Confesiones de Niels.

718 50 14
                                    

Niels

Llegué a casa y vi que estaban aparcados los coches de Derek y Dylan. ¡Sí!, estaban allí, estarían en la zona de juegos.

Me dirigí al salón de juegos y, efectivamente, estaban jugando al billar y bebiendo unas cervezas.

—¡Qué pasa, tíos! —saludé.

—Pero mira, quién es, Dylan. Pensé que ya no venías y estarías follándote a la españolita —añadió Derek con ironía.

Lo miré serio ya no me parecían tan graciosos sus comentarios. Dylan me miró y giró los ojos. Creo que estaba hasta los cojones de Derek.

—No. ¡Y se llama Jess!

—Entonces ¿no tienes nada que contarme? Pensaba que éramos colegas. Porque Dylan seguro que lo sabía —farfulló enfadado.

—¡Derek, tío! Niels no tiene por qué contarnos, seguro que cuando él lo vea conveniente lo hará —añadió Dylan.

—A ver, Derek, ¿qué quieres saber? Yo te respondo...

—¿Tienes un rollo con la moji..., perdón, Jess? —comentó con sarcasmo.

—No, no es un rollo. ¡Me gusta mucho!

—¿Perdona? —dijo riéndose—. ¿He oído bien? ¿Tú eres Niels Stewart? Un momento, ¿quién eres? Y... ¿Qué has hecho con mi amigo?

—Lo que has oído, es una chica increíble. En principio pensé en solo enrollarme con ella y después llevármela a la cama, pero me dio calabazas, me rechazó...

Derek abrió los ojos y rio.

—Nadie te da calabazas...

—Ves, eso mismo pensé yo, ella lo hizo. Después está el hecho de que es una chica bastante madura, sabe lo que quiere, estoy aprendiendo mucho de ella, aunque no lo creas.

Derek me miró extrañado, incrédulo a lo que yo le decía.

—¡Joder! Niels, sí que te gusta, tío. No te voy a negar que es bastante bonita y veo que te está hechizando con su cuerpito fino.

—No hemos tenido sexo todavía, hemos estado jugueteando un poco solo.

Lo miré con toda la sinceridad del mundo, Derek no era mala persona, solo un poco reacio a las relaciones. Nos hemos criado desde pequeños y sé que quería lo mejor para mí.

—Niels, ¿por casualidad es virgen? —añadió él.

—La más bonita de las vírgenes.

—Ahora lo entiendo, quieres ser el que la desflore y, por eso, estás idiotizado.

—No seas imbécil, ¡Derek! No es por eso, tiene una personalidad arrolladora, sé que no os lleváis bien, pero deberías darle una oportunidad, si realmente me consideras tu amigo.

—¿Sabes quién va a poner el grito en el cielo con esta bomba? —me preguntó mientras se encendía un cigarrillo...

—Mía —dijo Dylan—, Stacy no sé.

—Pues sí. Hoy por la tarde estaba diciendo que mañana tenías que ir a su reunión porque quería que la empotraras por toda la casa, no lo dijo así, pero ya me entiendes...

—No pienso ir a la reunión, mañana tengo una cita con Jess.

Dylan y Derek me miraron como si yo tuviera fiebre...

—Tú y ella sois tan diferentes, que espero que sea solo momentáneo —soltó Derek.

—Por eso me gusta, porque somos diferentes, y vosotros que sois mis dos mejores amigos, me deberíais de apoyar en esto.

—Por mí no hay problema, además Jess me cae bien por lo poco que la conozco —dijo Dylan.

—Le daré una oportunidad. Yo no le caigo bien, pero lo intentaré, lo prometo, Niels, solo porque ¡eres tú!

Empezamos a jugar con el billar y beber las cervezas que había en la mini nevera.

Se quedaron a dormir en las habitaciones que teníamos vacías, ya que habíamos bebido bastante y no iba a permitir que condujeran así.

Me di cuenta de que tenía varios mensajes de Mía y Stacy rogando que me presentara a la reunión de mañana.

Mía me mandó inclusive una foto bastante sensual para que viera lo que me iba a perder si no iba a la reunión.

«No puedo, tengo cosas que hacer... Hasta el lunes.»

Un mensaje corto y claro.

Y se lo envié a las dos.

Ya no podía pensar en nadie más, mis pensamientos sucios y cariñosos solo los tenía mi preciosa Jess, le envié un WhatsApp antes de irme a dormir.

«Buenas noches, preciosa, que duermas bien, soñaré con tus labios.»

Me sentía tan bien con ella que no iba a permitir mandarlo todo a la mierda por Mía o Stacy que realmente no me aportaban nada positivo.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora