Malos presagios y una muerte agradable

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Seonghwa no se lo podía creer.

Aquello era una tragedia, remediable, pero una tragedia al fin y al cabo.

Tras pasarse una parte de la mañana cocinando y la otra parte limpiando a conciencia la cocina, mientras tenía de fondo el escándalo que Jongho y Wooyoung estaban montando en la habitación, Seonghwa decidió descansar un rato. Aquel era su único día libre de la semana y ya cocinaba demasiado en el restaurante. La noche anterior preparó un pastel de chocolate porque sabía que su hermana traería a Wooyoung y que Jongho también vendría. Era bonito, de tres pisos con y una buena capa de ganache, y Seonghwa estaba más que seguro que les encantaría a los dos chicos. Seonghwa abrió la nevera para sacar el pastel y ahí fue cuando se dio cuenta de la tragedia. ¿¡Cómo no se había dado cuenta!? Dejó el pastel sobre la encimera y decidió volver a mirar, queriendo asegurarse. Tras mover recipientes de plástico, mirar dentro de los cajones de la nevera, incluso tras mirar en el armario donde guardaba algunos ingredientes, se dio por vencido. No se lo podía creer.

¡¡No le quedaba leche de almendras!! ¿Y ahora qué iba a beber Wooyoung con su trozo de pastel de chocolate? ¡Una tragedia, una remediable, pero una tragedia al fin y al cabo!

¿Sería la que usó para el pastel la última que le quedaba? No tenía ningún sentido, juraba que aún le quedaba una botella pero no la veía por ningún lado. Vaya, ahora tendría que salir a comprar más leche de almendras para su querido sobrino intolerante a la lactosa. Miró la hora en el reloj en forma de gato que colgaba de la pared, todavía era pronto, podía ir a la tienda corriendo y volver justo a tiempo para comer pastel con Jongho y Wooyoung mientras veían la serie esa que tanto le gustaba al más pequeño. Decidió que, ya que iba a la tienda a por la leche, aprovecharía y compraría alguna que otra cosa más que le faltaba. Revisó la nevera, los cajones y los armarios, y apuntó en su teléfono lo que necesitaba. No eran muchas cosas, pues había hecho la compra recientemente, pero todo lo que le faltaba era indispensable. Como la leche de almendras.

Seonghwa se acercó a la habitación que usaban Jongho y Wooyoung cada vez que visitaban y les miró por unos segundos desde la puerta. El niño y el adolescente estaban derribando a puño limpio un castillo de legos, cajas y disparates varios que habían encontrado y el hombre no pudo evitar la mueca. Menudo desastre tenían montado esos dos... Le aliviaba saber que no tendría que limpiarlo él, porque Jongho y Wooyoung sabían muy bien que en casa de Seonghwa el desorden tan descontrolado como ese no estaba permitido por mucho tiempo. Seonghwa tampoco se quería imaginar lo que sería recoger todos esos legos, le dolía (todavía más) la espalda nada más con pensarlo. (El dolor de espalda también podría ser por pasarse horas de pie en el restaurante y luego llegar a casa a estar otras tantas horneando pasteles antes de dormir, pero Seonghwa no iba a pensar demasiado en eso). Aunque podría haberse tirado un rato bastante más largo mirando a Jongho y Wooyoung, porque la verdad es que se veían adorables jugando juntos, Seonghwa decidió entrar en la habitación ya a avisarles sobre su rápida salida a la tienda de la esquina.

ㅡ¡Tito, juega con nosotros! ㅡexclamó Wooyoung, al darse cuenta de que estaba allí.

Seonghwa se agachó entre los dos chicos y les sonrió.

ㅡNo puedo ahora, tengo que salir un momento.

Seonghwa revolvió cabello de Wooyoung, moviendo los dos mechoncitos rubio oscuro que quedaron ahí después de su aventura con Hongjoong y el tinte. Aún se preguntaba cómo era posible que su noona hubiera aceptado que un extraño le hiciera eso en la cabeza a su hijo. Suponía que Wooyoung y Hongjoong habían sido muy convincentes en su llamada... Al menos, ahora que se había ido el tinte rosa, los mechoncitos destacaban menos.

ㅡNo voy a tardar mucho, no le abráis la puerta a nadie. Y cuando digo a nadie, lo digo en serio ㅡcontinuó hablando, y les señaló con un dedo acusador porque conocía la mala costumbre de Wooyoung de abrir la puerta sin preguntar.

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora