📌Nuevamente las cadenas del hombre encarcelado justo frente a él lo despertaron. — ¿Puedes dejarme dormir? — Cuestionó el dios, irritado y en voz alta intentando intimidarlo, aunque sabía muy en el fondo que su estado actual no podría ni asustar a un niño de cinco años.
— Es de día, amigo Ares. — Mintió con el mismo tono de voz, sereno e indiferente, como si no se encontrara preso en una incómoda mazmorra rodeado de lamentos lejanos. — ¿No duermes mucho últimamente?
— No hay mucho qué hacer. — Ares abrió sus ojos y encontró lo mismo que siempre, unas barras altas que sellaban su libertad. Todavía no había sido capaz de conocer la identidad del hombre parlanchín frente a su celda, pero el tiempo que allí estaba lo obligaba a conversar con él de vez en cuando para no dejarse caer en lamentos y tristeza. Estaba siendo fuerte, al menos eso creía, nadie podría seguir cuerdo después de pasarse la vida encerrado en el Tártaro.
— ¿Todavía crees que tu hija vendrá? — Esa pregunta la había repetido todos los días desde que cruzaron palabra por primera vez y siempre recibía la misma respuesta, respuesta que para esa ocasión no llegó.
Ares se quedó callado recordando a Mina. No sabía nada de ella, no sabía nada de nadie y eso, los últimos días, lo tenía inquieto.
— ¿Sabes lo que sucedió con Chronos? — Volvió a preguntar al ver que el dios prefería guardar silencio y que, por primera vez, no proclamaba a la menor como su futura salvadora.
— ¿Y tú sí? — Le devolvió la pregunta en tono sarcástico.
— Tal vez... últimamente me he sentido con mejor ánimo y energía, me pregunto por qué. — El hombre misterioso volvió a caminar arrastrando sus cadenas, siempre oculto bajo la sombra de su celda. — ¿Crees que ya sea una joven muy poderosa?
— Ella ya es fuerte...
— Sabes a lo que me refiero, amigo mío. — Soltó una baja risa y miró hacia Ares. — Me pregunto... ¿cuánto tiempo debemos que esperar por ella? Debe estar ocupada, el mundo mortal tiene muchas distracciones, ¿y si ya se encontró con algo mejor que ayudar a su padre?
El dios, harto de las palabras de su único compañero, se levantó y se acercó a las barras, acercando su rostro lo suficiente como para que su nariz saliera entre los espacios.
— ¿Te hice enojar? — Preguntó con falsa inocencia. — Lo lamento. — Aguardó unos segundos mientras analizaba la molesta expresión de Ares. — No me mires así, ¿te han dicho que tus ojos son intimidantes? Si miras así a la persona equivocada podrías lamentarlo.
— No hables de mi hija como si la conocieras. — Advirtió antes de darse media vuelta para regresar a su asiento habitual, ignorando por completo el "consejo" que el desconocido le daba.
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↳ Olympus┇ MinaYeon
Fanfiction| completada | Despreciado y a la vez temido, Ares se convirtió en padre. Decidido a cumplir sus deseos de venganza mantuvo con vida a su hija para convertirla en una grandiosa guerrera. Pero no contaría con la improvista orden de su padre. Zeus...