nuevo en la fuente del colegio.


Se había propuesto dormir hasta tarde, aprovechar como Max, que era fin de semana y que podían dormir cuanto quisieran.

Pero a las nueve abrió los ojos y ya no los cerró más.


Hizo los deberes. Y cuando los terminó pensó en hacer que Max se despertara, hacer un ruido fuerte o algo.

Se preguntó que pasaría si dejase caer el diccionario de latín al suelo. Seguramente se oiría un gran ¡Pum! y acto seguido alguna frase mal sonante de Max.

Decidió dejarle dormir. Estaba más guapo dormido. Se duchó y se vistió antes de salir por la puerta.

Se fue a la habitación de Nick pensando que quizá él ya se había despertado. Le había dicho que se estaba instalando en la trescientos siete.

Cuando llegó oyó ruidos dentro, así que llamó sin sentirse mal por despertarlo.

Nick le abrió la puerta. El chico moreno solo llevaba puesto los pantalones.

Había que reconocer que la natación hacía ejercitar los músculos a conciencia.

Apartó la mirada que tenía porque él quería un cuerpo así y tampoco quería que pareciera muy evidente la envidia que le daba por ser tan guapo y atractivo.

Pero no podía pensar en él de otra manera que no fuese así, como su amigo guapo.

No era como con Max. A él sí podía imaginárselo de muchas maneras diferentes y el 95% de ellas le hacía sonrojar.

—Hola —saludó Nick sorprendido.

—Me he despertado pronto, y como parece que Max no tiene planes de despertase en los próximos años...he venido a ver si tú estabas despierto —le dijo sonriente. Nick le dejó pasar.

El chico era un completo desastre. Sus objetos personales estaban esparcidos por todos lados, sin sentido ni orden alguno. Nick se apresuró a recoger algunas cosas rápidamente.

—Siento el desorden —se disculpó nervioso. David se sentó en un hueco vacío en la cama.

—No pasa nada —le dijo David divertido—Max no me deja desordenar nada, si no fuera porque él lo recoge todo siempre... mi habitación estaría peor que esta.

Nick rio.

—Sí, recuerdo el régimen dictatorial de Max con la limpieza...Por cierto ¿Qué tal te va? —le dijo de pronto poniéndose más serio— Ya sabes, con Max.

BAJO LA PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora