chapter fourteen.

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CHAPTER FOURTEEN

CHAPTER FOURTEEN

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Steve pasó una mano por su rostro, prácticamente agotado. Habían pasado las últimas dos semanas buscando a Astrid pero había desaparecido; Stark había creado un programa de reconocimiento facial y en cuanto la joven muestre su rostro ante cualquier cámara, les avisaría.

─No puede haber desaparecido tan fácil ─dijo Clint, mientras se cruzaba de brazos para ver a ambos; Natasha frunció el seño.

─Tal vez está en Asgard con Thor. ─Steve negó, mientras apoyaba su espalda contra el respaldo de la silla.

─No, dijo que no estaba interesada en ir allí. No por ahora.

─Puede cambiar de opinión ─dijo Natasha una vez más. Steve suspiró negándose a creer que ella había ido hacia Asgard sin decírselo.

─No, algo más sucedió. Puedo sentirlo.

─Hemos buscado por cada rincón del mundo, Steve. Es como si hubiera dejado de existir.

Natasha se quedó callada por varios segundos, recordando a aquél soldado del invierno que era prácticamente un fantasma; nadie sabía quién era, nadie lo veía, ni lo hallaban; no existía. Ladeó su cabeza y descartó esa idea, era imposible que ella tuviese algo que ver con él.

─Debes descansar, Steve.

─Estoy bien.

─No lo estás ─le dijo la espía, poniéndose ante él─, no duermes desde hace semanas. En éste estado no podrás encontrarla. Te necesitamos completo, Steve.

El capitán suspiró mientras se ponía de pie, dándole una última mirada a los espías y así, alejándose de la sala. No había manera en la que él pudiese dormir sin tener la tranquilidad de que ella estaba bien; prefería vivir con la cruda realidad de que lo había dejado porque se cansó de él, a saber que estaban haciéndole algo mucho peor.

Se negaba a creer que todo estaba perdido. Pero Natasha tenía razón, estando así, sin energía y con la cabeza hecha un lío, jamás la iba a encontrar.

Al entrar en su habitación, observó la cama con cierto recelo, recordaba a la pequeña figura de Astrid a un lado suyo, prácticamente tirándolo de la cama, y cómo luego lo abrazaba por la espalda para pegar su cabeza a la misma. Recordaba vividamente su aroma a menta, no podía dejar de sentir ese vacío en el pecho.

Astrid era lo que le hacía despertar en las mañanas, era lo que podía llamar su hogar. Después de Peggy, Steve jamás creyó que volvería a querer tanto a una persona; que podría enamorarse de nuevo. Y Astrid llegó para cambiarlo todo, derrumbó cada muro, le cambió el rumbo a todo lo que sabía, le abrió los ojos. Le hizo divertirse y amarlo todo. Con ella, él era una persona completamente diferente. Sin ella, todo volvía a ser frío, sin vida.

SURVIVOR ▬▬▬ steve rogers.Where stories live. Discover now