Donde hubo fuego...

Comenzar desde el principio
                                    

No sé por qué sentí esa presión en mi pecho como en los viejos tiempos.

En teoría, Niels estaba enterrado en una parte alejada ya de mi corazón.

Pasaron varios días y salí con Scarlett a beber unos tragos a una discoteca y le conté lo de Maggi. De pronto, mi amiga me desconcertó con su pregunta.

—¡Jess! ¿Y qué pasaría, si Niels está solo?

Me carcajeé y respondí:

—Eso es imposible, Niels Stewart no aguantaría estar solo, Scar.

—¿Y tú qué sabes? Vaya que cuando te vea, ¡te dé lo tuyo! —agregó guiñándome un ojo.

—Pero... ¿Qué dices?

—No me digas que algunas veces no recuerdas esas noches apasionadas con él. —Y empezó a mover los brazos alrededor del cuerpo.

—¡Qué estás salida, tía! Y eso a ti no te lo voy a contar... —Puso cara de ofendida y nos empezamos a reír.

La verdad es que desde que Niels me dejó, no había tenido ninguna relación estable, me obsesioné con mis estudios, gracias a eso tengo un buen trabajo y económicamente no me va mal, tengo mis ahorros y quizá pronto pueda comprarme mi propio apartamento. Mi hermosa amiga me sacó de mi ensimismado estado y toda eufórica, dijo:

—¡Jess! Mañana vamos a ir a buscarte un vestido súper sexy para que cuando ese tal Niels te vea, se chupe los dedos y quiera comerte...

Scar me hacía reír muchísimo con sus tonterías.

—Ya, vale. Mañana iremos de compras, pero verás que Niels tendrá a alguien en su vida.

Al día siguiente nos fuimos a diferentes tiendas de ropa, al final me encantó un vestido negro largo con mucho escote y raja en la pierna. No me pareció atrevido. Hacía tiempo que no me ponía algo sexy y quería sentirme increíblemente guapa.

Después de las compras fuimos a mi piso, no era muy grande, pero para mí, más que suficiente. Vivía de alquiler porque en el centro de Florida era todo muy caro.

Bebíamos unas cervezas, tocaron a la puerta y era Álex. ¡Sí! El hermano de Scar era mi vecino. Gracias a él pude encontrar este sitio donde vivir. El mismo Alex que algunas veces nos habíamos enrollado y dado más que besos... Siempre estuvo interesado en mí.

Yo le había dejado las cosas bastante claras, no podía tener una relación, al menos, hasta que no tuviera mi carrera.

Y ahora, ya teniendo mi profesión y un trabajo estable, algunas veces habíamos salido y habíamos tenido nuestros besos apasionados, pero no habíamos vuelto acostarnos desde la noche que me bebí hasta el agua del florero. Era evidente que yo le gustaba y mucho.

Scar sabía más o menos lo que ocurría, pero me dijo que Alex tampoco era un santo y que no me sintiera mal porque fuese su hermano. Menos mal que no era una hermana posesiva ni nada de eso. Él captó mi atención por su comentario...

—¡Pero miren qué bellezas!

Entró Alex dándonos un beso a cada una.

—Eso ya lo sé, hermanito, estoy tremenda —soltó Scar.

Nos empezamos a reír de la poca humildad de Scar.

—¿Quieres beber algo? —Pregunté.

—Un vino estaría bien —respondió Alex.

Fui a la cocina y cuando sacaba las copas, él se acercó a ayudarme.

—Estás muy guapa —susurró.

Dos Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora