XXXIX. Cuida tu espalda.

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La canción me ayudó a escribir este capítulo.
Perdonen si hay algún error, es el sueño y la emoción del comeback.

📌

Chronos abrió los ojos de repente y, al tomar conciencia, esbozó una sonrisa. Generalmente su humor era el peor cuando su sueño era interrumpido, pero esa noche parecía ser especial.

—Hey, ¿estás despierto? — Cuestionó hacia el único compañero que tenía. Ares lo ignoró. — Ya sé que estás despierto. Tuve un sueño extraño, ¿no quieres saberlo?

—No.

—Vamos, hombre.— Insistió. — Soñé con una feroz batalla.— Dijo mientras intentaba acercarse hacia los barrotes que sellaban su libertad y alzó su brazo.— Con cadenas como estas. ¿No es asombroso?

—No lo es.— Respondió de mala gana.

—Pero no te he dicho quién las llevaba.— Ladeó su cabeza y Ares, por primera vez, se tomó la molestia de mirarlo esperando escuchar alguna tontería. — Ahora te quedarás con la duda.

—Eres una molestia.— El dios volvió a acomodarse y cerró los ojos intentado retomar su sueño. No deseaba decirlo, pero muy en el fondo, relacionaba a Mina con las palabras de Chronos, y realmente deseaba estarse equivocando. Tomó un gran respiro e intentó calmarse. Ella está bien.

•••

La hora había llegado. Solo debían transportarse a Atenas e iniciar con lo planeado.

Las tropas de Hades acudieron al lugar de encuentro una hora antes, y como su gran Señor les había ordenado, solo debían esperar la señal de Lisa para atacar.

Todo empezaba a medianoche, Hades y Mina caminaban por el sendero que los llevaría directamente hasta el templo de Zeus, ambos iban cubiertos con largas túnicas negras y la japonesa, como ya lo habían previsto, iba con las manos atadas. Debía dar la impresión de ser la prisionera del rey del Inframundo, debía verse como alguien que acababa de ser traicionada. Debes concentrarte. Pensó Mina sintiendo su corazón bombear con fuerza. Esa ya no era una simulación, si algo salía mal no tendría la posibilidad de alzar la mano y pedir que el ataque se detuviera solo para tomar un respiro.

Por otro lado, entre las sombras, montada sobre Tristán se encontraba Tzuyu, siguiendo el paso de todos los acontecimientos y con sus manos sudorosas sosteniendo las cuerdas doradas del equino, esperando que las cosas se apresuraran para poder regresar a casa, abrir la nevera y comer todo el helado de yogurt que su cuerpo le permitiera.

Y, por último, Lisa se encontraba de igual forma, escondida entre algunos árboles, un poco más cerca de Hades y Mina para poder ingresar a la batalla de la forma más rápida posible y así dar apoyo.

Cuando estuvieron cerca, Hades respiró profundo al ver a varios hombres de Zeus liderados por Atenea y Apolo esperando por ellos. La sonrisa de satisfacción de esos dos llegaba a dar miedo y sino fuera porque debía mantener una apariencia tranquila, probablemente su risa nerviosa lo habría delatado incluso antes de empezar.

—No te desesperes.— Susurró el dios unos metros antes de detenerse frente a los guerreros de su hermano que cuidaban la entrada.

—¡Por fin llegas!— Gritó Apolo dándose paso entre todos para poder llegar hasta los dos. — Creí que nunca llegarían. — Dijo con notable molestia, sin embargo, se calmó al dirigir su mirada a una cabizbaja japonesa. Lentamente se acercó a ella, su cobardía le gritaba sacar su espada y atravesar su corazón aprovechando que no podía defenderse, pero si lo hacía, tendría que cargar con la ira de su padre sobre sus hombros. — Quién lo creería...— Susurró mientras su mano retiraba la capucha negra de la cabeza de Mina, sus ojos se ampliaron y su sonrisa se ensanchó al ver el rostro de la muchacha.

↳ Olympus┇ MinaYeonOnde histórias criam vida. Descubra agora