Capítulo 346: ¡El Poder Misterioso Aparece de Nuevo!
Unos días después, el trabajo sobre la base de la secta continuaba. No ocurrieron más incidentes, y todos se hubieran olvidado rápidamente del acontecimiento, sino fuera por el hecho de que Bai Xiaochun solo salía al exterior rodeado hasta el tope de talismanes de papel.
Xu Baocai y algunos de sus otros amigos tenían mucha curiosidad sobre esto, y Bai Xiaochun no podía simplemente rehusarse a decirles la verdad del asunto. Así que usó todo tipo de lenguaje inconcluso para intentar explicar que la Secta Desafiadora del Río estaba siendo acechada por un fantasma.
Xu Baocai y los demás quedaron bastante asustados, y hasta empezaron a imitar a Bai Xiaochun, poniéndose todo tipo de talismanes de papel encima para alejar a los espíritus malignos. Pero claro, no usaban tantos como Bai Xiaochun...
Los talismanes de Bai Xiaochun cubrían prácticamente hasta cada pulgada de su cuerpo, a excepción de su cara.
Cuando salía así, todos quedaban boquiabiertos del asombro y se abrían los ojos de par en par.
Fueran Zhou Xinqi, Colmillo Fantasma, Song Que o Nueve-Islas, todos estaban completamente sorprendidos. Una noche, cuando Bai Xiaochun paseaba por ahí hasta el tope con sus talismanes, justo se encontró con Gongsun Wan'er.
Incluso ella estaba sorprendida por la apariencia de Bai Xiaochun. Y con la boca abierta del asombro dijo, —Hermano Mayor Xiaochun, que estás...
—Bueno, ¿no es esta la Hermana Menor Gongsun? —Bai Xiaochun la vio de arriba abajo, luego observó a su alrededor sigilosamente y se acercó más a ella para susurrarle, —Mira, te voy a decir algo que tienes que mantener en secreto. ¡La Secta Desafiadora del Río está siendo acechada por un fantasma! Por eso es que tengo tantos talismanes de papel, para alejar a los espíritus malignos.
A Gongsun Wan'er se le abrieron los ojos aún más. Después de que pasara un momento, lo observó de arriba abajo bromeando, estiró su mano y tocó algunos de los talismanes. Finalmente forzó una sonrisa en su rostro, prometió que no le diría a nadie y se fue.
Bai Xiaochun se sentía muy satisfecho consigo mismo y siguió con su camino.
Todos eventualmente terminaron hablando sobre el asunto de la secta siendo acechada por un fantasma. Para cuando los patriarcas de las cuatro divisiones se dieron cuenta de lo que ocurría, era muy tarde para calmar los rumores. La apariencia tan llamativa de Bai Xiaochun los dejó frustrados y sacudiendo su cabeza irónicamente.
—Está en el Núcleo Dorado, y todavía le teme a los fantasmas...
—Y, de todos modos, ese fantasma es tan aterradoramente poderoso que todos esos talismanes de papel que lleva encima serían completamente inútiles.
Los patriarcas simplemente sonrieron de manera indiferente y decidieron simplemente ignorar el asunto. Pasaron unos días más y cuando Bai Xiaochun se dio cuenta de que no ocurrirían más incidentes, finalmente empezó a relajarse más.
Entonces dijo suspirando emocionalmente, —No importa qué demonios, diablos o fantasmas aparezcan, con mis ropas especiales contra la maldad, todos serán convertidos en cenizas. Ah. Una vez más he salvado a la secta. ¡Nadie ni siquiera sabe hasta qué punto yo, el joven patriarca de la Secta Desafiadora del Río, he ayudado a todos mis compañeros discípulos! — En este momento ya era bien entrada la noche, y estaba sentado meditando de piernas cruzadas en su cueva de inmortal.
Sin embargo, cuando estas palabras empezaron a salir de su boca, unas ondulaciones empezaron a extenderse por el suelo. Eran unas ondulaciones muy extrañas que parecían estar separando esta área del mundo exterior, y venían acompañadas con una frialdad gélida.
Este desarrollo tan repentino hizo que a Bai Xiaochun se le abrieran los ojos de par en par, y hasta se le salió un chillido por la boca. Se puso de pie de un salto, le dio una palmada a su bolso de almacenamiento y sacó un enorme fajo de talismanes de papel usados para espantar espíritus malignos.
—¡Fuera de aquí! ¡Aléjate! ¡Soy peligroso! ¡¡Llevo encima cientos de talismanes contra la maldad! —Pero mientras retrocedía temblando, un rayo de luz salió disparado desde su bolso de almacenamiento, el cual era justamente la máscara que había llevado durante su tiempo como Cripta Nocturna.
La máscara vibraba y emanaba las mismas ondulaciones, y poco después, la voz de un anciano se pudo escuchar desde la máscara.
—Tú–
—¡¿Tú quién?! —chilló Bai Xiaochun. Y sin dudar ni un segundo, arrojó sobre la máscara el fajo entero de talismanes de papel, y luego vertió todo su poder del Núcleo Dorado del Dao de los Cielos en ella. Entre ese montón de talismanes de sellado, aplastando y alejando esa influencia, una vez los poderes chocaron, prácticamente hubo una explosión.
Se escuchó un estruendo en el aire y la máscara tembló con ese incontable número de talismanes de papel pegados encima. Lo que fuera que la conectaba al suelo fue cortado, y la máscara cayó. Al mismo tiempo, esas fluctuaciones se desvanecieron y todo volvió a la normalidad.
La frente de Bai Xiaochun estaba cubierta de grandes gotas de sudor. En el calor del momento, supo que esa voz que habló no venía del fantasma al que temía, sino de ese grupo misterioso que estaba tras la máscara...
