Capítulo 4

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Los rayos el sol se asomaron desde temprano por la ventana, logrando despertar a Eren de tan cómodo sueño. A pesar de haberse alejado la noche anterior de su tutor, había amanecido como ya le era costumbre, sus brazos rodeaban al mayor por la cintura y su cabeza se recostaba a su pecho, era la manera más cómoda para lograr dormirse, pero justo ahora quería evitar ese contacto que la noche anterior le había generado tantos problemas. Nuevamente se sentía culpable al recordar su pecado, no quería ser descubierto, pues solo le aseguraría el odio de su tutor, la razón por la que estaba tan seguro de esto era sencilla, Levi había rechazado un beso suyo, mucho menos aceptaría este tipo de actos.

"Deja de darle vueltas..." pensó el menor. Sería más sencillo si solo se olvidara de lo que había pasado, porque incluso si leían su mente ese recuerdo ya no existiría. Frotó sus ojos con fuerza y buscó despejar su cabeza con algún otro deseo, pero poco lograría si hasta el momento no se despegaba del cuerpo de Levi que descansaba ahora a su lado. Lo soltó cuando se percató de esto y se arrastró al otro lado de la cama dejando gran espacio entre ambos. Se abrazó a sí mismo y perdió su mirada en el patrón de líneas del suelo. Se entretuvo con esto por poco más de media hora hasta percibir movimiento el cuerpo del contrario. Eren no se volteó para desearle buenos días como solía hacerlo, tan solo se mantuvo estático manteniendo la misma posición, aun sentía vergüenza, no podía verlo tan fácilmente.

Levi se levantó de inmediato de la cama y estiró sus brazos, le sorprendió encontrarse con Eren ya despierto, pues pocas veces despertaba primero y se volvía todo un reto sacarlo de su sueño, en ocasiones era bastante fastidioso.

–No me obligues a irme aun, no quiero hacerlo. – Protestó incluso antes de recibir una orden, pero la preocupación de Levi era enorme, pues habían desaparecido por toda una noche y era seguro que ya lo habrían notado. No dejarían pasar por alto la ausencia del único hijo de uno de los empresarios más importantes de la nación, por lo que el pelinegro no tuvo más opción que negarse a su petición.

–Debes regresar, tu padre estará preocupado.

Eren se hizo a un lado, dejando que el contrario pudiese ver finalmente su rostro. Entendía que debían volver, su intención tampoco era alertar a nadie, pero también disfrutaba salir de la rutina que mantenía y escapar de ese mundo en que nació. Además, aquí tenía todo lo que necesitaba, Levi lo estaba acompañando y con eso se conformaba, pues era consciente de que se trataba de lo más valioso por lo que su padre había pagado. Dio un bostezo y después se estiró, con la idea en mente de entonces levantarse y seguir las órdenes que se le habían dado.

Fueron cuestión de horas para estar de nuevo en la mansión de los Jaeger, su hogar. Todo ahí parecía estar en su lugar, sin embargo aun no se presentaba a la oficina de su padre, a quien estaría obligado a dar una explicación, había aceptado la responsabilidad y evitaría a toda costa que Levi sufriera de alguna consecuencia, incluso si terminó siendo cómplice de su escape.

Entró a la oficina de su padre sin previo aviso, siquiera se molestó en tocar la puerta. Eren se mostró bastante serio, pues según creía lo haría parecer más maduro y era la imagen que quería plasmar en el resto, especialmente su padre quien siempre se mostró tan distante. Grisha se mostró con una expresión fría y era evidente su molestía, sin embargo poco preocupado había estado, pues ese sería el trabajo de su empleado.

—¿Notaste que me fui?

Fue Eren el primero en hablar, quería retar la habilidad que tenía como padre, mas nunca lo fue en realidad, cumplía sus caprichos, pero pocas veces compartía protagonismo en su vida.

–Preguntaban por ti y no supe como explicarles que habías escapado ¿por qué lo hiciste?

–No quería estar con todas esas personas, son hipócritas.

No me olvides | Eren ˣ Levi Where stories live. Discover now