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Pili's POV.

Luego de que acabó la clase me sentía intranquila, me encontraba frente a mi tocador observando cada detalle de mi atuendo y de mis prendas, el reloj marcaba las 7:15 y Ethan estaría esperándome en el parque de diversiones a las 7:30. Supuse que estaba lista, algo dentro de mí me decía que no vaya pero al comprometerme lo jodí todo, tenía que ir sí o sí.

— Pilar.— La voz de mi madre hace que me exalte, giro mi cabeza hacía la puerta y allí la encuentro, recostada del marco mientras me daba una pequeña sonrisa, no podía notar aquel brillo constante en sus ojos.— Necesito que hablemos, cuando regreses.

Mi piel se erizó, no tenía aquel tipo de confianza con madre así que tener una conversación con ella siempre implicaba algo malo y yo no quería ni imaginarlo.

— ¿Pasó algo? — Cuestiono poniéndome de pie para tomar mi bolso, ella solo niega lentamente y se separa de la puerta.— ¿Entonces?

— Tú tranquila, diviértete en tu salida y hablamos cuando vuelvas.— Me regala una última sonrisa y desaparece tan pronto como pestañeo.

Mordí mis labios nerviosa y tomé mi celular en mis manos para así bajar y tomar un uber, mi padre no estaba en casa así que no podía llevarme, mi hermano tampoco. Me pareció extraño pero no reproche, simplemente salí y me subí al taxi que había llegado luego de 5 minutos de haberlo pedido.

Ethan me había texteado avisándome que ya estaba en la puerta, por alguna razón me sentía ansiosa. Las palabras de Purre no salían de mi cabeza, ¿y sí fui precipitada? a Ethan lo conozco hace poquito, haberle aceptado una salida tan rápido no jugaba a mi favor, aunque no sentía sus malas intenciones tampoco las conocía.

— Oh, por aquí por favor.— Le indique al driver al darme cuenta que ya habíamos llegado y le sonrio amablemente, le extiendo el monto del viaje y con cuidado salgo del vehículo para posteriormente encontrarme a Ethan de espaldas hacía mí.

Bien, él era apuesto y sabía cómo vestirse.

— Tardaste bastante.— Su voz suena ronca pero ya no me intimidaba, él me sonríe con amplitud y camina hacía mi para dejar un pequeño beso sobre mi mejilla, su colonia inunda mis fosas nasales de inmediato.— Pero que bueno que llegaste.

— Tú llegaste muy temprano.— Digo como respuesta devolviéndole la sonrisa, ambos caminamos a la boletería y Ethan se me adelanta para pagar, ruedo mis ojos fastidiada.

Compró dos pases vip, eso quería decir que podíamos subirnos a todas las atracciones sin necesidad de hacer filas. Estuvimos dando vueltas por todo el parque durante dos horas, la última que nos faltaba era la famosa estrellita a la cuál estábamos yendo para culminar con un descanso, admirando la vista que tendríamos desde arriba.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — Dice Ethan tan pronto estuvimos arriba, yo lo miró y asiento.— ¿Aceptaste venir porque querías o por compromiso?

No sabía que responder hacía esa pregunta, después de haber escuchado las palabras de Purre estaba aterrada e indecisa, fue entonces cuando me abofeteé mentalmente por haberle creído, todo había salido de maravilla. Ethan me hizo sentir cómoda todo el rato y no tuvimos ningún problema en charlar y reír por cualquier estupidez, estaba probando un vaso de mi propia medicina y me estaba tragando mis palabras.

— Me preguntaste si yo tendría algo mejor qué hacer y creo que ya sabes la respuesta.— Me encojo de hombros, él se ríe, miro hacía arriba y el atardecer empezaba a tornar todo más oscuro, las luces leds de la estrellita estaban encendidas y el viento tornaba el ambiente más acorde, se sentía bien.— ¿Puedo hacerte una yo?

Él asintió.

— ¿Por qué la invitación? Es decir, no creo que haya sido solo para compensarme lo de la obra. — Silencio.

El silencio se apodera del ambiente por unos largos segundos así que alzo mis cejas y él sonríe nervioso, qué tierno.

— Me gustas.— Dice haciendo que mi corazón se detenga, intento hablar pero las palabras no me salen y eso me hace quedar como una estupida, Ethan vuelve a retomar la conversación y agradezco mentalmente ya que no sabía que decir, mi mente estaba en blanco.— ¿Estarías bien con intentarlo?

Escucharlo decir aquello fue un giro totalmente inesperado, mi corazón palpitaba con agresividad y mis manos sudaban porque estaba nerviosa, eso solía pasarme cuando lo estaba. Mi mente solo repetía una cosa, una y otra vez: no nos conocemos.

— Yo...en realidad... no sé qué decir.— Trago en seco, él vuelve a reír.— N...

— No tienes que responderme, tómate el tiempo que necesites y piénsalo muy bien.— Acaricia mi mejilla muy suavemente, mi corazón empieza a estabilizarse y la sensación que me provocaba el contacto de su piel con la mía era inexplicable.— Solo quiero hacer esto bien, es lo uno que quiero, solo piénsalo.— Yo asiento.

Aún no confíaba en él, aunque algo muy en el fondo de mi corazón me estaba dando la respuesta desde el primer momento, algo me decía que él era la persona, la persona que me ayudaría a superar mi pasado y la persona que sobrepasaría mis expectativas, algo me decía que él era bueno y me quería de verdad pero el miedo seguía ahí, el miedo de ser reemplazada por segunda vez seguía ahí y yo no iba a permitir que me hirieran de tal forma dos veces.

Luego de un rato finalmente pude tomar el uber de regreso, él se ofreció a pagarlo y fue imposible detenerlo así que terminé cediendo. Al llegar a casa noté que mi padre aún no había llegado, alcé mis cejad con confusión y tiré las llaves a la mesa, algo andaba mal por acá.

— ¡Mamá, estoy en casa! — Exclamo caminando hacía la cocina pensando que la encontraría pero no fue así, los trastes estaban limpios y no habían rastros de comida cocinada, todo seguía igual y como lo había dejado.— ¿Mamá?

— Mi amor.— Ella entra a la cocina y vestía con su ropa de dormir, me sonríe cortamente y camina hacía el refrigerador así que aprovecho y me siento en uno de los taburetes para empezar a retirarme los pendientes.— ¿Aún quieres hablar? ¿Cómo te fue?

— Sí, obvio.— Asiento poniéndome cómoda, iba a contarle todo pero ella debía hacerlo primero.— Pero tú primero, ¿qué es lo que quieres decirme?

Hacer esa pregunta no fue lo mejor que pudo pasar, de pronto sus ojos se llenaron de lágrimas y aquella esencia que irradiaba felicidad en ella había desaparecido, parecía rota y triste. Eso me dio una mala corazonada.

— Mamá...

— Nos vamos a divorciar.— Dice.

Mi corazón deja de latir y mi mundo se viene abajo, estaba pasando, estaba pasando lo que más me temí en la vida. Otra de mis pesadillas se estaba haciendo realidad y yo no podría lidiar con eso.





N/A:

Novela en edición.

— Lía. 🤍

Del odio al amor ; Pilurre [RENOVANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora