Capítulo 33

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Onur abrió los ojos y sonrió. Apenas estaba amaneciendo y las luces débiles que llegaban de la calle mantenían la habitación en una penumbra agradable...

Se movió un poco y escuchó a Sehrazat quejarse. Giró para acomodar su brazo, que estaba un poco incómodo y ella se movió para darle espacio...

Se frotó los ojos suavemente y se quedó mirándola. Llevaba puesto un camisolín de seda de color gris claro, sus largas piernas se enroscaban entre las sábanas y su interminable cabello, algo alborotado le tapaba parte de la cara....

Onur levantó una mano y lo acomodó para poder mirarla mejor. Ella suspiró y se movió instintivamente hacia él.

De pronto, Onur cayó en cuenta de que la noche anterior, él se había quedado esperándola y luego, no había recuerdo de nada más...

Se sintió un idiota, se había quedado dormido esperándola y habían pasado su primera noche juntos en París sólo durmiendo abrazados...

Sonrió. Sin quererlo le había dado una lección por haberlo rechazado el día anterior, aunque claro, la lección la había sufrido también él...

La buscó con sus brazos y ella le dio la espalda y se acomodó en ellos, amoldando su cuerpo al de él...

Onur intentó seguir durmiendo, pero la suavidad de su piel, su perfume y la forma en que ella se había acomodado se lo impidieron...

Deslizó sus dedos por la pierna de ella, acariciándola y ascendiendo hasta su cintura, por debajo de la tela de su camisolín. Sintió que su corazón se aceleraba cuando notó que no había más barreras entre ellos que esa prenda...

Su cuerpo reaccionó rápidamente y la escuchó suspirar cuando sus dedos se movieron para acariciarla más íntimamente.

-Onur...- dijo con la voz grave, cargada de deseo y él le habló al oído.

-Mi vida...- le dijo y ella abrió los ojos y giró la cabeza para mirarlo- no me despertaste...

-Supongo que yo también estaba cansada... tenías razón...- dijo y giró su cuerpo y besó sus labios.

-¿De pronto y me estás dando la razón? - le dijo con una sonrisa él y ella alzó las cejas.

-Te diría lo que quisieras si sigues acariciándome así...- le dijo y él notó que sus dedos seguían moviéndose y los detuvo- Onur...- se quejó ella.

-Te diré lo que quiero que me digas...

Sehrazat puso los ojos en blanco y luego sonrió. Ella sola se había dejado caer en esa trampa...

-Te escucho...- le dijo y se incorporó, sentándose en la cama.

-Mmmmm...- dijo él pensativo.

-Pierdes tiempo... sigues haciéndolo...

-Es cierto...- dijo, pero continuó con el gesto pensativo.

Sehrazat lo miró, se quitó el camisolín y alzó las cejas...

-¿Quieres seguir perdiendo tiempo? - dijo y él no le dio tiempo a decir nada más y la hizo caer hacia atrás mientras la cubría con su cuerpo y besaba sus labios para no dejarla seguir hablando...

Se perdieron uno en brazos del otro durante un buen rato antes de que él la sintiera parte suya y la mirara a los ojos con una mezcla perfecta de amor y pasión...

-Me has devuelto a la vida ¿lo sabías?

-Lo sabía... porque tú has hecho lo mismo conmigo...- dijo ella y cerró los ojos cuando lo sintió moverse con lentitud al principio, pero luego incrementando el ritmo para que ambos llegaran al máximo placer...

Otras Mil y Una NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora