Pequeño Rincón.

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Me desperté muy cansada por lo poco que había podido dormir esa noche, solo tenía en la cabeza la propuesta de Niels de seguirme a Miami, no pude darle una respuesta, le rogué que me diera tiempo para pensar, con suerte él aceptó y respetó mi decisión.

La realidad era que, lo que menos tenía era tiempo, ese día volvía a mi ciudad, llevaba solo tres días en ese pueblo y ya mi vida era un caos.

Me comí un sándwich con una bebida y me puse a hacer las maletas porque mi vuelo salía a las dos de la tarde.

Cogí un taxi hasta el aeropuerto e hice mi check in temprano, me acomodé en uno de los asientos de la puerta número tres y me puse los auriculares, escuchando buena música me ayudaría a pensar mejor.

Estaba perdida en mis pensamientos y con los ojos cerrados intentando descansar un poco, cuando noté que alguien se sentó al lado mío.

Abrí mis ojos y me quedé sorprendida al ver la persona que tenía al lado.

—¡Niels!

Lo miré parpadeando varias veces, ¿acaso era un jodido sueño?

Él se me acercó, me dio un beso en la mejilla y dijo:

—¡Hola, preciosa! ―saludó con mucha tranquilidad y serenidad.

—¡Joder! ¿Qué haces aquí?

—¿No lo ves?

Me di cuenta de que en su mano tenía una maleta pequeña y unos billetes de avión.

—No me digas qué te vienes —susurré.

—¡Sí! Voy a conocer tu hermosa ciudad y además he comprado dos vuelos en businnes class, porque cómo son cuatro horas de vuelo... Para estar cómodos.

—Estar... ¿cómodos? Niels, ¿te has vuelto loco?

—¡Sí, Jess! Estoy muy loco por ti y esta vez no te dejaré ir y si tengo que irme contigo pues me voy...

Así de fácil salieron esas palabras para él. ¿Es que acaso no entendió que necesitaba un tiempo para pensar?

—A ver... ¿Cómo has sabido lo del vuelo?

—Por una aplicación de internet solo hay dos vuelos al día para Miami, sabía que te ibas hoy... Y llamé a la compañía para saber a qué hora salía Jessica Valles con un contacto que tengo.

—Maggi, ¿verdad?

—Hmmm, ese contacto me ha ayudado mucho la verdad. —Puso su mano en la barbilla y mirándome de lado me regaló una preciosa sonrisa.

—Niels, yo tengo mi vuelo, tú has comprado dos y encima en clase business.

—¿Y? El que tienes lo dejas libre y te vienes conmigo, ¡así de fácil! Disfrutemos de nuestro primer viaje juntos y después golpéame si quieres.

—Estás como una puta cabra, ¿lo sabes? —Me reí nerviosa—. Te dije que pensaría lo de retomar nuestra relación.

—¡Tranquila! Imagina que estás viajando con tu mejor amigo y yo de paso me tomaré unas vacaciones.

—Niels, si me dijiste qué todavía no trabajabas... ¿Ya tienes vacaciones?

—Heredé una pequeña fortuna cuando mi padre murió.

En ese momento llamaron para empezar a subir al avión, subimos y entramos a primera clase, estaba alucinando del tamaño y lo cómodos que eran nuestros asientos, se hacían prácticamente una cama.

Me puse totalmente cómoda porque esa noche había dormido fatal y estuvimos charlando sobre mi trabajo, los planes que tenía con su hermano, pero que ahora no lo tenía claro.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora