19.

735 68 8
                                    

Pili's POV.

Y como Ana lo había dicho, para ella no fue difícil conseguir que Manuel y Daniel aceptaran reunirse, Con Caro planeábamos hablar con Renata y Majo, se nos hacía más fácil ya que las 4 éramos porristas y pasábamos más tiempo juntas que los demás.

— ¿Asi que van a reunirse y no pensaban decirme? — Casi se me sale de la boca toda el agua que estaba tomando, me di vuelta para mirar a Purre y antes de poder hablar me aclaré la garganta.

— Obvio que íbamos a decirte, estamos con lo más difícil primero.— Confieso sin mirarlo a los ojos pero él hace hasta lo imposible para encontrar los míos, la tensión entre ambos era notoria.

Purre soltó varias carcajadas, yo rodé los ojos y me recosté del locker, ¿qué podía ser tan gracioso?

— ¿Qué te hace pensar que soy fácil de convencer? — Ahora yo me reí, él también rueda sus ojos y se sienta en la banca que estaba justo frente a mí, como si estuviera retándome.

—  Te conozco, eso es suficiente. — Alzo mis cejas, él se queda callado.— El domingo, en la casa de mi padre.— Culminé y salí de allí.

Estar con Purre en un mismo lugar solos y por mucho tiempo significaba peligro para mi corazón y mi propia salud mental, cuando iba de camino a la cancha me encontré a las chicas, el único detalle es que venían con Antonella y sería difícil para mí estando sola en ese preciso momento.

— ¿Podemos hablar un momento? — Me detengo en frente de Renata, las tres se miraron a la cara y negaron, cuando intentaron seguir caminando las volví a detener.— Es importante.

En ese momento Antonella se dio la vuelta, se cruzó de brazos y alzó sus cejas.

Ni siquiera era con ella con quién hablaría.

— Bien, ¿qué es tan importante? — Cuestiona la morocha, yo suelto una carcajada y señalo a Majo y a Renata.

— Necesito hablar con ellas, no contigo.— Ruedo los ojos.

— Olvídalo, Pilar.— La propia Renata, yo la miro a los ojos suplicando, si aún le importaba un poco iba a ceder.

Majo miró a Renata, Antonella las miró a ambas y estás asintieron, me sentí aliviada por dentro. Esto era importante para mí.

Poco después vi a Antonella alejarse, las chicas se acercaron a mí y les dije que me siguieran hasta la cancha, allí podríamos hablar más tranquilas ya que los chicos tenían practicas en una hora y nosotras acabábamos de ensayar las rutinas, no había nadie.

— Ahora sí, no tenemos demasiado tiempo.— La primera en hablar fue Majo, yo la miro y me siento en una de las bancas, ellas hicieron lo mismo.

— Bueno chicas, sé que no nos llevamos muy bien en esté momento pero es algo importante para mí y para ustedes también, o eso creo...— Murmuro, ellas alzaron sus cejas.— Con los chicos nos vamos a reunir el domingo en la casa de mi padre, tal vez no les importe pero allí me estoy quedando, lo que sí importa es que ustedes son fundamentales para la reunión, no tendría sentido juntarnos con dos integrantes faltantes asi que piénsenlo, yo sé que les importa esto tanto como a mí y a los demás.— Termino de hablar, todo quedó en completo silencio.

Fui lo más sincera que pude, sin la ayuda de Carolina me resultó muy difícil.

— ¿Por qué ahora, Pilar? — Dice Renata, yo suspiro y me levanto mirándola.

— Esto es lo que pasa, Renata, lo toman o lo dejan, solo quiero que sepan que sin ustedes no va a funcionar.— Ellas se quedan en silencio y es así como doy por terminada la conversación.

Después de eso me alejé de ambas y caminé hasta la cafetería en donde me vería con Ethan, no habíamos hablado en todo el día y era el único tiempo libre que tendríamos para hacerlo.

Al llegar por suerte no habían muchas personas, los de tercero aún tomaban sus clases. Vi a Ethan a lo lejos y estaba solo, sorprendentemente, me acerqué a él con una pequeña sonrisa y le pasé por él lado para que así notara mi presencia.

— Hey, hola.— Me siento a su lado, él guarda su celular y me sonríe de inmediato.

Yo no lo merecía.

(...)

Luego de una larga jornada escolar, el día terminó, mi última clase era filosofía y la compartía con Simon pero no había tenido tiempo de hablarle así que cuando escuché la campana tuve que correr lo más rápido que pude para alcanzarlo, casi tropiezo con alguien pero la suerte me perseguía ese día.

— ¡SIMI! — Exclamo,  él deja de caminar al escucharme y yo me apoyo de un locker para retomar mi respiración normal.

Con Simon tampoco tenía problemas.

— Pilita, ¿qué pasa? — Él se ríe al verme, yo cierro mis ojos y me acerco para abrazarlo ya que él había abierto sus brazos.— ¿Por qué corrías como si estuvieras en un maratón?

— No podía dejarte ir.— Me río, finalmente pude recuperar el aire y me estabilizo para poder hablarle.— ¿Algún plan para el domingo?

Él negó, a veces nos reuníamos con él, Axel, Carmela y Paulo así que no sería difícil convencerlo.

— ¿Qué me sugieres? — Dice.

— Tenemos reunión en casa de mi padre, por favor no faltes.— Él alza sus cejas y yo uno mis manos en forma de suplica.

— ¿En la casa de tu padre? — Cuestiona sorprendido, yo asiento.— Está bien, no tengo nada mejor que hacer.

Yo sonreí victoriosa, ya faltaban pocos por avisar y estaríamos completos.

— Muy bien, nos vemos entonces.— Dejo un beso en su mejilla y me alejo.

Caminé hasta la salida y esperé unos minutos a que Carmela saliera, junto a ella podía matar tres pájaros de un mismo tiro. Tal vez a Axel y a Paulo no les iba a parecer una buena idea, pero son mis mejores amigos y los conozco más que a nadie.

Ellos también extrañaban esto.







N/A:

Novela en edición.

— Lía. 🤍

Del odio al amor ; Pilurre [RENOVANDO]Where stories live. Discover now