They were boyfriends

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Eran las tres de la mañana y nadie en el apartamento 1117 estaba dormido, ni siquiera Marty el canario. Hongjoong estaba en una esquina del salón tratando de arreglar la cremallera de un vestido que tenía que enviar en cuanto abrieran la oficina de correos y soltando maldiciones entre dientes porque no le agradaba demasiado saber que tenía que salir a interactuar con la gente bien temprano en la mañana. Yunho, por otro lado, estaba en el sofá jugando videojuegos y tratando de mantener a raya sus gritos de frustración para no molestar a los vecinos. Marty simplemente estaba en su jaula, siendo tan bonita como siempre.

Aquella no era una situación extraña en esa casa, pues estar despiertos hasta el amanecer en los fines de semana era algo muy común.

Lo que no era normal era que alguien estaba llamando a la puerta a las cuatro menos veinte de la mañana. Hongjoong dejó de luchar contra la cremallera y miró a Yunho, quien ya le estaba mirando con los ojos muy abiertos.

ㅡVe a abrir tú ㅡdijo Hongjoong en un susurroㅡ. Eres más grande, puedes defenderte si es un ladrón.

ㅡ¡Tú eres mayor! ㅡexclamó Yunho en un susurro un poco más altoㅡ. ¡Deberías abrir tú!

ㅡAy por favor, Yunho, son sólo cuatro meses de diferencia.

ㅡTiempo suficiente. Ve a abrir la puerta.

ㅡNo, ve a abrir la puerta. ¿Tú me has visto? El aire sopla y salgo volando. Si es un malandro, ya estoy perdido.

ㅡClaro, pero para pelearte con gente de tu pueblo no tienes ningún problema ㅡYunho se levantó, sabiendo que era imposible discutir con Hongjoong y suspiróㅡ. Eres todo un caso, Kim Hongjoong.

Cuando volvieron a tocar el timbre, esa vez con más urgencia, Yunho se levantó del sofá y fue hasta la entrada. De fondo, escuchó a Hongjoong decir que tuviera cuidado y fighting Yunho-yah y eran casi las cuatro de la mañana y Yunho no quería lidiar con un posible malandro. Pero ya estaba delante de la puerta, dispuesto a abrirla. Tras tomar aire con profundidad y que el timbre sonara de nuevo, Yunho al fin abrió la puerta.

Uh.

Oh.

No era un malandro.

(Duh.

Qué malandro tocaba al timbre de esa manera.

Duh).

ㅡNo es que no me alegre de verte, pero son casi las cuatro de la mañana ㅡYunho se rascó el codo, un poco sin saber qué pensar al tener a su vecino delanteㅡ. ¿Qué haces aquí, tú no estabas durmiendo ya?

Park Seonghwa estaba frente a Yunho, con una bandeja llena de galletas en las manos. Llevaba la Frankencamiseta de Hongjoong (una camisa que había hecho Hongjoong con varios trozos de camisetas que alguna vez fueron de Yunho y que ahora formaban una abominación de colores y manchas de pintura y lejía) y unos pantalones grises que se le caían de las caderas, porque seguramente eran de Yunho. El más alto pensó que debía comprar más ropa o acabaría solo con la ropa interior en su armario (y ni eso, porque sí había visto a Hongjoong usando sus bóxers... Qué poco respeto). Seonghwa dijo a las nueve de la noche que se iba a su casa, después de besuquearles la cara a los dos, declarando que estaba muy cansado tras pasarse toda la tarde en el restaurante. Claro, Yunho y Hongjoong insistieron en que se quedara, pero Seonghwa les dio una palmada en el trasero y les dio las buenas noches.

Pero ahí estaba, en la puerta 1117.

Con el pelo revuelto, la boca torcida en una mueca extraña, con la Frankencamiseta y una bandeja de galletas. Uh, qué cosas.

Door 1117 {ATEEZ}Where stories live. Discover now