1. Bambi

69K 3K 1.2K
                                    

Esᴛᴀ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Hᴀʀʀʏ Hᴜᴅsᴏɴ ﹣ Hᴇʟʟ ᴛᴏ ᴛʜᴇ sᴛᴀʀs


JULIO

El traqueteo del autobús por la mala condición de la carretera hace que abra mis ojos y mire a mi alrededor. Me quito los auriculares de mis oídos y muevo mi cuello de un lado a otro.

Apenas hay gente montada en el autobús a esta altura del camino. Se han ido bajando a medida que pasábamos pueblos. El pueblo de Concepción, Texas, es mi destino. El mío y el de esas tres personas que me van a acompañar este verano. Mi hermana y dos hermanos postizos, gemelos. ¿Por qué postizos?

Porque nuestros padres se habían conocido en una conferencia de autoestima y amor y se gustaron. El destino, lo llamaron. ¿Y qué han hecho para profundizar su amor? Irse a Cancún, sí, a Cancún. ¿Y qué han hecho con nosotros? Mandarnos a un pueblo perdido de la mano de Dios.

Tom parece ser el hombre ideal para mi madre después de su divorcio. Mis padres no se soportaban y por el bien de todos, decidieron empezar una nueva vida por caminos separados.

Aunque no sé si mi madre está preparada para conocer a alguien, solo hace cinco meses desde que pasó eso y cuatro desde que dejó de insultar a mi padre cada vez que se acordaba de él.

No somos millonarios, su nuevo novio tampoco lo es, así que, tendré que serlo yo para mejorar mi calidad de vida porque así no es como pensaba pasar el verano con diecinueve años.

Alguien se deja caer en el asiento de mi lado y me sobresalto un poco. Leo me enseña su perfecta dentadura y me tiende un sándwich.

— ¿Tienes hambre?

— Sí, gracias —lo cojo y no tardo en quitarle el plástico y darle un bocado— ¿Queda mucho?

— No, ya casi estamos —muerde su sándwich.

Es un camino largo, por eso me he sentado sola, porque he dormido y he puesto las piernas en el asiento de al lado, pero Leo no se va, así que, apago la música y miro por la ventana. Campo, eso es lo único que llevo viendo desde hace dos horas.

Esos chicos son agradables, simpáticos y no les molesta que su padre tenga una novia con dos hijas, a nosotras tampoco, mi madre tiene que hacer su vida y respeto con quien esté siempre que sea un buen hombre. Lo que no me hace mucha gracia es esta excursión cuando podría estar en casa tumbada en el sofá con el aire acondicionado.

— ¿Vienes todos los veranos? —Le pregunto.

— Lo intento.

Su familia vive en Concepción y es con quien vamos a pasar este verano. Leo y Diego han terminado la universidad, mientras que a mí me quedan tres y a Bárbara —mi hermana—, le quedan dos. Sí, soy el resultado de una cuarentena post parto incumplida.

— Ya estamos —su voz me sobresalta de nuevo porque me he quedado traspuesta y guardo los auriculares en mi pequeña mochila negra.

Me bajo después de Leo y Bárbara me sigue. Diego ya está cogiendo todas nuestras maletas y cuando el autobús se va, deja un rastro de polvo que me hace cerrar los ojos.

Y me encuentro allí, en medio de la nada al lado de una señal de parada de autobús, con una maleta y una mochila colgada a mi espalda.

— ¿Y ahora? —Pregunta Barb.

— Ahora tenemos que caminar —Diego señala hacia su izquierda—, no queda muy lejos.

Mi hermana me mira y rueda los ojos porque esto le gusta incluso menos que a mí. Somos chicas de ciudad, siempre hemos vivido en una y esto de estar en un pueblo con casi cien habitantes no nos hace gracia, aunque Barb ha estado feliz porque es otra experiencia y ya podría tacharla de su lista de "cosas que hacer antes de morir". En mi lista no está pasar un verano aquí con este insoportable calor.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Where stories live. Discover now