La nueva

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Empecé a caminar por los amplios pasillos del instituto, buscando las oficinas de secretaría para iniciar las tramitaciones presenciales. No tenía pérdida, todo estaba muy bien señalado.

Después de pasar un largo pasillo llegué a un enorme hall de unas dos plantas de altura donde convergían otros dos pasillos, con unas escaleras que llevaban al siguiente nivel y que iban rodeando el ascensor para minusválidos.

Estaba todo increíblemente iluminado porque había una enorme pared acristalada en un lateral del hall y, desde ahí, se podían observar las pistas de atletismo, los campos deportivos y la piscina cubierta.

Como había llegado antes, apenas había alumnos, viéndose todo enorme y vacío. Al fondo de este enorme hall, estaba secretaría y dirección. Eran unas oficinas acristaladas de dos plantas donde me atendió una mujer, muy guapa y simpática, que se encargó de darme todo lo que me hacía falta para empezar sin ningún problema.

Vi mi horario, me tocaba matemáticas a primera hora. Fui rápidamente a mi taquilla asignada, guardé mis cosas y me apresuré a encontrar la clase del profesor Mark Jefferson.

Entré a clase donde ya se habían sentado bastantes alumnos y otros estaban llegando. El profesor Jefferson estaba sentado en su mesa preparando los documentos de la clase. Me acerqué a él y le entregué el papel que me dieron en secretaría.

Se levantó y dijo:

—Vamos a dar la bienvenida a nuestra nueva alumna, que se incorpora del Instituto Lincoln de Miami, Jessica Valles. Bienvenida a nuestro instituto, espero que este año sea de su agrado.

Noté todas las miradas puestas en mí y no pude evitar sonrojarme, sonreí un poco en señal de agradecimiento y, con la mirada, empecé a buscar rápidamente un asiento libre. Vi uno al lado de una ventana y fui como flecha a sentarme. Me sudaban las manos tenía muchos nervios, pero ya por fin había pasado lo peor o, al menos, eso creía.

Noté una mirada en mi nuca, me giré y pude ver a una muchacha rubia de ojos café que me sonreía, le devolví la sonrisa y me dijo:

—¡Hola! Soy Maggi encantada de conocerte, Jessica.

—Lo mismo digo, Maggi y, por favor, llámame Jess. Jessica es demasiado formal. ¡Qué nervios el primer día! Estoy temblando.

—Yo en tu lugar también lo estaría.

El profesor se aclaró la garganta y empezó.

—Bueno, comencemos el curso. Empezaremos con el concepto de matriz...

La mañana fue bien y llegó la hora de comer. Me dirigí al enorme comedor del instituto, cogí una bandeja e iba mirando los platos que había. ¡Olía todo tan bien! Una mujer de avanzada edad iba sirviendo a todos la comida. Ya con mi bandeja preparada, miré a ver dónde podía sentarme y vi a Maggi que levantó su mano y me hacía señas.

Sonreí y me dirigí hacia ella, estaba con una chica más y un chico bastante atractivo.

—Jess, te presento a Joe y Mel. Somos un grupo pequeño, pero bastante guay —comentó.

—Encantada. —Sonreí al ver que parecían bastante agradables.

Mel me miró y dijo:

—Te vi esta mañana en mates, Jessica Valles... Me quedé con tu apellido porque no lo había escuchado nunca y pensé, esta chica es extranjera.

—Pues no te equivocas, nací en España, pero vivo aquí desde los cuatro años —respondí.

—¡Lo sabía! —soltó ella mirando a Joe.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora