They were roommates

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Yunho tenía hambre, mucha. No podía dormir porque su estómago estaba haciendo ruidos raros y retorciéndose, de verdad que tenía mucha hambre. Eran, según su teléfono, las cuatro y treinta y cinco de la madrugada. Hubiera sido Yunho otra clase de persona, hubiera intentado ignorar a su barriga y dormirse de nuevo; esperar a que su alarma sonara en un par de horas y desayunar. Pero Yunho era débil y antes de pensarlo demasiado, salió de debajo de las sábanas y puso rumbo a la diminuta cocina de su diminuto apartamento. En la nevera no había mucho: un par de huevos, un paquete de jamón medio vacío, una botella de agua que llevaba ahí desde el principio de los tiempos, ketchup, kimchi, leche y... ¿un teléfono? Entre el kimchi y el ketchup había un teléfono, que inmediatamente Yunho reconoció. Era de Hongjoong, su compañero de piso. Hongjoong era un tío curioso, se había dado cuenta Yunho nada más conocerlo. Dormía a horas extrañas, pintaba, cortaba y reformaba toda su ropa y se teñía el pelo al menos una vez al mes. Se pintaba las uñas de colores que no pegaban en absoluto entre ellos y prefería subirse a una silla antes que pedirle a Yunho que le bajara algo de un armario o estante alto. Aunque Hongjoong fuera un tipo raro que dejaba su teléfono en la nevera, Yunho no podía decir que estaba sorprendido. No era lo más raro que había visto en el tiempo que llevaba viviendo con esa bola de energía creativa y colores.

Yunho sacó de la nevera la leche y el teléfono y la cerró. Cereales tendría que ser, no había mucho más y por mucha hambre que tuviera, no se pondría a cocinar. (Aunque con lo que tenían en la nevera, no hubiera podido hacer demasiado. Tendrían que ir al supermercado pronto). Abrió un armario y sonrió, podría ser que no tuvieran verduras, ni fruta, ni carne ni nada de nada, pero las cuatro cajas de diferentes cereales no faltaban. Eligió al azar una de ellas y fue a buscar un tazón y una cuchara. Mientras preparaba sus cereales, Yunho se preguntó si Hongjoong estaría despierto. Las cuatro de la mañana era una hora normal para que Hongjoong estuviera despierto, encorvado sobre su mesa dibujando o escribiendo música, o sentado en el suelo de su diminuta habitación pintándose las uñas de los pies. Yunho sabía que Hongjoong olvidaba muy a menudo comer por estar muy concentrado en sus cosas de genio del arte, así que decidió preparar un segundo tazón de cereales azucarados y para nada sanos para su compañero de piso. Yunho se merecía una palmada en la espalda y un beso en la frente por ser el mejor compañero de piso.

Con los tazones en las manos y el teléfono de Hongjoong dentro del bolsillo de su pantalón de pijama, Yunho se acercó a la habitación de Hongjoong. No se molestó en llamar a la puerta ni decir que iba a entrar, ya había la confianza suficiente para irrumpir en el espacio del otro sin tener que avisar. (Yunho ya había visto más de Hongjoong de lo que le hubiera gustado en esas veces que entró en su cuarto sin llamar, dudaba que estuviera haciendo algo que pudiera asustarle a esas alturas). Hongjoong estaba sentado en su cama, con su ordenador portátil entre las piernas, llevaba los auriculares puestos y tecleaba con una rapidez envidiable. Yunho cerró la puerta con el pie y estiró un brazo cuando estuvo delante de la cama de Hongjoong, ofreciéndole los cereales. Hongjoong despegó la mirada de la pantalla de su ordenador y observó a Yunho con los ojos bien atentos y curiosos.

ㅡCereales.

ㅡYunho, son las cuatro de la mañana.

ㅡSí, y tengo hambre, así que... Cereales.

Hongjoong puso su ordenador a un lado y aceptó el tazón de cereales. Sin preguntar, Yunho se subió a la cama de Hongjoong y empezó a comerse sus cereales.

ㅡ¿Qué haces despierto a estas horas? ㅡHongjoong removió los cereales con la cuchara, empapándolos porque le gustaban los cereales blanditosㅡ. Deberías estar durmiendo, tienes trabajo mañana.

ㅡYa te lo he dicho, tenía hambre. Y como soy el mejor amigo que tendrás, he pensado en ti y te he traído alimento para que sobrevivas unas horas más sin colapsar. De nada.

Hongjoong pestañeó rápidamente y se llevó una cucharada de cereales con leche a la boca. Yunho se concentró en su propio tazón e hizo un pequeño bailecito, porque era necesario bailar si la comida estaba buena. Y buenos estaban aquellos condenados cereales que eran solo azúcar y colorante.

ㅡGracias, Yunho.

ㅡDe nada hombre, para eso están los amigos. Ah, por cierto, tenemos que hacer la compra, no hay nada fresco en la nevera...

ㅡVamos el sábado al supermercado, entonces.

Hongjoong desconectó los auriculares del ordenador y puso una de sus infinitas playlist con un volumen moderado, pues ninguno quería lidiar a las cuatro de la mañana con su vecino , Park Seonghwa, quien seguro les pondría una denuncia por ruido a altas horas de la noche.

ㅡTu teléfono estaba en la nevera ㅡdijo Yunho, tras sorber ruidosamente la leche que le había quedado en el fondo del tazónㅡ. Entre el ketchup y el kimchi.

ㅡ¡Ah, ahí es donde estaba! Lo llevaba buscando toda la noche.

ㅡNo pierdes la cabeza porque la tienes pegada al cuerpo, Hongjoong.

Yunho dejó su tazón y el teléfono de Hongjoong en la mesilla de noche y decidió usar el regazo de Hongjoong como almohada. Hongjoong se tensó un poco al tener la cabezota de Yunho en sus piernas pero no hizo amago de apartarlo, es más, apoyó su tazón en la cabeza de Yunho porque al parecer aún no había terminado de comer. Yunho no se movió, su destino era ahora el de posa-tazones.

ㅡSe van a poner súper blanditos tus cereales.

ㅡEstán más ricos así, cállate. Los muebles posa-tazones no hablan.

ㅡEres tonto.

ㅡTú eres tonto.

Yunho bostezó con la boca bien abierta y los ojos se le llenaron de lágrimas. En menos de tres horas debía levantarse y ser un adulto más o menos funcional e útil para la sociedad, pero ahí estaba, siendo usado como mueble y escuchando música con la cabeza en el regazo de su compañero de piso/mejor amigo. Desde que empezó a vivir con Hongjoong, estas cosas raras pasaban muy a menudo.

ㅡ¿Te puedo pintar las uñas?

ㅡMe quiero dormir, Hongjoong.

ㅡPuedo pintártelas mientras duermes, así te mueves menos.

Hongjoong al fin terminó sus cereales y dejó el tazón junto al de Yunho. Abrió el cajón que tenía su mesita de noche y sacó dos botes de esmalte de uñas. Yunho sonrió.

ㅡ¿Por qué no me sorprende que tengas esmalte de uñas tan a mano? Hubiera esperado lubricante y condones ahí dentro, no esmalte...

ㅡDonde guardo mi lubricante y condones no es asunto tuyo.

Yunho rió como un niño pequeño y se puso más cómodo en el regazo de Hongjoong, tenía la seria intención de dormirse ahí mismo, así que debía estar lo más cómodo posible. Hongjoong le agarró una mano y pronto Yunho sintió algo frío y pegajoso sobre la uña de su meñique.

ㅡNo me pongas colores feos ㅡYunho bostezó una vez másㅡ. Despiértame en un par de horas...

Hongjoong soltó un mmh que Yunho tomó como un por supuesto que te despertaré en un par de horas y no te pintaré las uñas de colores feos, mi queridísimo mejor amigo Yunho.

ㅡDeberíamos comer cereales a las cuatro de la mañana más a menudo...

Eso murmuró Hongjoong, pero Yunho ya estaba tan adormilado que no contestó.

😌😌

Get you a roommate who eats cereal with you at 4 AM.

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora