Poseído

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Narra George

Cuando vi a Valentina en el suelo, débil, sin fuerzas y sangrando; sentí como si mi alma se saliera de mi cuerpo, era doloroso pero lo he estado sintiendo desde hace unos cuantos días, ya estaba un poco acostumbrado.
Reaccioné y tomé a Valentina en mis brazos y salí corriendo hacia la camioneta para irnos a un lugar muy alejado.
No me acuerdo de la mayoría de cosas de este día, solo sé que dejé a los amigos de Valentina luchando contra Slenderman mientras yo lucho por la vida de ella.
Valentina no reaccionaba, estaba ahí en el asiento como si estuviese muerta ¡¿Que demonios, está muerta?! Empecé a entrar en pánico, pues no sabía a dónde ir, si a un médico o qué diablos podía hacer.
No puedo llevarla a un doctor, sospecharán, ella morirá y yo iré preso ¿qué mierdas hago?
Después de pensarlo varias veces decido llevarla a mi casa, y ver cómo podía sanar sus heridas y golpes.
Ella se levantará, le explicaré todo, hablaremos con sus amigos y nos iremos todos, problema resuelto.
¿George? ¿Que hago aquí? -preguntó ella al levantarse.
Entré en pánico al pensar que ella no creería lo que había pasado, pero tenía que ser sereno, y convincente. Tiene razones por las cuales no creerme, pero, ¿qué otra opción tiene?
George, creo que te ha poseído Zalgo -dijo ella.
¿Quien es Zalgo? -pregunté.
Un demonio.
Y de nuevo comencé a sentir como si algo de mi se esfumara y alguien entrara en mí.

Zalgo, ya no puedes herirme ¿qué mierdas quieres? -preguntó Valentina.
Quiero torturarte mentalmente, como lo he estado haciendo todo este tiempo, te haz vuelto mi obsesión Valentina -respondió Él.
Estas demente Zalgo, no te pertenezco, ya déjame en paz ¿qué te he hecho Zalgo, que hice yo para merecerme esto? -preguntó llorando.
Nacer, pequeña, nacer. -respondió el demonio.
¡Te odio Zalgo, déjame en paz! -gritó ella.
Me perteneces Valentina, eres mía, ¿no recuerdas?
No recuerdo nada, imbecil, eres una basura. -dijo ella.
¿Quieres que te lo vuelva a recordar? -dijo el demonio con una sonrisa malévola.

Narra Valentina

Después de haberle gritado a Zalgo, empecé a tener miedo, un frío increíble recorría mi espalda, mis manos y piernas temblaban, era horrible. ¿Esto merezco? ¿Enserio? ¿Tan mala fui, para merecerme esto? 
Zalgo mencionó una palabra clave, "¿quieres que te lo vuelva a recordar?" Los sueños no eran imaginaciones mías, tenía razón, no estaba loca, Zalgo me...
Mi vista se nubló y sentí como mi cabeza chocó contra el suelo de la casa de George, y una serie de recuerdos se impregnó en mi mente y en mi vista.
Me veía llorando en un lugar que no reconozco pidiéndole a alguien que no lo hiciera, esta es la misma pesadilla de siempre... Esto fue lo que pasó.

Zalgo, eres un hijo de puta, te odio.

¿Por qué a mi?Where stories live. Discover now