Yoongi

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Para el dormir no era parte de sus actividades diarias, es más, se podría decir de una manera poetica y melancólica que lleva años sin poder dormir en paz, su mente no ayudaba, cierta persona de tez morena junto con el susurro de justicia, hacía imposible encontrar su paz.

Paz

¿Que era eso?

Podría jurar que su infancia fue feliz como la de cualquier chico de una familia de clase media en Daegu, sus dos padres con vida, su hermano mayor siempre llevándolo a la playa a hacer castillos de arena y correr junto a su perrito.
Se podría decir que su infancia fue lo único feliz que tuvo, claro hasta que llegaron los 18 y se dio cuenta que vivía en una mentira.

Su padre, policía, el orgullo de toda la familia Min, no era más que un corrupto que protegía delincuentes, delincuentes que terminarían atacandolo a sus 15 por unos miserables wones que traía en su bolsillo a la salida del club donde hacia basquet, una noche tranquila por las calles de Daegu.

No tuvieron piedad, empezaron con golpes en su cabeza, estómago, incluso le habían sacado toda su ropa en símbolo de humillación, poder, impunidad.

Pero hay algo más que terminó arruinando la psiquis del joven Min Yoongi, encontrar a su padre mirándolo desde su vehículo.
Sin titubear gritó su nombre en busca de ayuda, su padre el hombre que era su modelo a seguir, su orgullo, su vida.
El canoso sin embargo, pese a las suplicas de su hijo, subió la ventanilla del auto y se fue, desapareciendo al final de la avenida.

Ya no sentía los golpes, ni la humillación, ni que se estuvieran riendo de él porque ellos sabían de quien estaba suplicando ayuda, quien era incluso Min Yoongi, el joven pisoteado y maltratado.

El tiempo pasó y la droga se volvió su mejor amiga, el café era un plus de mucha ayuda para mantenerlo despierto. Pero por supuesto Kim Taehyung tenía que aparecer en escena, el protagonista de sus pesadillas.

No hace falta repetir que Taehyung fue su verdugo, su traidor, su Judas.

Unos meses en la cárcel ya que su sentencia fue leve, consumo de droga y portación de la misma, le hicieron comprender el desastre de vida que estaba llevando, un viaje de redención a una de las cárceles más jodidas de Daegu, era darse cuenta de que se estaba comportando como un imbécil o ser la novia de algún recluso y porque no, la muerte.

Aunque no había que descartar su sospecha en ser protagonista de un crimen, un homicidio para ser exactos, un muerto, un arma y un joven en un callejón, no era muy difícil de sospechar de quien podría haber asesinado a ese hombre. Pero para su suerte la investigación que duró más que su propia condena, había dado a su favor ya que el arma no tenía sus huellas. Sin pruebas no hay delito dicen.
Pero Yoongi sabía muy bien el causante de esa atroz muerte.

Debería sentirse agradecido con Taheyung de ser el más grande hijo de puta por mandarlo con la policía, al principio creyó igual que su padre tanto que estaba a favor de la delincuencia y de su gobernador corrupto lo iba a dejar libre y por ahí, quizás, perdonarlo por dejarlo casi morir por segunda vez. Pero se ve que no estaba en los planes nuevamente de su padre de salvarle el culo. En esos momentos pensaba si realmente era su hijo o un bastardo que encontraron en la calle como perrito mojado porque ya ni su madre lo iba a visitar a la cárcel. Iba a extrañar sus biandas de comida.

Su hermano era su única esperanza. Cuando salió de aquel lugar el único que lo estaba esperando junto a un auto gris y extrañamente con una bolsa de comida rápida era el, su hermano mayor.

Disfruto tanto esa hamburguesa llena de grasa como si fuera la mismísima manzana de Adán.

Su relación había cambiado claramente, ya no tenía 10 años y el tampoco tenía ya 20. Uno soltero acusado de homicidio ex adicto a la cocaina, traicionado por su mejor amigo, estudiante de leyes porque extrañamente en la carcel te permiten estudiar abogacia o aprender a hacer manualidades con madera, cosa que nunca se le dio. Y por otro lado, un hombre de treinta y tantos, casado, dos gemelos y un restaurante familiar.

Hermanos pero con una vida muy distinta.


Volviendo al presente, a Yoongi no le gustaba dormir, el café y el cigarrillo eran sus compañeras en esta fría noche.
Su departamento no era muy ostentoso pero se podía dar el lujo de alquilar en el centro, con una buena vista, sus trabajos como abogado y socio de su hermano lo ayudaban a estar donde estaba.

No habja vuelto hablar con su padre, su madre a veces lo visitaba pero era más de lo mismo, preguntas vacías y falsas. Su hermano y sus sobrinos eran lo único que tenía.

Dejó la cola del cigarrillo en el cenicero y se dispuso a ir al baño.

Lo primero que vio fue su cara frente al espejo, nada mal, considerando las ojeras enormes que traía y su pelo recientemente teñido de negro, su cuñada le había dado una mano con eso sino hubiera sido un desastre.

Se lavó la cara y fijó su mirada nuevamente frente a él, estudiando sus ojos oscuros como la noche reflejando tantas sin haber pegado sus parpados, esperando por fin este momento.

El plan era simple y hasta ahora iba a la perfección:

Asustarlo en ese conocido bar al que siempre frecuentaba ir, volverlo paranoico como un alma en pena merodeando entre su pasado oscuro y su presente.

Investigar sobre su presente, que dicho sea de paso el dueño de aquel lugar Kim Seokjin fue de mucha ayuda. Ese tipo con complejo de Dios terminó siendo una de las pocas personas amables que había conocido en mucho tiempo.

Y como parte del plan, que Taehyung se enfrente cara a cara con su verdugo, la justicia.

Pero antes tenia que ir a dar una pequeña visita, una visita que quizás sea beneficiosa para ambos.

Dispuso a salir del baño y se dirigió hacia la salida de su departamento.
Bajo hacia el estacionamiento y no tardó mucho en encontrar su moto.

Iría caminando pero a estas horas uno nunca sabe con quien te puedes encontrar, y no estaba listo para enfrentarse a él, aún faltaba un par de piezas para unir.

En 15 minutos exactos había llegado al establecimiento, estacionó y se quitó su casco, no debería andar así mostrando su identidad pero al diablo, estaba cerca de su salvación y de la pieza fundamental del rompecabezas que con mucho cuidado empezó a armar.

Meses de espera, de investigación, estudios, incluso ilegalmente aunque su honor estuviera en juego como abogado, pero tenía que pagar ese mal nacido de una vez por todas. Y sabía que junto con ella todo eso iba a valer la pena.

Entró al lugar y se dirigió a la recepción donde una mujer lo miraba con curiosidad, no muy seguido entraban sujetos así a un hospital.

-Digame, ¿en que lo puedo ayudar?

-Estaba buscando la habitación de Han so hye, soy Min Yoongi-. Extendió una tarjeta de presentación a la mujer confusa.

-Su abogado-.








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Pasaron años pero volví a actualizar, quería agradecer lean o no a sus comentarios, me hace feliz que les gustara este fic que empecé hace un tiempo pero por cuestiones personales lo abandone.

Pronto voy a subir ya los últimos capítulos para finalizar este fic inspirado en un tema de the police djdbf

Saludos 💕💕💕


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