---dile lo que quieras, no te creerá.--- volvió a revisar su teléfono, continuaba sin tener señal alguna, no salían ni entraban llamadas ni mensajes, cuando menos se dió  cuenta, el chico nuevo se había abalanzado sobre él.
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Fuera del ascensor.

Kirishima estaba ansioso, aunque el otro chico aseguraba haber salido con el ojiazul años atrás, éste lo desmentía en cada oportunidad, así que lo más probable es que todo fuera una trampa, aquello le irritaba, quería ir y buscar a su pareja lo más pronto posible, pero por como estaban las cosas, no podría hacerlo de inmediato. El técnico aún no destrababa el ascensor, le pareció que iba más lento cada vez, todo su interior gritaba que su pareja estaba en peligro y que debía ir pronto con él.
El monitor mostraba como aquel chico besó forzadamente al ojiazul, quien intentaba quitarse de encima al intruso.

“suéltame”

«no»

“que me sueltes” el vídeo mostraba un forcejeo, y de un momento a otro el ojiazul había recibido un golpe en el estómago que lo había dejado sin aire, miraba a su agresor y de un momento a otro su rostro reflejo palidez y miedo quedando completamente quieto, momento que fue aprovechado por el atacante acercándose a su víctima recargando el rostro contra el cuello de aquel ojiazul, quien era tomado por la cintura. No se movió ni un centímetro en tanto que aquel comenzó a besar el cuello del chico. Sus ojos comenzaron a cristalizarse y las lágrimas bajaron pronto por sus mejillas

«eso es... Quédate quieto»

De un momento a otro, el agresor giró el rostro y, como sabiendo la ubicación de la cámara miró hacia ese lugar y sonrió, fue solo un instante, pero ese instante fue aprovechado por   el ojiazul para darle una patada en sus partes bajas, haciendo que el agresor se doblara de dolor, a continuación lo golpeó en la cara y aquel chico de nuevo ingreso  fue obligado a soltar lo que parecía ser una pistola, con la que había amenazado al ojiazul con anterioridad para que permaneciera quieto. Kirishima observó la escena con curiosidad mas que con molestia, observó como el ojiazul alejaba la pistola de su agresor y golpeaba con fuerza la puerta del ascensor para que alguien la abriera.
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El ascensor comenzó su funcionamiento de nuevo y segundos después la puerta fue abierta, el chico salió a prisa del lugar siendo observado por varios empleados que habían permanecido en el lugar, y por un Kirishima serio, muy serio.
Alguien había llamado a la policía al ver que el chico de nuevo ingreso llevaba con él un arma de fuego, pero aún era pronto para que llegaran.

Se encontraban a escasos dos metros de distancia, se miraron fijamente unos segundos hasta que el ojiazul bajó la mirada.

---Yokozawa... Ven aquí --- ordenó el castaño, el mencionado caminó hasta posicionarse frente a él, se encontraba inquieto, pero abrazó al de menor estatura por unos segundos sin decir nada,--- esperame aquí, no te vayas--- el chico negó con la cabeza, y a pesar de toda la inquietud que embargaba al castaño, permaneció lo más tranquilo que pudo, caminó hasta el elevador, donde aun permanecía el sujeto, cerró las puertas del ascensor y permaneció allí dentro unos minutos, asegurándose de apagar tanto el monitor como la cámara dentro del ascensor
Una patrulla llegó al edificio, del automóvil bajaron dos oficiales de policía con la intención de arrestar al chico nuevo del área de ventas, interrogaron a los testigos y guardaron las evidencias, Kirishima observaba todo casi con indiferencia y de esa manera dió su testimonio.

---bueno, si no hay algo más que añadir ...--- el oficial estaba a punto de retirarse, pero una señal por parte de Kirishima los hizo detenerse, el acusado ya se encontraba dentro del vehículo.--- ¿sucede algo señor?

---sí, quiero... Que lo arresten a él también...--- terminó de hablar, sorprendiendo a todos los presentes, dado que el castaño no señalaba a otro que, el ojiazul, quién también lo miró con sorpresa e incredulidad.

---¿estás... Estás bromeando, cierto?--- preguntó con nerviosismo y su rostro había perdido color. Los oficiales y los allí presentes no pudieron evitar mostrarse confusos ante tales sucesos, pero Kirishima permanecía tranquilo y de esa misma manera les respondió.

--- ese hombre de ahí --- dijo refiriéndose al ojiazul--- no es más que un impostor, el día de hoy se ha hecho pasar por mi pareja, Yokozawa Takafumi, pero yo sé muy bien que no es él.

---¿estás bromeando? ¿¡Cómo puedes dudar de mí?!--- interrogó el ojiazul a voz en grito, uno de los oficiales lo detuvo cuando intentó acercarse al castaño.

---...todo este cuento del ascensor... Es obra tuya y de ése que está en la patrulla...
Y yo no... Podría confundir a mi osito aunque hubiera un millón iguales a él, porque he de admitir, que físicamente se parecen, pero tú no eres él y yo no puedo estar con nadie más que con él. Dime donde está.

---¡te equivocas! ¿Cómo puedes pensar que yo...?

--- conozco a Tazuki y Tsukiyo, ellos dos se parecen mucho a mi Takafumi, así que no dudo de que otros miembros de su familia se le parezcan igual... Así como tú...

---mientes... Yo soy...

--- ¡tú eres un impostor! He esperado... Todo el  día a que me dieras un motivo y ya me has dado suficientes... Aunque te parezcas a él, no eres como él, jamás te le podrías comparar.

---...--- el chico lo miró molesto

--- si me dices dónde está mi Takafumi tal vez lo olvide todo, pero si tengo que buscarlo yo mismo entonces no tendré piedad de ti.

--- ¡estás loco! ¡Somos iguales! ¡Él y yo somos iguales! ¿Cómo...

---¿qué cómo me dí cuenta? Eso... Fue muy sencillo: aunque no sé en que momento  con  exactitud usurpaste su lugar... O debería decir más bien, en qué momento lo secuestraste... Me di cuenta desde el primer momento en que te ví, ése fue el punto número uno;
punto número dos.- Takafumi jamás, jamás, jamás, me celaría en público, él es más de reclamarme las cosas en privado;
punto número tres.- él no haría una apuesta tan absurda como la que me hiciste;
punto número cuatro.- ése beso tuyo me hizo querer vomitar, pero he tenido que soportarlo, Takafumi enfurecerá conmigo por tu culpa cuando lo sepa, no pienso ocultarle nada; eso sí, te agradezco infinitamente que no lo hiciste demasiado.
punto número cinco.- Yokozawa... Mi Yokozawa no se dejaría doblegar por absolutamente nadie, él es muy orgulloso y aunque le hubieran puesto una pistola en la cabeza él no se dejaría abusar por nadie... No es como tú;
punto número seis.- cada vez que te me acercas todo mi ser grita “peligro” y “salva a Takafumi”;
punto número siete.- ése tipo de ahí me lo dijo todo cuando entré a 'charlar' con él;
Punto número ocho.- aunque Yokozawa intentara defenderse contra un atacante y aunque ha visto algunos de mis movimientos de judo para derribar un oponente, él no sería capaz de realizar los movimientos que tú hiciste al desarmar a tu compañero.
Punto número nueve... No desconfió de mi esposo pero... Mi instinto me advertía desde hace tiempo que algo malo podría llegar a ocurrirle en cualquier momento, así que... Le he puesto un gps para poder localizarlo, era curioso que aunque estuvieras de pie a mi  lado, el gps dijera que estaba en otro lugar, ¿sabes?--- dijo mostrando su teléfono celular, donde claramente aparecía la ubicación del oso de Marukawa en un lugar a la distancia.

---... El guardapelo...--- respondió en un susurro.

---exacto, yo le regalé un guardapelo y me he asegurado de que lo use todos los días y en todo momento, además, y como ya he mencionado, hice que le colocaran un microchip de gps para poder localizarlo en  el caso de que  algo malo llegara a ocurrir.
Esperé hasta el final del día... Espere hasta que salieras del ascensor, hasta tener las pruebas suficientes y con la policía aquí presente ya puedo mandarte a arrestar y puedo pedir ayuda para ir a buscar a mi oso, porque no sé cuantas personas más hay involucradas en esto y porque como ya te he dicho... Podrás engañar a medio mundo, pero yo... No podría confundir a mi persona amada con alguien más, y ése es el punto número diez.
Por cierto, no quiero que vuelvas a difamar a mi amado con conversaciones como las del ascensor, y te aseguro, que si le pusiste una mano encima... Te arrepentirás el resto de tu vida.
Jugaste bien... Pero creo, que yo lo hice mucho mejor.

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