Sacudió la cabeza con fuerza, sintiendo una ansiedad creciente. No podía abandonar a este maldito Potter, no podía dejarlo morir porque alteraría por completo el futuro.

-Maldita sea mi curiosidad...-Dijo entre dientes mientras se despeinaba los cabellos con cierto desespero.

-¿Dragón? - Potter le miró con cierto aire divertido mientras le veía desordenar sus cabellos.

-Sí, sí. Cállate Potter. Lo haremos y ganaremos pero por la mierda, cierra la boca.

Harry sonrió divertido y no dijo más, se quedó sólo allí, sentado mientras le observaba con interés, como siempre.
Draco le miró entonces y tuvo ganas de soltarle una piña para borrar aquella sonrisa bonachona y confiada.

-Esta noche hay celebración, hemos logrado reducir a casi nada a los Meltan. Quiero que vengas conmigo, se hará en el pueblo. - Dijo entonces Potter mientras se dejaba caer en el pasto, apoyado en sus brazos para así mirar hacia el despejado cielo.

-¿Y qué se supone hay que hacer?- Draco lo miró de forma precavida y suspicaz. Recordaba que el Potter de su época era muy mal bailarín.

- Comer, beber, celebrar, disfrutar de los juglares y las doncellas.

Draco enarcó la ceja derecha y suspiró, imaginando aquello. Comida, bebida, sexo y entretención. Ninguna de aquellas cosas le llamaba para nada la atención, pero era algo distinto y quería alejar sus pensamientos de cualquier escenario caótico posible frente a su encuentro con Marwyn.

-Está bien, sin embargo, no me interesa que se me acerque ninguna doncella, así que, sirve de algo y mantén a la gente alejada de mi.

Potter rió, haciendo vibrar su pecho mientras achinaba un poco sus ojos. Draco lo miró y rodó los ojos, dejándose caer en el pasto también para ver el cielo.
Estaba jodido, debía de proteger el maldito linaje de Potter ya que se encontraba en peligro por culpa de él y su insensatez por el trabajo de los inefables.



Se había arrepentido por completo de haber aceptado ir a aquella celebración. Todo le parecía ordinario, vulgar, poco higiénico y lo único que podía rescatar era la bella voz de una doncella que tocaba el arpa, y el ingenio de los juglares.

Luego de un discurso dado por Tarlet que básicamente glorificaba a su Lord, todo el mundo se había deshecho en agradecimientos hacia Potter antes de empezar a celebrar. Las antorchas mantenían todo iluminado y ciertamente cálido, los cantos de los hombres y la ordinaria provocación de las mujeres hacia estos, que claro, suponía tenía un costo.

Ellas, caminaban con prominentes escotes por las mesas dispuestas para la celebración que estaba llena de distintos platillos elaborados, carnes, frutas, bebidas y diferentes panes.
No sabía que hora podría ser, pero juraba que no pasaban de las 10 de la noche y la mitad de los hombres ya estaban actuando bajo el fuerte efecto del alcohol, potenciado con la insensatez de la lujuria.

- Creo que no te estás divirtiendo en lo absoluto. - Dijo Potter, sentándose a su lado y notando que Draco no había comido ni un bocado. - Oh Dragón, necesito que comas.

- Potter, creo que eres adivino. - Dijo con obvio sarcasmo al cual el mayor sonrió, ya se había acostumbrado a su insolencia.

-¿Quieres irte ya? - Preguntó sin poner atención a su provocación.

-Lo haré Potter, disfruta la...compañía.

Miró a las chicas que habían estado rondando a Potter desde que había llegado. Potter había sido amable pero en ningún momento había visto atisbo de lujuria en sus facciones, lo que lo hacía tan ñoñamente Potter.

-No, claro que no. Me iré contigo. También estoy cansado.

Draco enarcó una ceja. Potter se iría temprano de su propia celebración, lo que no le sorprendía debido ya que, había comido bastante pero no había puesto atención ni a las chicas, ni a los juglares ni a las incoherencias que le decían sus hombres en estado alcoholizado.

Caminaron en silencio, alejándose del barullo que había en la mitad del pueblo. El camino se los iluminaba el cielo estrellado rumbo hacia las antorchas del castillo, donde estaban los hombres que fungen como guardianes, custodiando como siempre.

- Que bonita está la noche. -Mencionó de la nada Potter mientras se paraba a mirar el cielo. Draco volteó a verle con el entrecejo fruncido.

-¿Qué?

-¿No te parece?

Potter bajó a mirarle con una sonrisa bobalicona, lo que disminuía considerablemente los años en su rostro.
Ya estaban muy cerca del castillo, por lo que las antorchas iluminaban parcialmente el rostro del que sería auror en un futuro.

Draco pudo notar el brillo en los ojos de Potter, el muy cabrón estaba algo alcoholizado, aunque aseguraba que no lo suficiente como para no poder caminar bien o hablar mal. Estaba tan solo, quizá, a penas sintiendo los efectos.

- Sí, sí, Potty. Vamos.

Tomó el brazo ajeno para hacer que retomara la caminata, el otro a penas y rió por lo bajo sin oponer resistencia alguna. Mansamente retomó la caminata hasta internarse de nuevo en el castillo.

Draco frunció un poco el entrecejo por el olor y Harry le miró mientras se mordía una mejilla. Tomó a Draco del brazo y caminó con más rapidez hacia las escaleras, subiéndolas de dos en dos mientras las quejas bajas de Malfoy se oían por el pasillo.

Una vez en su habitación, sintió el cambio de olor, ese olor a flores que aquel rubio había dejado en su habitación.
Trancó la puerta y miró al otro, el cual estaba con una expresión malhumorada.

-Sé que odias el olor de abajo, así que...es mejor apresurarnos aquí.

La expresión de Malfoy se suavizó un poco para luego sólo bufar y rodar los ojos, Esos malditos Gryffindor y sus consideraciones por los demás.

Notó a Potter caminar hacia la chimenea para encender el fuego mientras Draco se disponía a colocarse el camisón que usaba para dormir con sus boxers puestos.
Se descalzó y se metió entre las cobijas, suspirando con cierta pesadez.

El cuarto se iluminó tenuemente por la chimenea. Draco suspiró de nuevo y se colocó de costado mirando hacia la ventana, pensando en lo que podría suceder al día siguiente.

Estaba más que convencido de que no podría abandonar a Potter, presentía que sería un error fatal que le costaría un huevo entero y la verdad, no tenía ganas de alterar el futuro de esa manera tan catastrófica para Inglaterra.
Debía prepararse psicológicamente y tratar de pensar estratégicamente qué hechizos serían los mejores para batirse en duelo. Lograr desarmar a Marwyn era su prioridad, si lo hacía, sería más sencillo poder someterlo de algún modo para conseguir sea lo que sea que había perdido Potter.

Estaba por preguntarse qué demonios podría ser, cuando sintió entonces el peso de Potter tras suyo luego de meterse en las cobijas. Y no sólo eso. oh no, era ese calor corporal irradiado por la maldita total desnudez con la que solía dormir el Lord.

- Por el maldito y jodido Merlin...

*~AriMinds~*




Lost in the time / Harco Where stories live. Discover now